La Guardia Civil se queda sin ‘cascos azules’

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y su secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, han dado carpetazo definitivo al proyecto de crear una Agrupación de Proyección Exterior (APEX) de la Guardia Civil.

Se trataba de disponer de una fuerza equivalente a una brigada militar disminuida, de 1.200 efectivos, para participar como 'cascos azules' en cometidos internacionales de interposición y pacificación en países en conflicto.

El proyecto APEX fue anunciado hace más de un año a bombo y platillo después de que el ya ex director de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche, pusiera a trabajar en el mismo a varios oficiales y especialistas. Éstos presentaron un plan para disponer de 1.179 efectivos encuadrados en una Unidad de Reserva.

El plan operativo consistía en dotarse de los recursos y la capacidad necesaria para mantener en el extranjero dos compañías de 140 a 200 efectivos cada una, otras dos capaces de relevarlas, unas secciones de apoyo y la jefatura de mando.

Sin embargo, el proyecto duerme el sueño del olvido, después de que en marzo del año pasado fuera enviado a la Secretaría de Estado de Seguridad, para que emitiese su criterio, y al ministro Rubalcaba, para que junto al titular de Defensa, José Antonio Alonso, lo elevaran al Consejo de Ministros. A las discrepancias profundas entre Camacho y Arruche sobre las funciones de la Guardia Civil se ha sumado la crisis de alistamiento en la Benemérita, las presiones internas y externas sobre la progresiva desmilitarización y las rebajas presupuestarias de Solbes.

En resumen, el proyecto de exportar guardias civiles en misiones humanitarias y de paz, como fuerza de apoyo al Ejército español, ha quedado reducido a la formación de 108 guardias este año en Operaciones Internacionales, con los que intentar componer una unidad de proyección exterior con un máximo de 140 agentes que tendrá su cuartel estable en la Base Aérea de Zaragoza.