Caos informativo: Defensa 'traspasa' a Agricultura el incidente militar en Gibraltar

Que la Royal Navy británica expulse de las "aguas territoriales de Gibraltar", jamás reconocidas por España, a una patrullera de la Guardia Civil que escoltaba a pesqueros andaluces no es un asunto que parezca preocupar ni al Ministerio de Defensa ni al de Asuntos Exteriores. El grave incidente, ocurrido en la medianoche del pasado jueves en la bahía de Algeciras, no sólo supone un paso más en la escalada de tensión que enfrenta en las últimas semanas al Reino Unido y España por el contencioso histórico del Peñón, sino que deja al descubierto las vías de agua en la estrategia de comunicación del Gobierno.

"Lo que pasó el jueves en Gibraltar no es competencia del Ministerio de Defensa", aseguró ayer a El Confidencial un portavoz oficial del departamento que dirige Pedro Morenés, obviando que fue la Royal Navy -la Armada británica-, y no la policía gibraltareña, la que advirtió a la Guardia Civil de que debía "abandonar de manera inmediata" (ver vídeo) las "aguas territoriales británicas de Gibraltar". Una jurisdicción que España siempre ha rechazado porque supone una flagrante violación del Tratado de Utrecht, que limita el territorio cedido a Gran Bretaña en 1713 únicamente a la ciudad, la fortaleza y el puerto de la colonia.

El incidente militar se produjo poco antes de la medianoche a unos 400 metros mar adentro del muelle conocido como riesgo de un "choque militar" entre el Reino Unido y España.

El incidente ocurrió tan sólo 24 horas después de que el Gobierno cancelase el viaje de la reina Doña Sofía a Gran Bretaña, donde iba a participar, el pasado viernes, en los actos conmemorativos del 60º aniversario de la coronación de Isabel II. La suspensión del viaje fue la respuesta de Madrid a las trabas impuestas por Gibraltar a los pescadores andaluces y, sobre todo, a la anunciada visita al Peñón del príncipe Eduardo, hijo menor de la soberana británica, el próximo mes de junio. La Guardia Civil y la Policía Nacional, además, han endurecido en los últimos días los controles fronterizos en la Verja, provocando interminables colas, con el consiguiente malestar de los gibraltareños.