Es noticia
Jose Antonio Martínez (Making Science): "Es posible que podamos repartir dividendo en un par de años"
  1. Empresas
entrevista

Jose Antonio Martínez (Making Science): "Es posible que podamos repartir dividendo en un par de años"

Hablamos con Jose Antonio Martínez Aguilar, fundador y CEO de la compañía, para conocer sus planes de crecimiento, su trayectoria por el BME Growth y el impacto de los últimos avances de la inteligencia artificial

Foto:  José Antonio Martínez Aguilar, fundador y CEO de Making Science. (Foto cedida)
José Antonio Martínez Aguilar, fundador y CEO de Making Science. (Foto cedida)

Making Science nació en 2016 de la mano de Jose Antonio Martínez Aguilar, un ingeniero que, tras pasar más de 10 años en Google, decidió crear su propia empresa de tecnología y marketing digital. Tan solo cuatro años después, con presencia en España y Portugal, debutó en el BME Growth, y al poco, en el Euronext. Hoy día, la compañía cuenta con cuatro líneas de negocio: una agencia digital; una división de productos de tecnología IA y SaaS; una división de cloud, cyber y sofware, y el área de ventis (inversiones). Y ya tienen presencia local en 15 países, una base de más de 850 clientes, 1.200 empleados y una red de 22 oficinas repartidas entre Europa (seis en España), Estados Unidos y América Latina.

2023 lo cerró con unas ventas de 236 millones de euros y un ebitda de 8,1 millones. Desde El Confidencial nos hemos querido desaprovechar la ocasión de sentarnos con el fundador y CEO, para conocer aspectos tales como el recorrido y los planes de la compañía en los próximos años, su trayectoria por el BME Growth y el impacto de la inteligencia artificial en la sociedad.

PREGUNTA. Los resultados de 2023 han sido positivos, pero ¿tanto como esperaba? Por primera vez desde 2019, el ebitda recurrente ha caído de 9,2 a 8,1 millones de euros, ¿por qué?

RESPUESTA. Hemos continuado nuestro crecimiento en todas las magnitudes del negocio, con unas ventas de 236 millones de euros y un margen bruto de 64 millones. Pero también hemos marcado un hito importante con la expansión en Estados Unidos y la contratación de un equipo de nueve personas allí. Esa apuesta por el talento, lógicamente, ha impactado en nuestra cuenta de resultados con una reducción de tres millones de euros en el ebitda, que habríamos conseguido con el resto del mercado. Prácticamente el 50% de nuestro ebitda viene del mercado nacional y el otro 50% del mercado internacional.

P. Es una gran apuesta por el talento en Estados Unidos.

R. Se trata de perfiles seniors procedentes de Google que nos han permitido conseguir el estatus de reseller de Google Marketing Platform. Y esto es un gran paso. Por ejemplo, en Estados Unidos había 12 resellers de Google Analytic 360, la plataforma de enterprise de Google que utilizan las empresas más grandes del mundo, ahora nosotros hemos conseguido ser el décimo tercero. Es algo dificilísimo, de hecho, somos la única empresa española que lo ha conseguido. Comprar un reseller americano nos hubiera supuesto una gran inversión de unos 40 millones de dólares, pero decidimos contratar este equipo y llevar a cabo un proceso orgánico.

"Vamos a hacer una ampliación de capital. Anunciaremos las condiciones cuando publiquemos los resultados auditados de 2023"

P. Se han marcado un objetivo de 14-15 millones de euros de ebitda en 2024. ¿No es un objetivo muy ambicioso teniendo en cuenta el contexto económico, político y social? Elecciones en varias partes del mundo, una baja de tipos todavía incierta…

R. Es cierto que el escenario macroeconómico global es complicado, pero tenemos un modelo de negocio muy recurrente. Ayudamos a nuestros clientes a digitalizarse, desde el marketing digital hasta la nube, la ciberseguridad, el desarrollo de páginas web… Y la digitalización va a seguir creciendo en todos los sectores, por lo que tenemos ese viento de cola. Por otro lado, al estar más diversificados geográficamente, aunque España o Francia, por ejemplo, crezcan un poco menos, estamos entrando en mercados que son muy grandes y eso nos da más posibilidades. También hay que tener en cuenta que somos un partner muy importante de los gigantes tecnológicos, y si ellos crecen, nosotros también crecemos. Es un reto, por supuesto, pero hemos visto que el año ha empezado con más alegría y somos muy positivos de cara a este ejercicio.

