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El PP ganaría hoy las elecciones europeas… pero no las generales
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EL JUEGO DE LAS ENCUESTAS

El PP ganaría hoy las elecciones europeas… pero no las generales

No es casual que Aznar reaparezca ahora con un libro titulado España puede salir de la crisis (Ed. Planeta) ni que se hiciese una foto con

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El PP ganaría hoy las elecciones europeas… pero no las generales

No es casual que Aznar reaparezca ahora con un libro titulado España puede salir de la crisis (Ed. Planeta) ni que se hiciese una foto con el gobierno que presidió sólo para advertir que él tiene la receta  para salvarnos de la debacle. Está todo planificado, señala Juan Carlos Jiménez, profesor de sociología de la Universidad San Pablo-CEU, ya que insistir ahora en que un gobierno del PP consiguió remontar una situación de crisis es parte de esa estrategia del partido conservador, según la cual las elecciones europeas han de ser una moción de censura contra Zapatero. O dicho de otra manera, el PP está empezando a ver que, tras cinco años, existe una oportunidad real de desbancar al PSOE del gobierno. Y las europeas pueden ser el pistoletazo de salida.

 

Pero si bien existe cierto consenso acerca del ascenso del PP en los próximos comicios, situándole muchos analistas como vencedor indiscutible, queda por ver si es posible una extrapolación de esos mismos resultados a unas elecciones generales. Porque también señalan numerosos expertos que hoy el PP no vencería en unas generales; que los buenos datos de las europeas para el PP, de tener lugar, vendrían causados más por especificidades de estos comicios que por un retrato real  de la situación.

El fuego lo abrió una encuesta realizada por investigadores de la London School of Economics, según la cual el PP obtendría el 43,5% de los sufragios mientras que el PSOE sólo llegaría hasta el 39%. Es decir, que el partido de la derecha no sólo ganaría las elecciones, sino que conseguiría una ventaja de 4,5 puntos, señal inequívoca de un cambio de tendencia.

El catedrático de Comunicación de la Universidad Complutense José Luis Dader advierte que no debemos tomar al pie de la letra estos resultados, en la medida en que son en buena parte fruto de la perspectiva adoptada por los encuestadores. “Normalmente, las encuestas que se hacen para el Parlamento europeo suelen sobreestimar el voto de los partidos gobernantes y no tienen en cuenta suficientemente el voto a los pequeños, especialmente si son partidos antieuropeos. Lo que han hecho en este caso es aplicar una serie de correctores para rebajar la estimación sobre respuesta directa incrementando el voto a los partidos pequeños”. Eso, subraya Dader, es lo que explica unos datos tan poco favorables al PSOE. Es probable, pues, que las encuestas nacionales nos ofrezcan unos resultados diferentes, como ya ha ocurrido con la que ha hecho pública el CIS esta misma semana, que nos habla de un empate técnico.

Además, y en segundo lugar, las encuestas realizadas ahora están demasiado lejos de los elecciones como para ofrecer datos sólidos. Para encontrar resultados más fiables “habremos de esperar a las encuestas más cercanas a los comicios, ya que si la percepción negativa de la crisis se intensifica y si los datos de paro siguen creciendo, los porcentajes también serán otros”. Igualmente, las informaciones sobre la corrupción de altos cargos podrían restar votos al PP, aunque Dader lo crea menos probable. “Da la sensación de la opinión pública no está contabilizando esos escándalos porque está preocupada por otras cosas. Hay asuntos podrían causar rechazo por cuestiones político-ideológicas que no están funcionando.”

En todo caso, no podemos olvidar que las encuestas no sólo sirven para ofrecer una foto de la situación a los ciudadanos, sino que se utilizan en muchas ocasiones con intención de activar o desactivar a los electores. Algo que puede resultar decisivo en estos comicios toda vez que, como señala José Luis Sanchís, asesor electoral

en numerosas campañas nacionales e internacionales, “la clave estará en la participación. En las europeas votan alrededor de 7 millones de personas a cada uno de los grandes partidos, mientras que en las generales lo hacen 10 millones. La clave, por tanto, estará en saber movilizar a esos tres millones restantes”.

Resultados no extrapolables

Pero, una vez establecidas las peculiaridades de los próximos comicios, podemos preguntarnos si sus resultados son extrapolables a las generales, si realmente lo que señalen las urnas marcará el camino de los cambios en el Gobierno o si no podemos concederle más valor que el meramente coyuntural. Dader pide, en ese sentido, prudencia, ya que la experiencia de las elecciones europeas de 2004 nos señala que éstas divergieron notablemente tanto de las generales de ese mismo año como de las de 2008.

Coincide Juan Carlos Jiménez en que habría que tomar con cuidado los resultados de los comicios europeos. “Es muy difícil sacar conclusiones, ya que el elector no se comporta igual en las generales que en las locales o en las europeas. Y de todas las elecciones, las más raras son éstas. A nivel nacional, por ejemplo, nunca hubiera sido elegido un Ruiz Mateos”. Insiste Jiménez en que el elevado porcentaje de abstención impide hacer abstracción de sus resultados cara a las generales pero sí cree que estos comicios servirán “para medir el castigo que se va a dar al gobierno. Lo que sí quedará claro es si Zapatero ha perdido o no su capacidad de liderazgo. Si el PP gana por 3 ó 4 puntos, el presidente se va a ver comprometido muy directamente”.

Jiménez entiende que no es tan descabellado pensar que el triunfo del PP puede producirse por una ventaja considerable, toda vez que lo tendrá mucho más fácil que el PSOE a la hora de movilizar a su electorado, ya que “si lo plantea como la primera moción de censura a Zapatero puede activar a muchos de sus votantes. Y los socialistas lo tienen más complicado, porque el voto anti PP puede estar desmovilizado”. Coincide Dader en que esa posibilidad existe, ya que las anteriores europeas demostraron que “hubo parte del electorado que votó por el PSOE en las generales, ya fuera por afinidad ideológica o por ser anti PP, que luego se abstuvo en las europeas. Y eso fue lo que redujo la diferencia”.

En todo caso, una mayoría de expertos opina que si bien es probable que el PP gane estos comicios, si las generales se celebrasen hoy, no tendrían tan buenos resultados. Algo que Jiménez pone en duda por dos motivos. En primer lugar, porque podría estar dándose un fenómeno similar, al de los años 95-96, cuando el voto urbano (que ahora, como entonces, es del PP) señaló el cambio de tendencia. En segunda instancia, “porque las  elecciones  gallegas han dejado claro que el escenario estaba cambiando”. En consecuencia, si los datos del paro no se arreglan y  si no hay una idea que nos haga ver que estamos ante el fin de la crisis, “caminamos a marchas forzadas hacia unas elecciones anticipadas”, que Jiménez situaría, como pronto, “en otoño de 2010”.

No es casual que Aznar reaparezca ahora con un libro titulado España puede salir de la crisis (Ed. Planeta) ni que se hiciese una foto con el gobierno que presidió sólo para advertir que él tiene la receta  para salvarnos de la debacle. Está todo planificado, señala Juan Carlos Jiménez, profesor de sociología de la Universidad San Pablo-CEU, ya que insistir ahora en que un gobierno del PP consiguió remontar una situación de crisis es parte de esa estrategia del partido conservador, según la cual las elecciones europeas han de ser una moción de censura contra Zapatero. O dicho de otra manera, el PP está empezando a ver que, tras cinco años, existe una oportunidad real de desbancar al PSOE del gobierno. Y las europeas pueden ser el pistoletazo de salida.