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Rubalcaba vetó la visita de Zapatero, De la Vega y Caldera a la T4 el día siguiente de los atentados
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Rubalcaba vetó la visita de Zapatero, De la Vega y Caldera a la T4 el día siguiente de los atentados

Rubalcaba dio un ‘golpe de mano’ en La Moncloa minutos después de que se produjera el atentado de ETA en Barajas el pasado 30 de diciembre.

Foto: Rubalcaba vetó la visita de Zapatero, De la Vega y Caldera a la T4 el día siguiente de los atentados
Rubalcaba vetó la visita de Zapatero, De la Vega y Caldera a la T4 el día siguiente de los atentados

Rubalcaba dio un ‘golpe de mano’ en La Moncloa minutos después de que se produjera el atentado de ETA en Barajas el pasado 30 de diciembre. El ministro de Interior arrinconó a Zapatero y a Fernández de la Vega, a los que aconsejó que pasaran a un segundo plano y le dejaran llevar a él las riendas de la comunicación y de la gestión de la crisis.

Según fuentes del entorno de La Moncloa a las que ha tenido acceso El Confidencial, Alfredo Pérez Rubalcaba exigió al presidente y a la vicepresidenta, ambos de vacaciones, que no interfirieran en su labor al frente de la reconducción de la crisis provocada por el atentado de la banda terrorista ETA en la Terminal 4 de Barajas.

Fernández de la Vega, que no se resignaba a quedarse de brazos cruzados, planeó para el 31 de diciembre una visita, junto al ministro Caldera, a la Zona Cero. Se trataba de asumir una vez más su papel de ‘apagar fuegos’ y escenificar una primera ‘avanzadilla’ que debía preceder a la visita de Zapatero.

Cuando Rubalcaba se enteró de los planes de De la Vega, amparado en que él era el ministro del Interior y que tenía más experiencia que el resto del Ejecutivo en el manejo de crisis de esta naturaleza, vetó que la vicepresidenta y el ministro de Asuntos Sociales se desplazaran hasta el lugar de los atentados. Respecto a Zapatero, le aconsejó que se quitara del medio y que no visitara la T4.

Moraleda, en fuera de juego

Finalmente, el presidente del Gobierno accedió a los requerimientos de Rubalcaba, pasó la Nochevieja junto a su familia en Doñana y no visitó el lugar de los atentados. Más tarde, sin embargo, y tras la presencia de Mariano Rajoy en la T-4 se decidió que Zapatero debía también trasladarse a Barajas. Así las cosas, cinco días después de los atentados, el jueves 4 de enero, el presidente visitaba la Zona Cero.

El ministro del Interior, de manera unilateral, fue el que decidió que nadie del Gobierno hiciera declaraciones al día siguiente del atentado, lo que permitió que sólo los dirigentes del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, Gallardon, Alfredo Prada y Lucía Figar, fuesen los protagonistas de esas primeras 48 horas en el aeropuerto de Barajas.

Respecto a la comunicación, las fuentes señaladas anteriormente aseguran que el ministro de Interior despreció el papel que debía haber asumido el secretario de Estado: “Moraleda ni pinchaba ni cortaba, toda la estrategia de comunicación la planeó Rubalcaba y sus ‘terminales monclovitas’, Jose Enrique Serrano y Enrique Guerrero”.

Rubalcaba dio un ‘golpe de mano’ en La Moncloa minutos después de que se produjera el atentado de ETA en Barajas el pasado 30 de diciembre. El ministro de Interior arrinconó a Zapatero y a Fernández de la Vega, a los que aconsejó que pasaran a un segundo plano y le dejaran llevar a él las riendas de la comunicación y de la gestión de la crisis.