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Rajoy se enroca en su mutismo con España al filo de la intervención
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DE GUINDOS NIEGA EL RESCATE PESE A QUE LA PRIMA DE RIESGO SIGUE DESBOCADA

Rajoy se enroca en su mutismo con España al filo de la intervención

“En momentos de dificultad y de inquietud, los responsables políticos tienen que salir a dar la cara. Ser un referente”. Así se expresó ayer Luis de

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Rajoy se enroca en su mutismo con España al filo de la intervención

“En momentos de dificultad y de inquietud, los responsables políticos tienen que salir a dar la cara. Ser un referente”. Así se expresó ayer Luis de Guindos en el Congreso de los Diputados, mientras la prima de riesgo se disparaba y el Gobierno ultimaba la prohibición de las operaciones en corto en los mercados financieros. Sin embargo, sus palabras, destinadas a subrayar su comparecencia en la Comisión de Economía, no hicieron sino resaltar las ausencias y silencios de Mariano Rajoy. El debate gira ya sin eufemismos sobre la intervención total del Reino de España, pero el presidente del Gobierno mantiene su agenda inamovible, y ayer solo apareció en público para despedir a los deportistas que participarán en los Juegos Olímpicos.

Rajoy padeció numerosas críticas como jefe de la oposición por su estrategia de pasar inadvertido, pero después de alcanzar La Moncloa, y pese a la situación excepcional que atraviesa el país, insiste en su estilo escurridizo. Tras otro lunes de infarto para la economía, el presidente se limitó a leer un discurso de despedida al equipo olímpico español, donde trenzó un mensaje de optimismo con las habituales apelaciones a los valores del deporte. Así, afirmó que el Ejecutivo aplica la misma receta que los atletas para superar la crisis: “Cuando un deportista está lesionado, muchas veces, tiene que hacer muchas cosas; le cuesta recuperarse. A veces, puede caer en el desánimo, pero lo supera inmediatamente. Eso es exactamente lo que vamos a hacer nosotros: trabajar, esforzarnos, dedicarnos y dar lo mejor de nosotros mismos para superar esta situación”.

El presidente también destacó que la economía mejorará, “si la gente se esfuerza, trabaja, no hace trampas”, y tiene “ilusión” y “pundonor”. Una intervención muy propia de Rajoy, pero que ayuda a apuntalar algunos de los tópicos que le caracterizan como político cachazudo. Ni siquiera el rescate bancario impidió que volara a Polonia para ver un partido de la Eurocopa, después de asegurar que dejaba “la solución resuelta”. Pero los ejemplos de mutismo y ausencias abundan: el pasado jueves no acudió al debate parlamentario sobre el último gran tijeretazo hasta el momento de la votación, por lo que Cristóbal Montoro tuvo que batirse en el hemiciclo con Alfredo Pérez Rubalcaba sin el abrigo del presidente.

De hecho, Rajoy solo ha comparecido en el Parlamento por imperativo legal, ya sea en las sesiones de control al Gobierno de los miércoles o para informar tras las cumbres europeas. Los anuncios clave de la legislatura, así como los mensajes de tranquilidad ante la posibilidad de una intervención total a España, los deja para sus ministros, o directamente para las páginas del BOE. Ante el silencio del presidente, De Guindos fue el encargado de volver a negar la posibilidad de un rescate, señalando que “España posee capacidad de crecimiento” y de ser “competitiva en el mundo”, lo que la diferencia del resto de países rescatados. “España es un país solvente”, reiteró.

No obstante, como quedó claro ayer, los mercados no han aliviado su presión, ignorando los últimos planes de ajuste o el techo de gasto para 2013. La prima de riesgo cerró a 632 puntos tras alcanzar los 641, el rendimiento de los bonos españoles permanece disparado, y los expertos coinciden en que solo una intervención del Banco Central Europeo (BCE) puede rebajar los intereses de la deuda. El Gobierno y el partido que lo sustenta parecen haberse abandonado a esa idea o a esperar con resignación el rescate.

El PP implora al BCE y Rubalcaba tiende la mano

El vicesecretario general del PP, Carlos Floriano, se sumó al coro de voces populares que reclaman casi desesperadamente una acción del BCE. “No parece razonable que el BCE se muestre impasible frente a una situación en la que hay quienes se financian al 0% o al 1% y otros lo hacen al 7%. Además, hay países que no forman parte del euro y con datos macroeconómicos peores que los nuestros, que se financian muy barato porque tienen un banco central propio”, se lamentó.

Estas declaraciones apenas difieren de la posición que ha mantenido el PSOE. Rubalcaba siempre ha defendido un mayor papel del BCE para defender al euro, aunque va más allá y sostiene que el calendario de consolidación fiscal impuesto por la Unión Europea es “incumplible”. En todo caso, si a alguien parece preocupar las consecuencias políticas de un rescate total es al líder socialista, que teme que su margen de maniobra se limite tanto o más que la del Gobierno popular.

En este escenario, Rubalcaba volvió a tender la mano a Rajoy para defender juntos el prestigio de la economía española en Europa, incluyendo en esta “ofensiva europea” a sindicatos y empresarios. Se trata de una nueva variante de los grandes acuerdos que el secretario general del PSOE lleva proponiendo al PP desde hace meses, y que tantas críticas internas le han costado en el seno de su formación. Se trata de una idea que Rubalcaba comparte con uno de sus consejeros, Felipe González, quien ayer pidió desde las páginas de El País “un gran acuerdo nacional para salir de la crisis”.

“En momentos de dificultad y de inquietud, los responsables políticos tienen que salir a dar la cara. Ser un referente”. Así se expresó ayer Luis de Guindos en el Congreso de los Diputados, mientras la prima de riesgo se disparaba y el Gobierno ultimaba la prohibición de las operaciones en corto en los mercados financieros. Sin embargo, sus palabras, destinadas a subrayar su comparecencia en la Comisión de Economía, no hicieron sino resaltar las ausencias y silencios de Mariano Rajoy. El debate gira ya sin eufemismos sobre la intervención total del Reino de España, pero el presidente del Gobierno mantiene su agenda inamovible, y ayer solo apareció en público para despedir a los deportistas que participarán en los Juegos Olímpicos.

Mariano Rajoy