P. Tradicionalmente, han puesto mucho peso en la expansión internacional a través de adquisiciones, ¿tienen previsto continuar en esta senda? ¿Cómo van a financiar este crecimiento? Ampliaciones de capital, deuda…

R. Históricamente, hemos hecho ampliaciones de capital dinerarias y no dinerarias para financiar el crecimiento internacional y también hemos crecido en deuda. Recientemente hemos anunciado que queremos hacer otra ampliación de capital porque pensamos que con la expansión en Estados Unidos y con la presencia en 15 mercados ya tenemos el tamaño suficiente para seguir creciendo de forma fuerte. Estamos en lo que llamamos la fase tres: ya hemos crecido un 20% orgánicamente y la empresa se hace muy grande. No es lo mismo un 20% cuando facturábamos 30 millones de euros que un 20% cuando facturamos más de 200 millones. Las adquisiciones en el futuro no tendrán tanto peso en las cuentas del grupo.

Anunciaremos las condiciones de esta ampliación de capital cuando publiquemos los resultados auditados de 2023. El objetivo es ir desapalancando. A día de hoy estamos muy centrados ya en la rentabilidad y en el cash flow.

P. ¿Alguna adquisición a la vista?

R. De momento estamos siendo muy prudentes, por las valoraciones y los tipos de interés, que se siguen ajustando en el mercado. Pero nuestra gran apuesta siempre ha sido la tecnología y, en concreto, la inteligencia artificial, tanto predictiva como generativa. Llevamos invirtiendo en ello ocho años y seguiremos haciéndolo.

placeholder José Antonio Martínez Aguilar, fundador y CEO de Making Science. (Foto cedida)
José Antonio Martínez Aguilar, fundador y CEO de Making Science. (Foto cedida)

P. ¿Cómo les ha ayudado la salida a bolsa en la expansión? El pasado miércoles, precisamente, se cumplieron cuatro años del debut.

R. Muy positivo. Si miramos el crecimiento, la compañía se ha multiplicado de 2,5 millones de ebitda en 2019 a 14-15 millones que haremos este año. En personal, hemos pasado de 200 a 1.200. En países, de dos a 15 directos y 25 indirectos. Y en número de oficinas, de dos a 22 distribuidas por todo el mundo. La bolsa nos ha ayudado con la imagen pública, con la credibilidad y con la financiación. Respecto a la expansión, parte de la compra de empresas las hemos pagado en acciones, algo que nos ha resultado mucho más sencillo. También nos ha ayudado a fidelizar talento. Es un balance muy positivo.

P. ¿Cómo percibe la confianza de los inversores en este mercado? Este año se cumplen 10 años de la gran estafa de Gowex y, precisamente, el caso de EiDF ha despertado estos fantasmas. ¿Les ha salpicado de alguna manera?

R. En absoluto. Nuestra cotización se vio afectada en 2021 y 2022 por la venta de determinados inversores que en aquel momento tuvieron la necesidad de vender. Pienso que el BME Growth y, en general, todos los mercados como este (por ejemplo, Euronext) cada vez ganan más confianza y refuerzan todos los mecanismos de compliance, transparencia y control. De vez en cuando puede ocurrir algún caso, pero no solo en BME Growth, también ha habido casos en el Nasdaq, por ejemplo.

P. Recientemente se empezó a hablar de una posible avalancha de salidas a bolsa, sobre todo del sector tecnológico y renovables. ¿Va a ser una realidad o las expectativas están siendo demasiado altas? ¿Le preocupa el aumento de competencia?

R. Que haya compañías en bolsa es positivo porque las fuerza a ser mucho más transparentes y sistemáticas. Desde el punto de vista de los inversores también es positivo porque hay más posibilidades de invertir. No sé si habrá muchas salidas a bolsa o no, dependerá de las condiciones del mercado. Hace dos años se cerró mucho cuando comenzaron a subir los tipos. Parece que el año pasado se empezó a abrir otra vez, aunque muy concentrado en las grandes compañías. Ahora se ha empezado a abrir a pequeñas y medianas. El valor de las acciones de las grandes ha crecido tanto que el dinero busca sitios donde pueda tener rentabilidad.

P. ¿Cuáles son sus principales inversores: profesionales o minoristas?

R. La mayor parte del accionariado está en la gestión, yo soy el mayor accionista. Hemos comprado empresas de otros países con acciones. Es decir, la mayor parte está en manos de los propietarios de empresas que hemos comprado y de empleados. Tenemos un 14% en free float, y ahora queremos ampliar la base de inversores institucionales también para afrontar esta fase tres.

P. ¿Cuándo considera que empezarán a repartir dividendo?

R. Estamos orientados a crecer fuera de España y todos los beneficios los seguimos reinvirtiendo. Dentro de un par de años, cuando hayamos absorbido todas las compras que hemos realizado, tendremos mucho más cash flow y es posible que podamos repartir dividendo.

