Leopoldo Arnaiz: de la Ciudad Financiera al tamayazo

Leopoldo Arnaiz Eguren es un próspero empresario que acumula una treintena de cargos en más de veinte empresas. Su buque insignia es Arnaiz&Partners, dedicada a la consultoría inmobiliaria, la construcción, la promoción y la formación; su cuartel general, un espectacular edificio en la calle Méndez Álvaro coronado por su despacho, a través de cuyas cristaleras otea todo Madrid. Ha expandido su negocio por Europa del Este, Latinoamérica y África, aunque actualmente pasa por importantes dificultades económicas.

En 2010 facturó 58 millones de euros, sin contar el negocio de su estructura paralela opaca de 33 empresas, a cuyo frente ha colocado a hombres de paja. Lo hace para no llamar la atención cuando promueve obras en alguno de los más de 60 municipios de toda España –principalmente en Madrid- en los que ha sido el redactor del Plan General Urbano contratado por el respectivo ayuntamiento.

Esta duplicidad de intereses le ha llevado a los tribunales más de una vez. Lleva varios años imputado en el caso Alcorcón por simultanear el asesoramiento a empresas privadas con la redacción del plan urbanístico de la ciudad madrileña, acusado de tráfico de influencias y negociaciones prohibidas. Cobró importantes cantidades de Metrovacesa, entre otras compañías. Fue imputado junto al alcalde Pablo Zúñiga (PP) y los polémicos constructores Francisco Bravo y Francisco Vázquez, quienes reservaron las habitaciones de hotel en las que se refugiaron los diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez.

Su deserción le costó la presidencia de la Comunidad de Madrid al socialista Rafael Simancas tras la repetición de las elecciones. La comisión de la Asamblea que investigó la trama inmobiliaria que rodeaba a Tamayo y Sáez lo llamó a declarar y allí estuvo casi cinco horas. Los tribunales de Móstoles lo absolvieron en el caso de la Ciudad Financiera a finales del pasado año, aunque la Audiencia Provincial admitió el recurso de los denunciantes. Tras las informaciones publicadas por El Confidencial, el caso puede dar un giro.