El paro vuelve a ser casi total en una Asturias aún sin Gobierno

La huelga general en Asturias se está sintiendo en las fábricas, los polígonos industriales y el comercio con buena parte de los establecimientos cerrados en las tres grandes ciudades de la región. En el transporte, apenas hubo servicios mínimos, y los autobuses urbanos de Gijón no salieron de las cocheras. En la estación de Oviedo se produjeron algunas escenas de violencia al actuar la Policía para permitir la salida de un autocar con destino a la capital de España.

En este sector, no hubo acuerdo de servicios mínimos y gran parte de las líneas fueron bloqueadas por los piquetes que impidieron la circulación habitual. En las grandes superficies la presencia de gran número de personas forzó algunos cierres, como fue el caso del centro principal que El Corte Inglés tiene en Oviedo, donde un portavoz de la empresa salió a decir que bajarían la persiana, lo que fue recibido por los concentrados con grandes aplausos.

En algunas otras cadenas, los establecimientos echaban el candado al paso de los piquetes y en Alimerka, quizá la principal empresa de distribución de Asturias, la dirección y los representantes sindicales alcanzaron un acuerdo para permanecer cerrados hasta primeras horas de la tarde.

Tal y como ha venido sucediendo en anteriores paros generales, la industria en Asturias ha secundado totalmente el llamamiento, según fuentes sindicales, que citan las principales fábricas de la región y los polígonos industriales. En Arcelor Mittal, la multinacional siderúrgica con factorias en Avilés y Gijón, se cumplieron los servicios mínimos acordados y el porcentaje de huelguistas "fue muy alto", según representantes sindicales. La Policía apenas intervino en este sector, ya que la participación de los trabajadores en la huelga casi no requirió la vigilancia de las fuerzas del orden.

Los establecimientos comerciales hicieron caso de las peticiones de los convocantes de la huelga y a primeras horas de la mañana, tanto en Gijón como en Oviedo, eran escasísimos los comercios abiertos al público. En muchos de ellos, sobre todo del sector de hostelería, habían sido colocados días antes, carteles advirtiendo del cambio de la jornada de descanso para hoy. En esta rama, ya Asturias fue en el paro del 29 de setiembre de 2010, una comunidad con un seguimiento muy masivo y, en esta ocasión se repitió la operación. En aquellos casos en los que el propietario optó por la apertura, fue 'disuadido' rápidamente por grupo de trabajadores que conformaban los distintos piquetes.

Donde mayores problemas hubo fue en el transporte. Según todos los datos, las líneas ferroviarias se mantuvieron paralizadas, a excepción de algunos trayectos. En las empresas de transportes urbanos, salieron los autobuses urbanos de Oviedo con servicios mínimos, aunque con escaso número de viajeros, mientras que en Gijón la paralización fue total y no circuló ninguno de los vehículos de la flota de la empresa pública, al menos a primera hora de la mañana.

La estación de autobuses de Oviedo fue el principal centro de incidentes entre piquetes y Policía. Ya a las doce y media de la madrugada, la salida de un vehículo de Alsa con destino a Madrid tuvo que ser escoltado, después de que agentes policiales tuvieran que intervenir para permitir su salida. El rifirrafe entre las fuerzas del orden y los trabajadores continuó por la mañana, con algunas cargas y empujones, que no produjeron heridos. En Gijón, los piquetes retuvieron durante un par de horas a un autobús que cubría el trayecto entre Irún y Tuy, aunque después se le permitió circular, si bien parece, según algunas fuentes que no pudieron ser contrastadas, que sin pasajeros. Otro autocar de excursionistas franceses sufrió las consecuencias de la huelga, aunque por poco tiempo, ya que después de que el conductor explicó las circunstancias del viaje, los piquetes le franquearon el paso. Ni los autobuses entre Gijón y Oviedo y la primera ciudad y el aeropuerto realizaron el servicio.

El cierre de los kioscos y la irregular distribución impidió que apenas se pudieran vender los periódicos en Asturias, si bien llegaron ejemplares a manos de algunos suscriptores.