“La política de reinserción de los presos de ETA no es una muestra de debilidad del Gobierno”

El lehendakari Patxi López (Portugalete, 1959) agota el último año de una legislatura en la que se han producido enormes avances hacia el fin definitivo de ETA. Durante su mandado la banda ha anunciado el fin “definitivo de la violencia”, que debe culminar con su disolución, y la izquierda abertzale ha vuelto a las instituciones tras su apuesta por las vías exclusivamente políticas y democráticas. La entrevista se celebró el miércoles en el despacho que el Gobierno tiene en el Parlamento vasco. Esta es la primera entrega de una conversación que tendrá continuidad mañana con una segunda entrega centrada en las elecciones autonómicas de marzo de 2013, el regreso de Batasuna a la Cámara de Vitoria, y la respuesta de Ajuria Enea a la amenaza del Gobierno de Mariano Rajoy de intervenir a aquellas comunidades que no cumplan el objetivo de déficit.

La crisis económica ha dejado en segundo plano uno de los principales problemas de este país, el terrorismo de ETA. Se cumplen ahora seis meses del anuncio de “cese definitivo” de la violencia y da la impresión de que no se ha avanzado nada.

Solo ese anuncio de ETA es un avance impresionante. Hace tres años, cuando yo decía que íbamos a trabajar para que esta fuera la legislatura de la paz nadie se lo creía, y ahora estamos en un tiempo radicalmente diferente en Euskadi. Cuando una banda terrorista ha asesinado durante cuarenta años con cobertura social se generan focos de odio y de rechazo que tenemos que ir trabajando para que se deshagan. Eso tardará generaciones, no se va a resolver de la noche a la mañana. Puede parecer que no avanzamos, pero lo hacemos, y mucho. Los partidos políticos vascos no habíamos conseguido una acuerdo como el de la ponencia (en referencia a la Ponencia para la Convivencia encargada de consensuar medidas para acelerar el fin de la banda) desde el de la mesa de Ajuria Enea en 1988.

Usted fue uno de los primeros presidentes autonómicos que se entrevistó con el presidente Rajoy en La Moncloa, y ya entonces le pidió gestos para consolidar “el tiempo de la libertad, la paz y el fin de la violencia en el País Vasco”, entre ellos una nueva política penitenciaria.  

No quiero que nos quedemos solo en la política penitenciaria, que es competencia del Gobierno central, porque hablamos también del decálogo que presenté en el Parlamento vasco (un plan de paz con iniciativas para poner fin a la violencia). La legislación española es muy garantista y muy generosa en lo que es la reinserción, que es el objetivo que marca la propia Constitución. Esto no debe entenderse como debilidad, sino como fortaleza de un Estado de Derecho que ha ganado a la banda terrorista y aplica la ley para hacer que la política a ayude a consolidar un tiempo de libertad en este país. Eso requiere de una política penitencia diferente, pero también que el mundo de Batasuna deje de engañar a los presos y los deje recorrer el camino de la reinserción, porque han sido más rehenes de ETA que de nadie.  

Le hago preguntas concretas: ¿Libertad para los presos gravemente enfermos?

Sí, está en la ley.

¿Acercamiento de presos a cárceles del País Vasco?

También.

¿Se debe llevar a cabo ya?

Se puede empezar a hacer.

Y los presos de ETA, ¿qué pasos deben dar?

Los que marca la ley para la reinserción. No va a haber una amnistía, ni indultos colectivos. Es un recorrido individual de alguien que rechaza la violencia, asume la responsabilidad de su pasado, reconoce el daño causado e inicia un camino de integración en el sistema democrático.

Dentro de ese proceso su Gobierno ha propiciado encuentros entre víctimas y victimarios en la prisión de Nanclares de Oca. Han demostrado que es posible la reconciliación, pero es una vía meramente testimonial.  

Ya, pero nadie pensaba que todas las víctimas se iban a reunir con todos los victimarios. A veces, lo que uno necesita son ejemplos que puedan ir desbrozando un camino. También ha habido víctimas que han ido a nuestros colegios a hablar de su experiencia, no desde el odio, el rencor o las ganas de revancha, sino de contar lo que ha ocurrido en este país para generar valores. Necesitamos instalar en la sociedad esa pedagogía democrática, esos valores de tolerancia y respeto. 

¿Ayuda o dificulta la doctrina Parot la reinserción de los presos de ETA?

Siempre he respetado las decisiones de la Justicia, nos gusten más o menos. Dicho esto, espero que la doctrina Parot no sea ningún impedimento para seguir avanzando en lo que necesitamos en Euskadi.

El Parlamento vasco acaba de poner en marcha una ponencia para consensuar iniciativas políticas que aceleren la disolución de ETA, pero estamos a menos de un año de las elecciones autonómicas y eso limita su recorrido.  

Pero puede tener continuidad en la próxima legislatura. Una ponencia de estas características no debiera nacer con la temporalidad como condicionante. Es una cuestión de voluntad política.

Las elecciones van a cambiar sustancialmente la composición del Parlamento vasco la próxima legislatura con la incorporación de la izquierda abertzale, que ahora no está presente en la ponencia. 

Pues, perfecto. La ponencia tendrá otra composición, si es que la izquierda abertzale quiere participar en ella, porque ha dicho que no quería. Lo que no debemos hacer los partidos democráticos es estar permanentemente pendientes de la agenda, las urgencias y las políticas de Batasuna. En esta cámara se ha esperado durante 30 años a que ese mundo dejara de dar cobertura a los violentos, que dejara de disculpar y aplaudir, en ocasiones, los asesinatos de parlamentarios vascos. ¿Ahora qué pasa, que nos tiene que dar la venia para poder decidir políticas o medidas? Yo eso lo rechazo. Si quieren participar en ese recorrido democrático, bienvenidos sean, es más, tienen que  hacerlo. Nosotros podemos ayudar, pero ellos tienen que hacer todavía mucho más. Parece que ya han hecho todo lo que les corresponde, y me niego a que sea ese mundo el que nos ponga las exigencias a nosotros. No puede ser que aparezcan como víctimas quienes han dado cobertura a los victimarios, no puede ser.

Ha nombrado a Jesús Loza comisionado del lehendakari para la convivencia y la memoria, ¿qué tarea prioritaria le ha encargado?

Jesús Loza es una persona que tiene una muy buena relación con los grupos políticos y con las víctimas, y que, además, ya ha estado trabajando la política penitenciaria. Lo primero que está haciendo es profundizar en los contactos con todos los colectivos para recoger sus planteamientos y sus críticas antes de presentar una “hoja de ruta” para ayudar a la disolución de ETA.

¿Le ha recibido ya el ministro el Interior, que supongo es su interlocutor natural con el Gobierno?

Está dentro de la agenda del comisionado, y también estar con los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado. Queremos estar con todo el mundo.

Vamos, que no lo ha recibido.

Es que no conozco la agenda, pero estoy seguro de que no hay mala voluntad. El comisionado decidió que lo primero era entrevistarse con los colectivos de víctimas, con los partidos vascos y las instituciones en Euskadi. El ministro no debe faltar en esa agenda de ninguna manera, él o el responsable de Instituciones Penitenciarias.