P. ¿Tienen en el foco alcanzar el mercado continuo algún día? ¿Lo ven lejano?

R. Los pasos de salir a los mercados tienen que tener una lógica racional. Nosotros salimos al BME Growth para tener más credibilidad, comprar empresas y tener acciones públicas. También entramos en el Euronext en 2020 porque era un mercado más europeo que el Growth en ese momento y tenía sentido en nuestro objetivo de comprar empresas fuera de España. Para saltar a un mercado más grande, tendríamos que tener muy claro por qué lo hacemos y poner el foco en tres o cuatro años vista. Es importante tener relevancia en el mercado en el que estés, sea el que sea. De momento no está en nuestra visión.

Foto: Logo de BME en el parqué de la bolsa. (Cedida)

P. ¿Y otros mercados europeos más allá del Euronext?

R. Quizás en un par de años, cuando alcancemos nuestro objetivo de cara a 2026 de superar los 20 millones de ebitda.

P. Hemos hablado del negocio, del mercado… Hablemos de tecnología. Entre su abanico de servicios, ofrece productos basados en IA. ¿Qué ventajas ofrece?

R. La IA predictiva lleva con nosotros ya muchos años, entre 15 y 20. Google, Meta, Uber, Spotify… Todas utilizan algoritmos para hacernos la vida más sencilla. Calculan las probabilidades de que algo nos guste y es muy útil. También el desarrollo de la nube ha hecho que aumente la capacidad de computación para entrenar a estos algoritmos. Seguirá con nosotros mucho tiempo.

La IA generativa lo que hace es crear. Crea a partir de datos de texto, de imagen, de vídeo… La gran revolución fue el modelo de lenguaje que utiliza, por ejemplo, ChatGPT. Básicamente, lo que ha hecho esta IA es leer internet entero, por eso es capaz de crear textos con mucho sentido. Tiene esa capacidad de generación en texto y ahora se está traduciendo a la imagen y muy pronto lo hará al vídeo, que ya se está viendo. Lo que ocurre con esto es que la capacidad creativa se multiplica hasta límites insospechados. Igual que los buscadores nos permitieron encontrar información que antes no podíamos, la IA nos permitirá crear cosas que antes eran imposibles.

P. ¿Dónde va a impactar esto?

R. En todas las áreas donde haya generación de contenidos, sobre todo, desde el periodismo hasta la publicidad o la generación de imágenes. Al final todos los trabajadores creamos contenidos, estemos donde estemos, desde el área de Marketing a la de Recursos Humanos. Y la IA generativa aporta valor en todas ellas.

P. El año pasado, precisamente, lanzaron Trust Generative IA. ¿En qué consiste?

R. Es una plataforma propia de inteligencia artificial generativa que trabaja a nivel compañía, permitiendo que todos los empleados generen sus propias preguntas de manera estandarizada para que sean utilizados por todos. Por ejemplo, esta IA puede decir a recursos humanos cuáles son las preguntas correctas para un ingeniero de software en una entrevista de trabajo. Antes se hacía una plantilla de Word, ahora las plantillas utilizadas son capaces de generar las respuestas que serían las correctas. Esto aplica a todos los departamentos, desde el financiero o el de marketing. Da superpoderes a las personas desde el punto de vista de la velocidad, y tenemos que utilizarla.

"No estamos ante un escenario diferente al de otras épocas en que las TIC han revolucionado el mundo tal y como lo conocíamos"

P. ¿Están las pymes integrando esta tecnología al ritmo que deberían o se están quedando rezagadas?

R. En general, los pequeños empresarios son prácticos y utilizan todas las herramientas que tienen a su disposición. Aquí entran en juego las herramientas públicas, con las que realmente nunca tienes el control de la información y hay que tener cuidado. En todo caso, lo que hará la IA es democratizar las herramientas y el acceso a la información. Un caso muy claro podrían ser los países en vía de desarrollo, cómo esta tecnología va a conseguir disponibilizar la información médica, por ejemplo, de forma masiva.

P. En 2019 se publicó un estudio que aseguraba que el 40% de las startups decía utilizar IA solo para levantar fondos, cuando en realidad no la estaban usando. Seamos críticos: ¿cuánto de realidad y cuánto de humo hay en la IA a día de hoy?

R. Todas las tecnologías tienen una fase inicial en la que las expectativas son muy fuertes, luego hay una bajada y después se asientan. Y cuanto más revolucionaria es la tecnología, más fuertes son las expectativas. Es normal que haya mucha inversión en compañías de IA porque el mercado potencial que tiene es muy grande. Como te decía, en todos los ámbitos hay empresas que lo hacen bien y otras que lo hacen mal, y también es cierto que invertir en una startup tiene más riesgo que una empresa que reparta dividendo. Se juntan estas dos cosas, pero se acabará normalizando. No creo que estemos ante un escenario muy diferente al de otras épocas en las que las tecnologías de la información han revolucionado el mundo tal y como lo conocíamos.

