Los controladores aéreos responden a los ataques de Blanco con la amenaza de colapsar Barajas

Volar en los próximos días puede convertirse en una verdadera pesadilla, sobre todo para aquellos pasajeros con destino a Estados Unidos -ante el anuncio por parte de Washington de controles más estrictos para conjurar la amenaza terrorista- o los que tengan que partir o hacer escala en Barajas.

Los controladores aéreos españoles, un sector "privilegiado" en el que el sueldo mínimo, según José Blanco, supera los 370.000 euros anuales, respondieron ayer a los ataques del ministro de Fomento con la amenaza de colapsar el aeropuerto madrileño, después de haber provocado el pasado fin de semana graves retrasos en los aeropuertos de Canarias con una huelga de celo encubierta.

La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), que agrupa al 95% de los casi 2.500 trabajadores del sector, rechazó ayer que sus afiliados estén realizando una huelga encubierta, como aseguró Blanco, y culparon a éste de los retrasos en Canarias, que atribuyeron a la "deficiente programación" de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). "Es fácilmente constatable que en Canarias hay entre un 20% y un 30% menos de personal respecto a las mismas fechas del año pasado y con el mismo nivel de tráfico", añadió la USCA.

Esa supuesta falta de programación también va a provocar "demoras" en Barajas durante los próximos días, según advirtieron ayer los controladores. Los retrasos podrían colapsar el principal aeropuerto del país en fechas con un gran volumen de tráfico aéreo, como Nochevieja, Año Nuevo y Reyes.

Sin embargo, AENA responsabiliza directamente a los controladores de los retrasos del fin de semana en el archipiélago canario y del probable colapso de Barajas. Según el organismo de Fomento que gestiona el tráfico aéreo, la ausencia injustificada de varios controladores en sus puestos de trabajo provocó ayer fuertes retrasos en al menos 18 vuelos procedentes de diversos países de la Unión Europea con destino a Santa Cruz de Tenerife. AENA teme ahora, según las fuentes consultadas por El Confidencial, que la USCA aplique esa misma estrategia en Barajas para dar publicidad a sus reivindicaciones.

Bajas médicas

Hace ahora casi un año, el pasado 2 de enero, Madrid-Barajas registró importantes demoras en el tráfico aéreo debido a la baja médica simultánea de varios controladores, que coincidió con la supuesta huelga de celo de los pilotos de Iberia.

El origen del conflicto está en el anuncio de AENA de reducir en 500 millones de euros los costes de navegación aérea durante el periodo 2010-2014 y aumentar el índice de productividad del colectivo. Para alcanzar ese objetivo, Fomento quiere recortar en un solo año 200 millones el coste de las jornadas adicionales de los controladores. Éstos, por su parte, han puesto un techo a esos recortes: 180 millones de euros.

AENA considera que, ante la caída "espectacular" de la demanda en el tráfico aéreo -hasta un 20% en Canarias y un 13% en Madrid-, hay que reducir los costes sin poner en peligro la seguridad y la calidad del servicio. Para ello, propone recortar el número de horas extras y optimizar las rutas, negociando con el Ministerio de Defensa el uso de pasillos aéreos militares.