El voto emigrante puede dar a UPyD la llave del Gobierno asturiano

Los socialistas asturianos se aferran al clavo ardiendo del recuento del voto del exterior para tratar de modificar el reparto de escaños que ha deparado el 25 de marzo en Asturias ante la posibilidad de que pueda obtener un diputado más por la circunscripción occidental en detrimento de Foro Asturias. Si se diera esta circunstancia, el envenenado resultado de las elecciones anticipadas le privaría de la mayoría absoluta a la conjunción de escaños de PP y el partido de Cascos, y la suma de PSOE e IU daría también 22 parlamentarios, dejando al recién estrenado asiento de UPyD la llave para la gobernabilidad de la comunidad autónoma.

El PSOE necesita que los emigrantes les otorguen 177 votos más que a Foro Asturias para que el disputado parlamentario por Occidente caiga en su saca, pero el recuento de estos sufragios no tendrá lugar hasta el miércoles a partir de las ocho de la mañana cuando la Junta Electoral abra las papeletas de los asturianos de la diáspora que han solicitado ejercer su derecho ciudadano, tal como establece la ley electoral del Principado de Asturias.

Tradicionalmente, este escrutinio siempre es favorable a los socialistas que tienen una importante presencia fuera de las fronteras, pero la posibilidad de que este sufragio cambie las cosas se ve de forma distinta dependiendo de quién es el beneficiario del mismo. La candidatura de Javier Fernández confía en que la diferencia sea suficiente para otorgar al PSOE su parlamentario número 17.

El partido de Cascos, por su parte, no cree que haya margen para alterar el escrutinio de la noche electoral. No obstante, ayer todavía no había llegado a los encargados del recuento el número suficiente de votos como para valorar si el objetivo de variación de escaños es factible.

La consecución de un escaño más por parte del PSOE tiene importancia desde el punto de vista de la técnica procedimental para elegir presidente del Gobierno, ya que la ley que establece el mecanismo de designación de jefe del Ejecutivo limita el voto de los grupos parlamentarios a la abstención o al sí, no permitiendo el rechazo al candidato. En ese caso, socialistas e IU podrían conseguir el respaldo suficiente para dar la Presidencia a Javier Fernández, puesto que la abstención de UPyD sería insuficiente para un veto.

Otra cosa sería que Foro presentara candidato y el PP no se abstuviera. Con 22 votos repartidos entre derecha e izquierda, UPyD o le entrega su escaño a la alianza de centro derecha o en segunda votación la mayoría que representa el partido más votado se alzaría con el Ejecutivo.

Ayer, Francisco Álvarez-Cascos, tras analizar los resultados y las posibilidades de su partido para revalidar mayoría de gobierno, lanzó un aviso para navegantes a las filas del PP: no vale la abstención, porque ello supone mecánicamente que las riendas del poder autonómico pasen a manos de los socialistas. Los afines a Mercedes Fernández todavía no han deshojado la margarita de si apoyan o no a su rival más directo y las declaraciones de sus líderes cesaron ayer a la espera de lo que decida la Junta Directiva Regional del PP o, en su caso, la dirección nacional en Génova.

La valoración de los datos está todavía en plena digestión y es más que probable que hasta que no se resuelva el voto del exterior, no se decante hacia una u otra posición. La cabeza de lista del Partido Popular recordó la misma noche electoral que es responsabilidad de quien busca apoyos mover los hilos para lograrlos, lo que da a entender que si Cascos no mueve ficha, Mercedes Fernández se quedará quieta, si bien ya han empezado entre los afiliados conservadores a manifestar la necesidad de que se acabe con los personalismos y se llegue a un consenso.