P. OpenAI acaba de presentar Sora, su solución text-to-video. Viendo cómo está evolucionando esta tecnología, ¿debemos fascinarnos? ¿Asustarnos? ¿Ambas cosas?

R. Ambas cosas. Siempre ocurre con las nuevas tecnologías, todos nos asustamos porque impactan en los trabajos. En el año 1940 había en Estados Unidos unas 500.000 personas telefonistas; en los setenta, mecanógrafos… Ahora esos trabajos no existen porque la tecnología los ha cambiado. El trabajo no desaparece, sino que cambia de forma. Hay que ver dónde están las nuevas oportunidades.

Foto: Fernando Romero, CEO de EiDF, en su debut bursátil. (BME)

P. Hemos hablado mucho de las ventajas de la IA, pero hablemos de los posibles inconvenientes. ¿Nos arriesgamos a una escalada en la producción de fake news? Ya hemos visto discursos falsos de Donald Trump, y la semana pasada se hizo uno incluso de Florentino Pérez en una falsa presentación de Kilian Mbappé.

R. Es cierto que la IA generativa es un cambio tan grande que da pie a este tipo de cosas. Todas las tecnologías van por delante de la regulación y de la sociedad. Las empresas tardan más en adaptarse. Hay dos opciones, prohibirlo o adaptarte. Por ejemplo, ya salió una normativa de IA europea; la GDPR para regular el uso de los datos… A largo plazo, hay que verlo como algo positivo. Solo tenemos que adaptarnos y abrazarla de una manera inteligente lanzando los mecanismos de control necesarios.

P. Más allá de la IA, ¿cuáles son sus puntos fuertes tecnológicamente hablando? ¿Dónde están poniendo el foco?

R. La automatización de los procesos de información y los datos. Cuando los procesos no están automatizados, se producen fallos. Todo lo que sea automatización interna reduce errores y aporta agilidad. Otra área importante es la migración a la nube. Todavía hay muchas compañías con sus sistemas en entornos tradicionales, y la nube es un entorno mucho más escalable y eficiente. Sobre la nube, también tenemos una práctica de ciberseguridad. Compramos una compañía en Georgia donde tenemos un hub de desarrollo de software y nube con más de 300 ingenieros.

P. Al margen de la tecnología y la buena marcha del negocio, los inversores y los clientes, cada vez más, se preocupan de otros aspectos como los valores de la empresa, el respeto por el medio ambiente…

R. Así es. Siempre he trabajado en empresas americanas como Google donde el desarrollo de las personas tiene mucho peso. Y eso es lo que he querido hacer en Making Science desde el principio, poner los medios necesarios para que se desarrolle el talento y las oportunidades. Cuando las personas trabajan unidas, las soluciones para los clientes llegan solas. Nuestros valores corporativos son la meritocracia, el foco en el cliente, en los resultados y en la velocidad, y todo esto hace que seamos una compañía muy dinámica y muy rápida.

También tenemos una fundación desde la que promovemos la acción social, la salud, la ciencia, la educación, la cultura, la educación, el medio ambiente, el arte o el patrimonio histórico, entre otras, incluyendo el ámbito internacional, con diferentes proyectos. En el área ESG, estamos certificados por ISO. Prácticamente no tenemos huella de carbono. Y en el ámbito de la educación, creamos The Digital Acceleration Academy con el fin de ofrecer aprendizaje teórico y prácticas remuneradas a todas aquellas personas que quieren adentrarse y profundizar en el mundo del marketing digital. Nuestra apuesta seguirá siendo el crecimiento, pero siempre de la mano del talento.

Making Science nació en 2016 de la mano de Jose Antonio Martínez Aguilar, un ingeniero que, tras pasar más de 10 años en Google, decidió crear su propia empresa de tecnología y marketing digital. Tan solo cuatro años después, con presencia en España y Portugal, debutó en el BME Growth, y al poco, en el Euronext. Hoy día, la compañía cuenta con cuatro líneas de negocio: una agencia digital; una división de productos de tecnología IA y SaaS; una división de cloud, cyber y sofware, y el área de ventis (inversiones). Y ya tienen presencia local en 15 países, una base de más de 850 clientes, 1.200 empleados y una red de 22 oficinas repartidas entre Europa (seis en España), Estados Unidos y América Latina.

Entrevistas Empresas Tecnología Inteligencia Artificial Bolsas y Mercados Españoles (BME)