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El BCE encuentra la herramienta para forzar nuevas provisiones a los bancos
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El BCE encuentra la herramienta para forzar nuevas provisiones a los bancos

El sector financiero asume una nueva ronda de dotaciones prudenciales tras la revisión de las provisiones anticíclicas que ha concluido recientemente

Foto: Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort. (Reuters/Wolfgang Rattay)
Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort. (Reuters/Wolfgang Rattay)
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En el juego, la banca siempre gana. Y en los debates contables del sector financiero, lo hace siempre el supervisor. Tras meses de tiras y aflojas, el Banco Central Europeo (BCE) parece haber encontrado la fórmula para lograr su propósito: que los bancos bajo su paraguas refuercen provisiones que, de manera indirecta, moderen sus dividendos. Según fuentes cercanas a los principales bancos, estos ya asumen el golpe a través de la revisión de las dotaciones anticrisis (conocidas como overlays) que el BCE ha concluido recientemente.

Los grandes bancos españoles tienen actualmente en reservas 6.000 millones guardados para este fin a través de las provisiones que asumieron en el covid. Los que más son Santander, con 2.300 millones; BBVA, con 1.400 millones; CaixaBank, con 1.257 millones, y Sabadell, 650 millones. Aun así, la factura podría ampliarse tras la revisión que ha llevado a cabo el BCE, con la conclusión de que hay grandes divergencias en el sector que tienen que solucionarse.

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters/Wolfgang Rattay)

"La información que hemos recopilado de la revisión nos está ayudando a orientar nuestras acciones de supervisión y establecer prácticas de aprovisionamiento creíbles y consistentes", señalan en un reciente artículo Elizabeth McCaul, miembro del Consejo de Supervisión del BCE, y Stefan Walter, director general de Supervisión de Líneas Horizontales. "Los bancos necesitan enfoques alternativos para cuantificar y cubrir estos riesgos de manera confiable. (...) quedan algunos desafíos", añaden.

Según el análisis del BCE, "una minoría significativa de bancos aún no está capturando riesgos nuevos. Y entre los que lo hacen, no todos los cuantifican con solidez". Dicho de otro modo, faltan provisiones a un número significativo de bancos, en torno a un tercio.

placeholder Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), del BCE. (EFE/Armando Babani)
Andrea Enria, presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), del BCE. (EFE/Armando Babani)

El mensaje está claro para el sector. Llega en un momento en que el supervisor tiene serias dudas sobre las técnicas contables de la banca. Estas ya cambiaron hace algunos años, al pasar de pérdida incurrida (provisión en función de impagos) a pérdida esperada (dotación en función de previsiones de impagos). Cuando se adoptó este nuevo sistema, se temió que iba a ser procíclico, es decir, que iba a forzar a grandes pérdidas en desaceleraciones económicas, que a su vez aceleraran el deterioro.

Sin embargo, bancos y supervisores se han encontrado con una realidad inesperada. Primero llegó el covid en 2020, un año en el que el PIB (producto interior bruto) se hundió, pero no hubo impagos, por las moratorias y las líneas ICO (Instituto de Crédito Oficial). En este entorno, se levantaron los 6.000 millones en provisiones anticrisis que, hasta ahora, no se han usado.

Debate contable

Posteriormente, han llegado una serie de eventos que preocupan a los supervisores y a las entidades, pero que, hasta ahora, no han disparado la morosidad: inflación, guerra de Ucrania, crisis de suministros, precios energéticos y subida del euríbor para familias y empresas. Una suma de factores que preocupan mucho al BCE, pero que no terminan de generar impacto, en parte, por las ayudas fiscales que hay desplegadas.

Este entorno de extrema tensión conecta con la explosión de márgenes y beneficios que está disfrutando la banca gracias a las subidas de tipos de interés. Según el BCE (y aquí el Banco de España), es el entorno perfecto para que las entidades aprovechen para cargar la mochila de provisiones, por si el entorno se tuerce, los gobiernos dejan de ayudar a la economía y se disparan los impagos.

placeholder La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado. (EFE/Chema Moya)
La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado. (EFE/Chema Moya)

Frente a ello, los bancos defienden que llevan años implantando costosos modelos internos de riesgos supervisados por el BCE que dicen lo contrario: la morosidad está bajo control. Y, por tanto, que van a destinar sus márgenes a aumentar los beneficios y retribuir a sus accionistas. Con el objetivo de recuperar unas deprimidas cotizaciones que no han recuperado el nivel de su contable ni siquiera con el euríbor cerca del 4%.

El debate parece haber sido ganado una vez más por el supervisor. El BCE no se fía de los modelos, no porque no estén bien hechos, sino porque el entorno actual es tan complicado que es imposible que la experiencia pasada sirva para cubrir los riesgos futuros. Por todo ello, todo apunta a que, esta vez, la banca no va a ganar.

En el juego, la banca siempre gana. Y en los debates contables del sector financiero, lo hace siempre el supervisor. Tras meses de tiras y aflojas, el Banco Central Europeo (BCE) parece haber encontrado la fórmula para lograr su propósito: que los bancos bajo su paraguas refuercen provisiones que, de manera indirecta, moderen sus dividendos. Según fuentes cercanas a los principales bancos, estos ya asumen el golpe a través de la revisión de las dotaciones anticrisis (conocidas como overlays) que el BCE ha concluido recientemente.

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