Hacienda pierde la recaudación de la venta millonaria de Ferrovial del aeropuerto de Londres

Las arcas públicas españolas no ingresarán ni un euro por la macrooperación de venta que ha hecho Ferrovial en Reino Unido, y que le ha reportado un beneficio de 2.735 millones de euros por la plusvalía generada, unas 15 veces el beneficio obtenido en 2022. Ha sido el segundo mejor valor del Ibex este miércoles, con un alza del 1,9%.

Este beneficio está exento en Países Bajos, pero no en España. La regulación fiscal aprobada por el Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos en 2021 eliminó parte de las exenciones fiscales por los dividendos o las plusvalías generados en otros países por grandes compañías como la constructora. Del 100% exento se pasó al 95%, lo que abrió una nueva vía para generar ingresos para las arcas públicas.

Es decir, que si Ferrovial hubiera mantenido su sede en España y quisiera llevar a la matriz el multimillonario beneficio de la venta del aeropuerto de Londres, hubiera tenido que pagar hasta 35 millones de euros, correspondientes al impuesto de sociedades de ese 5% no exento que decretó el departamento liderado por María Jesús Montero. La cifra no es desdeñable para una compañía como Ferrovial.

Los 35 millones suponen una cifra próxima a las ganancias globales que la empresa puede tener por su negocio en todo el mundo en casi un trimestre de un ejercicio. Fiscalistas consultados señalan que la repatriación de beneficios tendría un coste fiscal del 1,25% (25% sobre ese 5% no exento). No obstante, la cifra puede variar por provisiones no deducibles, que hacen que el valor fiscal no sea igual al valor contable, que en el caso de Heathrow era cero.

Los 35 M suponen una cifra próxima a las ganancias globales que puede tener por su negocio en todo el mundo en casi un trimestre

La cuestión ha llamado la atención de los analistas que siguen a la compañía, que también la valoran por la menor carga fiscal. "Las ganancias de capital equivalen al precio de la oferta y no estarán sujetas a impuestos según la regulación fiscal de los Países Bajos (¡mudarse a este país fue una gran idea!)", sostiene Mirabaud.

Pese al cambio de sede, la plusvalía lograda por Ferrovial hubiera acabado en primera instancia en Países Bajos. La empresa realizó la compra de Heathrow en 2006 con una sociedad que ya entonces estaba radicada en Ámsterdam, según fuentes al tanto de la situación de la empresa.

No obstante, el cambio de sede activado el pasado año le permite disponer de esos fondos al 100% desde Países Bajos. De haber mantenido la sede en España, Ferrovial hubiera tenido que tributar si con ese capital se hubieran dado dividendos o lo hubiera mantenido como reserva. Sin embargo, Hacienda ya ha perdido el derecho a recibir impuestos por este beneficio.

La cantidad que hubiera tenido que pagar a Hacienda en ese caso es de hasta 35 millones de euros en caso de que el valor contable coincida con el valor fiscal. Expertos fiscalistas señalan que el valor fiscal podría ser menor de esos 2.735 millones de euros anunciados, ya que aunque en contabilidad el aeropuerto de Londres estuviera valorado a cero, fiscalmente podría tener un valor superior, si en el pasado la constructora realizó provisiones en cartera (ajustes del valor) contra resultados que afectan al beneficio contable pero no a la base imponible en sociedades.

La venta se produce pocas semanas después de que el Tribunal Supremo sentenciara que Ferrovial tenía razón en un pleito frente a Hacienda precisamente por discrepancias fiscales en la compra de Heathrow. El alto tribunal anuló una liquidación de 119,6 millones contra la compañía cotizada en el Ibex 35.

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Cambio de sede

La disquisición sobre una posible tributación en España ya no se va a dar tras el cambio de sede. El presidente de la empresa, Rafael del Pino, defendió ante sus accionistas que la compañía no realizaba este cambio por razones fiscales, ya que aseguraba que para la compañía era neutra en términos tributarios.

En cualquier caso, la modificación en el artículo 21 del impuesto de sociedades que llevó a cabo el Gobierno en la anterior legislatura fue muy controvertida en las empresas. El entonces consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, ya advirtió de que podría replantear su estructura legal si el Gobierno aprobaba nuevos impuestos que le obligaran a volver a pagar por los dividendos de sus filiales internacionales. La propia Ferrovial advirtió en su traslado de sede sobre que el 80% de su negocio venía de fuera de España, donde los dividendos de las filiales no están 100% exentos como en el caso de su actual sede en Ámsterdam y como sí sucedía hasta el cambio regulatorio de 2021.

El Gobierno salió públicamente en tromba tras conocer la noticia a principios de este año, después de que la compañía justificara ante sus accionistas que uno de los motivos del cambio de sede fue la certidumbre regulatoria que tendría en Holanda. "En España hay muchos empresarios comprometidos con su país, no es el caso de Del Pino", aseguró a principios de marzo Pedro Sánchez desde Dinamarca. La medida del Ejecutivo provocó críticas de doble imposición y una oleada de modificaciones de estructuras de grupos empresariales para simplificarlas, en la medida de lo posible, y evitar el pago de dividendos en cascada que estén penalizados, dado que habría que tributar varias veces por ellos.