Es noticia
“Se exageró el tamaño de la operación. No es una Ballena Blanca, sino un chanquete”
  1. España
HABLA EL ENTORNO DEL ABOGADO DEL VALLE

“Se exageró el tamaño de la operación. No es una Ballena Blanca, sino un chanquete”

Hace sólo cinco años, el 10 de marzo de 2005, la Policía irrumpía en el despacho del abogado Fernando del Valle, en Marbella, en una operación

Foto: “Se exageró el tamaño de la operación. No es una Ballena Blanca, sino un chanquete”
“Se exageró el tamaño de la operación. No es una Ballena Blanca, sino un chanquete”

Hace sólo cinco años, el 10 de marzo de 2005, la Policía irrumpía en el despacho del abogado Fernando del Valle, en Marbella, en una operación más propia de la cinematográfica Jungla de Cristal. Hoy, el principal imputado se sienta ante el juez Federico Morales de la Audiencia de Málaga para defenderse de los delitos de los que le acusa la fiscalía.

Fuentes cercanas a Fernando del Valle han asegurado a El Confidencial que está absolutamente tranquilo a la hora de enfrentarse a este macroproceso, “porque se va a demostrar que el pescador ha exagerado el tamaño de la captura y la ballena va camino de convertirse en un chanquete”. A Del Valle se le acusa de blanquear un patrimonio de 12 millones de euros, parte del cual procede del narcotráfico.
 
Durante los tres primeros días de los seis meses siguientes, los imputados deberán sentarse en el banquillo de la sala segunda de la Audiencia de Málaga. Aunque según las mismas fuentes, “de los seis meses que anuncia la judicatura, el proceso se quedará en sesenta días máximo”. El mismo presidente de la sala, Federico Morales, ha comentado en distintos foros que era un juicio que no quería llevar y que se lo han impuesto “desde arriba”, esto es, desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

De las veintiuna personas imputadas, dos han fallecido a lo largo del proceso, de tal forma que serán diecinueve en total las que se sentarán en un banquillo bien pertrechado por unas defensas que tendrán que lidiar con las siguientes acusaciones: 40 delitos de blanqueo, otros 141 de falsedad documental, tres contra la Hacienda Pública y dos de falso testimonio. La Fiscalía Anticorrupción les pide en conjunto 50 años y multas próximas a los 80 millones de euros.

Fernando del Valle se siente plenamente arropado en este proceso, según aseguran en su entorno. No tiene miedo de ir a la cárcel. Junto a él estará su esposa Marisa Martínez Fresneda, que fue arrestada e imputada junto en los inicios de la operación. Después de cuatro años de instrucción fue sobreseída su causa. “Necesitaron nutrir de personas inocentes esta operación para que tuviera efectos de tres dimensiones de cara a la opinión publica. Con esta serie de efectos especiales se nos juzgó mediáticamente a la primera sin pruebas. Lo más triste es que nos hicieron todo esto por meras sospechas y no por evidencias, y eso está claro que ha quedado ya demostrado”, aseguran sus familiares.  

Según Del Valle, el caso Yukos ha sido la base del noventa y cinco por ciento de la instrucción de Ballena Blanca. “El juez Torres, antes de emitir el informe de acusación, segrega el caso Yukos y lo separa porque él ya sabía que no había nada y, si seguía todo junto, se iba a caer. Después ha tenido que continuar como fuera”.  

Del Valle será el único de la familia que se sentará en el banquillo. Su mujer Marisa Fresneda no puede olvidar hace cinco años aquellos fatídicos momentos de las detenciones. Hay días que aún se despierta con pesadillas. “De aquello no quiero ni acordarme. Aquella mañana yo iba conduciendo mi coche. Unos hombres encapuchados pararon mi vehículo, me sacaron con metralletas a la altura del hotel Coral Beach y me metieron en un coche camuflado. Pasaron once horas sin poderme mover y sin saber qué había pasado”. Al principio ella pensó que era un secuestro, “luego me di cuenta que algo muy grave estaba pasando”.

“Me dejaron hacer pis en una gasolinera”

Y lo que estaba pasando era el inicio de lo que vino a denominarse Caso Ballena Blanca, una de las mayores operaciones realizadas en Europa para descubrir un entramado de empresas que se creó para blanquear dinero negro obtenido de manera ilegal a través de adquisiciones inmobiliarias. Unidades de Udyco (contra la droga y el crimen organizado), así como de los GRECO (Grupos de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado) detenían a Marisa Fresneda y a otras cuarenta y dos personas de distintas nacionalidades, en el despacho de Fernando Del Valle, deteniéndole a él y a doce de sus empleadas.
 
