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Arenas cambiará su estrategia de acoso y derribo tras la marcha de Chaves
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PIDE ELECCIONES ANTICIPADAS Y TACHA A GRIÑAN DE “MARIONETA”

Arenas cambiará su estrategia de acoso y derribo tras la marcha de Chaves

El blanco era fácil: un presidente con un discurso agotado, 19 años en el poder, un sistema clientelar, y que se sentía incómodo en el cara

Foto: Arenas cambiará su estrategia de acoso y derribo tras la marcha de Chaves
Arenas cambiará su estrategia de acoso y derribo tras la marcha de Chaves

El blanco era fácil: un presidente con un discurso agotado, 19 años en el poder, un sistema clientelar, y que se sentía incómodo en el cara a cara. Pero Zapatero nombró vicepresidente tercero al contrincante y ahí se esfumaron los planes urdidos por Arenas tras las elecciones de marzo de 2008. Javier Arenas diseña estos días de Semana Santa su estrategia en un Parlamento andaluz no sólo sin Chaves, sino también sin Gaspar Zarrías, azote favorito de la oposición popular.

Lo primero que ha hecho Arenas es pedir elecciones anticipadas. No cree que José Antonio Griñán esté legitimado para capitanear la Junta de Andalucía hasta los comicios de 2012. “Griñán no se ha presentado como cabeza de cartel”. “Está todavía por ver cómo cuadra el nuevo Gobierno andaluz, pero lo que está claro es que quien va a seguir mandando es Chaves desde Madrid. Griñán es una simple marioneta y es una falta de respeto lo que han hecho con los andaluces”, destacan a El Confidencial fuentes del PP-A.

La argumentación de Arenas obvia que en el propio PP andaluz ya han aplicado esa misma receta. La por aquel entonces alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, también huyó al Gobierno Central, solicitada por José María Aznar, para ser ministra de Sanidad. Fue en 2000, también apenas un año después de que Villalobos ganara las elecciones por mayoría absoluta. Su sustituto, Francisco de la Torre, venció en las elecciones de 2003 y también las de 2007. De la Torre, al igual que Griñán, era un número 2 que jamás pensó ser número 1 y ahora el PP de Málaga no se plantea otro candidato.

Arenas ha intentado en los últimos meses noquear como fuera a Chaves. Amagó con una moción de censura y convocó movilizaciones denunciando la política de empleo de la Junta de Andalucía (apenas 13.000 en la manifestación del 15 de febrero en Málaga, con el lema 850.000 parados, hay motivos; otra Córdoba, el 29 de marzo, con apenas 1.500 personas; y hay previstas otras siete manifestaciones en la comunidad).

El político popular también ha practicado una intensa política de acoso y derribo al presidente en los debates del Parlamento andaluz, mucho más animado dialécticamente en esta legislatura que en las dos anteriores con Teófila Martínez, que se volcaba en la Alcaldía de Cádiz y que en Sevilla apenas se limitaba a cumplir el expediente.

Elecciones andaluzas al margen de las generales

Arenas participará mañana un encuentro informativo, en un chiringuito del Paseo Marítimo Antonio Banderas de Málaga, previa a la corrida picassiana que celebra en la Plaza de Toros de La Malagueta, e insistirá en elecciones andaluzas separadas de las nacionales, una de sus grandes obsesiones.

“Desde 1996 siempre nos hemos visto eclipsados por el debate nacional; hace falta un debate propio en Andalucía”, resaltan fuentes populares a este diario, que insisten: “Griñán está ahí por amistad con Chaves porque no era plato de su gusto ser presidente de la Junta. Ha aceptado el cargo para hacerle un favor a su amigo. En 1982 Griñán ya era viceconsejero de Sanidad y no acaba de llegar a esto, aparte de que tiene la misma edad que Chaves. No tiene nada de renovación”.

El blanco era fácil: un presidente con un discurso agotado, 19 años en el poder, un sistema clientelar, y que se sentía incómodo en el cara a cara. Pero Zapatero nombró vicepresidente tercero al contrincante y ahí se esfumaron los planes urdidos por Arenas tras las elecciones de marzo de 2008. Javier Arenas diseña estos días de Semana Santa su estrategia en un Parlamento andaluz no sólo sin Chaves, sino también sin Gaspar Zarrías, azote favorito de la oposición popular.

Javier Arenas Manuel Chaves