El impuesto de Meloni acecha a 637 millones de Santander y BBVA en Italia

A los grandes bancos se les atragantan los primeros días de vacaciones. El anuncio de un nuevo impuesto al sector financiero italiano arrastró en bolsa a todas las entidades, incluidas las españolas. Aunque la exposición de la banca de este país a Italia es limitada, podría haber algo de impacto y la noticia ha hecho que los inversores teman por un efecto contagio en otros países y que se extienda más de lo previsto el impuesto aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez.

Las últimas cifras de Santander y BBVA en Italia apuntan a unos ingresos potencialmente afectados de 631 millones. A priori, el nuevo impuesto será del 40% sobre la diferencia entre el margen de intereses de 2023 frente a 2021 o 2022, y no está claro si afectará a todo el sector o solo a un número determinado de entidades, como con el tributo español aprobado el año pasado.

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Cotizalia EFE

El objetivo de Meloni es recaudar entre 2.000 y 3.000 millones, aunque algunos informes apuntan a que el sistema elegido podría llevar la cifra cerca de los 5.000 millones, tal y como recogió la cotización de algunos bancos italianos que cayeron en bolsa más de un 10%. Aun así, desde JPMorgan creen que habrá cambios en la tramitación parlamentaria: "El tributo será recalibrado como parte de la negociación en septiembre y octubre, pero el impacto en beneficios será significativo. Subrayamos que el Gobierno también puso el foco en los miles de millones de beneficios extraordinarios de las compañías energéticas en 2022, y el impacto actual es mínimo".

Más allá de estos 2.000-3.000 millones, lo que realmente preocupa al mercado es que este tipo de impuestos se cronifique, como ocurrió en Lituania y todo apunta que pasaría en España, si finalmente se forma un Gobierno liderado por el PSOE y Sumar. La banca está en el foco político y de la opinión pública por la subida del precio de las hipotecas y el freno en el pago de los depósitos, lo que hace que no se descarten nuevas medidas.

En el caso de Santander, cosechó un volumen de negocio de 547 millones en Italia durante 2022, un 8% más que un año antes. Y su beneficio ascendió a unos 220 millones, cifras similares a 2021. Por ponerlas en contexto, estas cifras de ingresos suponen un 1% de las de todo el grupo.

La entidad presidida por Ana Botín está presente en el país presidido por Giorgia Meloni principalmente a través de su negocio de crédito al consumo, ahora dentro de la filial Digital Consumer Bank (DCB). Esta división ha arrancado 2023 mejorando su margen de intereses (lo que el Gobierno italiano quiere gravar) en torno a un 2,6%, aunque no desglosa cifras por países. Italia representa un 10% del negocio de DCB.

Las cifras de BBVA son más modestas, aunque este país se ha convertido en una de sus grandes apuestas recientes. La entidad presidida por Carlos Torres decidió entrar en la banca minorista transalpina a través de un banco 100% digital. Cerró 2022 con 160.000 clientes y esperaba duplicar este ejercicio.

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A nivel contable, la entidad vasca cosechó un margen bruto de 84 millones el año pasado, un 27% más que un año antes. El resultado neto fue de unos 80 millones también, casi el doble que en 2021. Desde BBVA, señalan que "es prematuro hacer una valoración sobre el nuevo impuesto sobre los beneficios de los bancos que ha anunciado el Gobierno italiano. Estudiaremos la medida para saber si impactará en los beneficios de BBVA en Italia. Y si así correspondiese, el banco cumplirá la normativa".

El grupo presidido por Torres podría haber estado mucho más expuesto si hubiera prosperado la opa (oferta pública de adquisición) que lanzó en 2005 por el banco italiano BNL, que fue rechazada por el Banco de Italia y algunos de sus accionistas. Santander también tuvo mayor exposición a Italia a través de una participación significativa en Intesa Sanpaolo, de la que se deshizo en 2007.

Apuesta de CaixaBank

Otra de las entidades españolas que han apostado recientemente por Italia es CaixaBank, que anunció en marzo la apertura de una oficina con licencia bancaria para ofrecer todo tipo de servicios financieros a grandes empresas.

Por el momento, todas las entidades están haciendo cálculos preliminares, aunque no saben si estarán afectadas por el nuevo impuesto, a la espera de la letra pequeña que desarrolle el Gobierno de Meloni. En España, el PSOE y Unidas Podemos apostaron por fijar un límite que dejó fuera del mismo a los bancos extranjeros (como ING y Deutsche Bank), cajas rurales y entidades medianas como Banca March.

Según los borradores que han trascendido hasta el momento en la prensa transalpina, el gravamen será del 40% sobre la diferencia entre el margen de intereses de 2023 frente a 2021 o 2022 (el que salga mayor). Tendrán que abonar el tributo si la subida es de más del 5-10%. El pago se hará en junio de 2024 en caso de que lo apruebe el Parlamento italiano.