La familia Del Valle recrimina que hubo daños irreparables, secuelas incurables, que no justifican la conducta desproporcionada de la operación en base a  condenas infundadas. Marisa Fresneda fue la que mas lo sufrió. “Hubo policías que se apiadaron de mí y me dejaron salir a hacer mis necesidades en una gasolinera. Eso sí, con la puerta abierta. Cuando se terminó el registro del despacho de mi marido, me llevaron a la casa a la que acabábamos de mudarnos. Registraron todo lo que había en las cajas. Me pidieron las claves de la caja fuerte, se llevaron 5.500 euros y me dijeron: ‘Esto es muy grave, señora: usted aún no es consciente de lo que ha hecho su marido’. Yo entonces me desmayé y caí al suelo”.
 
En paralelo a las casi cien detenciones que realizaron, bloquearon fondos en cuentas bancarias por importe de decenas de millones de dólares, decomisaron dos aeronaves estacionadas en el Aeropuerto de la ciudad de Málaga, una embarcación atracada en Puerto Banús, en Marbella, y 42 vehículos de lujo, además de 251 fincas inmobiliarias.

Testigos del juicio

La Fiscalía Anticorrupción acusa a Del Valle, a los empleados de este letrado y a sus clientes, de formar un entramado de empresas pantalla para blanquear dinero obtenido de manera ilegal y ocultar a los dueños reales de ese patrimonio. El Ministerio Público estima que el dinero supuestamente blanqueado y puesto a buen recaudo en paraísos fiscales asciende a 12 millones de euros. La familia de Del Valle se queja de que “el juez ha admitido todas las pruebas de la Fiscalía y casi ninguna de los abogados de la defensa”.

Como testigos estarán diecinueve policías. Entre ellos no se encontrará Valentín Bahut, uno de los jefes de operaciones de la Operación Ballena Blanca. “Hasta el mismo instructor de la policía está imputado en un proceso judicial por el que le piden 18 meses de prisión ¿Qué credibilidad pueden tener sus actuaciones?”, se pregunta el entorno del abogado.

Sin sujetadores en la comisaría

Del centenar de detenciones, sólo 19 se sentarán en el banquillo. “Tuvieron que hacer mucho ruido para el que tema sonara”. Marisa Fresneda sigue intentando olvidar la fecha del 13 de marzo del 2005, pero no es fácil. Fueron veintidós las mujeres detenidas durante 72 horas en los calabozos de la comisaría de Málaga. “Una autentica pesadilla”, “trato vejatorio”, “vulneración de la presunción de inocencia” son algunas frases que salen por su boca. “Cuando llegamos nos tuvimos que quitar los sujetadores porque llevaban aros. No se podía ni orinar. Era una letrina inmunda y las condiciones de higiene eran infrahumanas, propias de los países del tercer mundo”.

La mujer de Fernando del Valle llevaba calmantes y los repartió. “Yo antes de salir de casa había cogido unos válium aduciendo que era medicación que necesitaba. Repartí los calmantes entre las demás mujeres inocentes que estaban conmigo porque no entendían qué hacían allí. Lo más triste es que nos hicieron todo esto por meras sospechas y no por evidencias, y eso ha quedado demostrado".

Vuelco a la investigación
 
La mayoría de las mujeres que han prestado su testimonio a este periódico fueron absueltas el 25 de noviembre del 2009, cuatro años, ocho meses y doce días después de que el juez Miguel Ángel Torres archivase la investigación por blanqueo sobre la petrolera Yukos, en el que se dio un  vuelco a la investigación en cuanto a imputaciones se refiere. “Cuando se segrega el caso Yukos y lo separa de Ballena se le caía por su peso e iba a quedar muy en evidencia la desproporcionalidad de la famosa operación con policías con pasamontañas entrando en el despacho, detenciones, helicópteros y demás "efectos especiales. Por eso se ha continuado con este proceso”.

De todo lo ocurrido, lo que peor que lleva la familia de Fernando del Valle es “el desprestigio a nivel personal que han sufrido la mujer, hijas y secretarias al ser esposadas, vejadas ante los medios de comunicación, conducidas en furgones a unos calabozos de mala muerte y confinadas en ellos hasta setenta y dos horas vulnerándose los Derechos Constitucionales de personas”.

El tema económico también les ha minado. Del Valle Abogados tenia un una cartera de más de 5.000 clientes de toda Europa, en su mayoría de nacionalidad británica. Al día de hoy, este despacho se queja de estar en la ruina: “Los clientes se asustaron y se fueron. Otro despacho de abogados de Marbella ha sido el gran beneficiado de esta operación y se ha hecho con nuestra cartera de clientes”. Es época de crisis y los “amigos que les prestaron los seiscientos mil euros de la fianza para que Fernando saliera de prisión”, ahora se lo reclaman. “Y de momento no se nos ha devuelto ni un euro de la fianza”. Esperemos que el juicio ponga las cosas en su sitio. 

Hace sólo cinco años, el 10 de marzo de 2005, la Policía irrumpía en el despacho del abogado Fernando del Valle, en Marbella, en una operación más propia de la cinematográfica Jungla de Cristal. Hoy, el principal imputado se sienta ante el juez Federico Morales de la Audiencia de Málaga para defenderse de los delitos de los que le acusa la fiscalía.