La alcaldesa de Logroño: “Los políticos debemos pedir perdón muchas veces por muchas cosas”

Dos años al frente del Ayuntamiento de Logroño le ha bastado para cortar la hemorragia del gastar más de lo que se ingresa. La alcaldesa de la capital riojana, Cuca Gamarra (Logroño, 1974), consiguió cerrar las cuentas municipales de 2012 con un superávit de seis millones de euros. ¿Su secreto? “Eliminar todo lo que era prescindible y marcar prioridades”. Licenciada en Derecho, forma parte del estandarte del PP renovador, de las que cree que sólo se puede ser útil en la política cambiando patrones viejos que en vez de acercar al político con la sociedad, los aleja. “Muchos de los problemas actuales provienen de decisiones políticas o malas conductas de algunos políticos. Nosotros somos los que tenemos que dar ejemplo a la sociedad. Y pedir perdón muchas veces por muchas cosas”.

En un encuentro sobre 'Ciudad Futura' que El Confidencial organiza con el patrocinio de Ferrovial con los principales alcaldes de España (ya han pasado Santander, Barcelona, Vitoria, Pamplona y Málaga), Cuca Gamarra desgranó el secreto de su incipiente éxito. Desde que arrebató la alcaldía a los socialistas en las últimas elecciones municipales, se marcó unos criterios para lograr un Logroño de ciudad sostenible con decisiones muy claras: “Reducir el gasto sin pedir más esfuerzo a los ciudadanos”. En 2013, con 70 millones menos de lo que tenía en 2009, hacen posible que los ciudadanos reciban las mismas ayudas haciendo de la necesidad virtud y tras haber aplicado un riguroso plan de ajuste en las cuentas municipales. “Hemos hecho un decidido esfuerzo para mantener la calidad de los servicios públicos de esta ciudad. Y estos resultados sólo son posibles con medidas de austeridad y control en la gestión. No hay otra fórmula posible”, zanja. 

Tras la última batalla en el seno de su partido, cuando Esperanza Aguirre criticó abiertamente a Cristóbal Montoro por “gustarle subir los impuestos”, Gamarra arropó al ministro de Hacienda alegando que los impuestos se bajarán “cuando se pueda”. La alcaldesa, que pasará a la historia de la ciudad por ser la primera mujer que ostenta la vara del mando municipal desde mayo de 2011, también se muestra muy cauta a la hora de ponerle ‘peros’ a la reforma de la Administración local, en la que el Ejecutivo de Mariano Rajoy tiene comprometido para este año, con el objeto de ahorrar, más de 7.000 millones hasta 2015.

Logroño forma parte de una comunidad uniprovincial donde prácticamente toda la Administración regional está centralizada en la propia ciudad que ella dirige. “Va a ser mucho más sencillo aclarar competencias, suprimir duplicidades y garantizar el cumplimiento de estabilidad presupuestaria en diputaciones y ayuntamientos”. A la hora de repartir competencias, Gamarra apuesta por que sea la Administración que ofrezca una mejor cobertura la que se encargue de la misma siempre y cuando reciba la financiación necesaria. “Gran parte de los problemas financieros de los ayuntamientos es que asumimos competencias que no nos corresponden”, se queja.

Logroño, ciudad inteligente

Pese a la virulencia de la crisis que asola España, en la cabeza de la alcaldesa hay hueco para otro Logroño: conseguir una ciudad más saludable, con unos servicios de mayor calidad, más segura y que apuesta por la creación de empleo como motor del desarrollo. Ahora, el Ayuntamiento afronta la transformación de la ciudad en una smart city que contribuya al desarrollo económico y a la mejorar la calidad de vida de las personas que residen en esta ciudad. La lideresa del PP en la ciudad aprovechó el debate que presentó Enrique Sánchez Nuevo, director de ciudades de Ferrovial, para sobresaltar que “la ciudad cuenta con unos servicios municipales eficientes y pensados para mejorar la calidad de vida de las personas”. 

Esta eficiencia en la gestión del agua, movilidad, mantenimiento de la ciudad, alumbrado y atención a las personas ha hecho posible que Logroño sea considerada por el último informe MERCO como la mejor ciudad de España para vivir. Desde el Ayuntamiento logroñés se intenta impulsar el crecimiento económico de la ciudad a través de "políticas de austeridad" y una "gestión eficiente" del presupuesto municipal, que ha permitido adelantar el pago a 40 días a proveedores, colaborar con el sector privado y apostar por las empresas locales en la contratación municipal. Una gestión que también ha merecido el reconocimiento en el último informe de la OCU de Logroño como la tercera ciudad para buscar empleo.