Un ‘botijero’ entre piratas

Si usted mira la foto que ilustra esta información puede pensar que se trata de uno de los marineros del Alakrana o de alguno de los familiares de los secuestrados. No es el caso. Se trata de Nicolás Martín Cinto y su participación en diversas negociaciones anteriores le han colocado en el punto de mira de Miguel Ángel Moratinos, que le ha designado mediador para ayudar en la liberación de los pescadores del atunero vasco.

El ministro de Exteriores sabe lo que hace. El hombre que se reunió ayer con el primer ministro somalí para acelerar las negociaciones tiene un largo currículum plagados de éxitos en su haber.

Embajador español en Kenia desde 2006, Martín Cinto (65 años) no nació negociador, sino que fueron las circunstancias las que le llevaron a ello. Inició su carrera diplomática en 1979. Cónsul aquí y allá, el actual embajador keniano fue nombrado coordinador de la política exterior antiterrorista en 1987. De allí paso a Interior, en un puesto que supondría su bautismo de fuego.

A partir de 1990 a Martín Cinto comenzó a conocérsele como el Botijero. Este apodo era el nombre en clave que la cúpula de ETA le dio cuando trataron con él como mediador entre marzo y junio de aquel año. Cinco entrevistas en Santo Domingo con el etarra Eugenio Etxebeste Antxón avalan su experiencia en este campo.

Tres éxitos clave

Alejado durante algunos años de estas competencias, en 2006, recién nombrado embajador en Kenia, no tuvo más remedio que volver a ellas. En diciembre de ese año dos cooperantes de Médicos Sin Fronteras eran secuestradas. Las negociaciones de Cinto durante 10 días fueron claves para que la española Mercedes García y la argentina Pilar Bauza volviesen a casa sanas y salvas.

En un caso similar al de estas cooperantes, el Botijero también participó en las conversaciones que llevaron a la liberación del fotógrafo español de la Agencia France Presse, José Cendón. El periodista fue secuestrado entre finales de 2008 y principios de 2009 en Somalia.

Sin embargo, la negociación por la que los familiares del Alakrana podrían dormir un poco más tranquilos es la del pesquero Playa de Bakio. En abril de 2008 este atunero fue secuestrado a 250 millas de la costa de Somalia por piratas, en un caso muy similar al del Alakrana.

El buen hacer de Martín Cinto dio sus frutos y el episodio terminó de la mejor forma posible: con la liberación, sanos y salvos, de toda la tripulación. Aunque el Gobierno negó el pago de un rescate, uno de los negociadores afirmó que la libertad del atunero costó 1,2 millones de dólares.

Tres resoluciones de conflictos en África que acabaron con final feliz y que llenan de esperanza a todos los que esperan un desenlace similar para el Alakrana.