El PSM paga coche y chófer a Tomás Gómez porque no quiere usar el oficial

En un partido con problemas para pagar las cuotas a la seguridad social de sus propios trabajadores y con retrasos en el alquiler de la suntuosa sede del Palacio de la Prensa de Callao, los críticos del PSM no entienden que su líder, Tomás Gómez, todavía no haya renunciado al coche particular en modelo de renting que aún sigue cargando a las cuentas del partido. Un coche con conductor que el PSOE de Madrid puso a su disposición cuando Gómez abandonó el Ayuntamiento de Parla para suceder a Rafael Simancas al frente del PSM y que, cuatro años después, sigue utilizando pese a que tiene a su disposición otro vehículo oficial como portavoz de su grupo en la Asamblea de la Comunidad de Madrid.

Gómez ha renunciado a ese vehículo oficial, cuyo coste corre a cargo del presupuesto de la Asamblea de la Comunidad, pero, al contrario de lo que han hecho otros grupos como el PP y UPyD, esa negativa a utilizarlo no ha revertido en ningún ahorro, pues se lo ha cedido a otra compañera de escaño. En concreto, a Amparo Valcarce, que ostenta el cargo de presidenta del grupo socialista en la Cámara y que, antes de recalar en las filas de Gómez, fue delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid y secretaria de Estado de Política Social con Jesús Caldera como ministro de Trabajo.

De hecho, la inclusión de Valcarce en las listas del PSM a las elecciones autonómicas del año pasado fue toda una sorpresa pues Valcarce ha desarrollado la mayor parte de su carrera política en León, en donde llegó a ser vicesecretaria general del PSOE de Castilla y León y en donde formó parte del grupo de fieles a Zapatero que dio con él el salto a la política nacional.

El portavoz del Partido Popular en la Asamblea madrileña, Iñigo Henríquez de Luna, y el de Unión, Progreso y Democracia, Luis de Velasco, anunciaron al principio de la legislatura que renunciaban a los coches oficiales que les correspondía. UPyD fue entonces el grupo pionero en protagonizar esta iniciativa tanto en la Cámara regional como en el Ayuntamiento de Madrid. Henríquez de Luna, por su parte, tomó esa medida como primera en el propio pleno de investidura de la ex presidenta Esperanza Aguirre. Desde entonces, utiliza para su desplazamiento habitual su propia motocicleta.  El caso de Amparo Valcarce es el único en la Cámara de una diputada que no es la portavoz del grupo y que tiene a su disposición un coche oficial.

Las voces críticas dentro del partido, que han arreciado en las últimas semanas con las noticias que han ido poniendo en evidencia la crisis de tesorería por la que atraviesa el partido, insisten ahora en que pagar un coche privado para Gómez cuando podría utilizar el de la Asamblea es otro dispendio que contribuye a empeorar la cuenta de resultados del PSM. Aseguran, además, que ese gasto tenía sentido cuando Gómez dejó de ser alcalde de Parla y todavía no era diputado de la Asamblea, por lo que tanto su sueldo, como su transporte por toda la comunidad para desarrollar su labor de oposición corría a cargo del PSM.

Como ha adelantado El Confidencial, la situación por la que atraviesa la federación es tan crítica que ha llevado incluso a tomar cartas en el asunto a Ferraz. De hecho, el secretario de Organización del PSOE, Óscar López, le envió una carta en julio al propio Tomás Gómez instándole a mudarse de la sede de Callao al edificio que el partido tiene en propiedad en la calle Miguel Fleta de Madrid, en el barrio de San Blas. López se ofreció incluso a sobrellevar a medias entre el PSOE y el PSM el pago de la hipoteca de este inmueble.

La misiva no tuvo respuesta y, en septiembre, Ferraz volvió a mover ficha. Esta vez, para evitar que los impagos de Gómez con las cotizaciones a la Seguridad Social de sus trabajadores pudieran poner en riesgo las subvenciones públicas que recibe todo el PSOE a nivel nacional. En este caso, el gerente del partido, Xoan Cornide, remitió otra carta a todas las agrupaciones socialistas de Madrid para explicar que Ferraz había intervenido el 74,05% de las cuotas de los afiliados para hacer frente al pago de las cotizaciones retrasadas del PSM.