Radiografía del medicamento en España: la fabricación se dispara tras la pandemia
Tres años después de la crisis sanitaria, analizamos la situación del sector farmacéutico español y el rol que ha asumido en comparación con Europa y el resto del mundo
Identificar el impacto causado por la pandemia es un objetivo esencial para los sectores cuya actividad y producción se vieron alteradas por esta crisis. La industria farmacéutica española no es una excepción y, casi tres años después del inicio de las turbulencias, es un buen momento para hacer una radiografía de la situación actual del medicamento en nuestro país.
Este análisis es el eje del Estudio sobre la implantación industrial del sector farmacéutico en España, cuyos datos sitúan a España como uno de los países europeos con un mayor potencial de fabricación de medicamentos, "precisamente en un momento en el que hemos visto claro hasta qué punto los medicamentos son un bien estratégico y de seguridad para los países", afirma Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria. Entre estos datos vemos que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el valor de la producción farmacéutica alcanzó en 2019 los 16.246 millones de euros, un 7,6% más que en 2018. A falta de datos oficiales más recientes, el informe muestra, a partir de una encuesta a directivos del sector, unos crecimientos del 4,9% en 2021 y un 8,8% en 2022.
Asimismo, también se aprecia que, a pesar de la pandemia, la inversión en las plantas de fabricación ha continuado aumentando. Para el periodo 2019-2023, se estima que la industria habrá invertido más de 4.800 millones de euros; merece la pena destacarse que esta tasa de inversión sobre el activo neto ha ido aumentando desde 2019, hasta alcanzar en 2022 un 27% del valor del activo.
En el marco del plan estratégico, la industria plantea destinar 2.700 millones de euros a inversiones productivas, digitales y medioambientales, en las que se encuadran la modernización de los procesos de producción y el aumento en la resiliencia de cadenas de suministro de medicamentos.
Más allá de estos números, lo que pone de manifiesto el estudio, apunta Urzay, es la oportunidad que significa para España que la industria farmacéutica tenga una presencia industrial tan importante en nuestro país: “Tenemos un potente tejido industrial, con una alta presencia de empresas nacionales y multinacionales que tienen a nuestro país como pieza clave de su cadena de producción”.
Debilidades y fortalezas del sector
Con respecto a la pandemia, continúa, “ha hecho plantearse a gobiernos de toda Europa la pregunta de si nuestra dependencia de otros países, sobre todo de Asia, en producción de ciertos principios activos y medicamentos estratégicos es excesiva y si deberíamos crear el marco adecuado para recuperar parte de esa producción”.
La debilidad viene especialmente de aquellos medicamentos veteranos que, ya sin protección industrial, sufren constantes bajadas de precio en Europa; ello ha hecho que se desplace su producción a otros países —como China o India—, pero siguen siendo muy valiosos para tratar numerosas patologías. Por ello, las dificultades generadas durante la crisis sanitaria han planteado en Europa la necesidad de recuperar parte de esa producción como garantía ante situaciones de emergencia.
Efectivamente, junto a fortalezas como la alta calidad de las plantas, la disponibilidad de tecnología avanzada y de personal cualificado o los costes competitivos, no se puede minimizar la competencia de otros países, que está creciendo principalmente en las grandes economías emergentes. Aun así, Urzay señala que “en España tenemos las bases apropiadas para convertirnos en un gran hub de producción de medicamentos en Europa”, señala. Para ello, afirma, lo único que hace falta “es tener clara una hoja de ruta, una estrategia a medio y largo plazo que dé confianza al sector para poder realizar las inversiones que son necesarias en este ámbito”.
El análisis también da un toque de atención a la alta dependencia del exterior en el abastecimiento de materias primas. Y aquí, una vez más, el contexto es clave. Nos encontramos en un momento marcado por el incremento de costes debido a la crisis energética y al aumento de la inflación. Se estima en 500 millones de euros el impacto de los costes de la energía, “que están siendo asumidos en su totalidad por las compañías, al ser el medicamento un producto regulado”.
Un tejido industrial en crecimiento
Un aspecto novedoso de este estudio es que centra la investigación en las plantas de producción del sector, detallando por primera vez cuáles son, qué tipo de actividad realizan y qué impacto tienen. Así, el informe señala que la industria farmacéutica cuenta en España con un total de 103 plantas de producción de medicamentos de uso humano, once de ellas de medicamentos biológicos. Si se suman las fábricas de producción de principios activos (46) y de uso veterinario (24), el total de plantas farmacéuticas en nuestro país asciende a 173, pertenecientes a 122 grupos empresariales.
En cuanto a su impacto en el empleo, el estudio detalla que las plantas industriales de fabricación de medicamentos en España emplean de forma directa a 36.338 personas, con un crecimiento anual acumulado del 4,2% desde 2019. Además, sumando los empleos indirectos e inducidos que genera esta industria por su elevado número de proveedores y servicios externalizados, las plantas farmacéuticas contribuyen a un total de 183.506 empleos en España.
Otra variable importante es el alto nivel de internacionalización de las plantas españolas, que, según datos del INE y de la Secretaría de Estado de Comercio Exterior, superaría el 75% de la producción nacional.
Junto a estos datos, Urzay muestra su confianza en que el Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica, que echó a andar en diciembre, pueda ser el instrumento adecuado para articular un impulso a la fabricación de medicamentos en nuestro territorio: “Sería una gran pérdida de oportunidad no hacer una apuesta firme por reforzar el tejido industrial farmacéutico en España. Nuestro objetivo primero hoy es definir junto a la Administración este marco estratégico de país que nos permita desarrollar estas potencialidades”.
Identificar el impacto causado por la pandemia es un objetivo esencial para los sectores cuya actividad y producción se vieron alteradas por esta crisis. La industria farmacéutica española no es una excepción y, casi tres años después del inicio de las turbulencias, es un buen momento para hacer una radiografía de la situación actual del medicamento en nuestro país.