El 'boom' chino en el fútbol europeo, tocado y hundido: impagos, ventas y salidas forzosas

Hubo un tiempo, no hace tanto, en que el fútbol europeo se enriqueció con capital chino. Uno de los ejemplos más claros, el Atlético de Madrid, con su socio Wanda, que además de aportar capital pagaba 10 millones de euros anuales por dar nombre al nuevo Metropolitano. El holding ya no está en el club colchonero, como sucede con la mayoría de inversores que regaron de millones los clubes y ligas europeos. Por el camino, impagos, ventas y salidas forzosas que han dejado a más de un club en situación comprometida.

La desbandada ha sido general y muy rápida, tanto como el boom, que arrancó a mediados de la pasada década, con más de 2.500 millones de dólares circulando por el fútbol del Viejo Continente —según se apuntaba entonces—, y que paró de forma abrupta en 2017. ¿El motivo? El Gobierno chino lanzó nuevas políticas y comenzó a penalizar fuertemente las inversiones en clubes extranjeros, pues eso no estaba ayudando en nada a la ambición inicial de que China fuera relevante sobre el césped en 2030.

El capital chino invirtió 2.500 millones de dólares en el fútbol europeo

De hecho, su todavía presidente, Xi Jinping, anunció la creación de 20.000 escuelas en el país entre 2016 y 2020. El plan fue elaborado por la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, el principal órgano de planificación económica del país comunista, debido a que el proyecto incluye sobre todo inversión en infraestructuras. Economía y marca país, ligadas al fútbol. El faraónico proyecto también contemplaba que la región contara con 70.000 campos, ampliables a 135.700 campos en 2030. ¿El objetivo? Un campo por cada 10.000 habitantes. La apuesta estaba servida.

Hoy, sin embargo, apenas quedan un puñado de clubes europeos en manos chinas, entre ellos el RCD Espanyol, de Rastar, el Granada CF, de DDMC, o el Inter de Milán, de Suning, si bien el grupo de distribución lleva meses rastreando el mercado para colocar al equipo. También se mantienen los suculentos contratos firmados por las televisiones chinas, que ahora han pasado a convertirse en algunos casos en impagos que han afectado a competiciones como LaLiga o la Premier League tras la pandemia.

Un parque temático de Leo Messi

Esos tres o cuatro años, entre 2014 y 2018, el maná chino permitió, por ejemplo, que el Atleti se embolsara más de 90 millones de euros por la venta de cuatro futbolistas. Otros clubes españoles también sacaron partido de esta política de promoción de la liga china con jugadores del fútbol europeo: el Villarreal CF sacó 40 millones por Cédric Bakambu y la UD Las Palmas, 11 millones por Jonathan Viera.

A ello se sumaron acuerdos comerciales y de capital como los mentados del Atleti y el Espanyol, o el parque temático que se quería promover en el gigante asiático relacionado con la figura de Leo Messi. En él se presupuestó una inversión de 170 millones con participación de empresas españolas relacionadas con el deporte como Mediapro, que tiene como máximo accionista a un consorcio que lidera el fondo chino Orient Hontai.

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Imagina, matriz del grupo audiovisual, dio entrada al fondo en 2018. “El acuerdo proporcionará al grupo acceso a un mercado emergente como China y la ventaja de acceder a este mercado de la mano de un socio tan importante como Orient Hontai Capital”, apuntaban desde Mediapro entonces. Todo el mundo quería ir allí. LaLiga firmó con Super Sports Media un importante contrato internacional para que fuera su socio audiovisual en el ciclo 2019-2025. Pero el covid lo cambió todo.

El golpe televisivo

En plena crisis de la pandemia, la gestora del fútbol profesional español creó una joint venture con Super Sports y Mediapro. Además, la compañía china renegoció con LaLiga las condiciones del acuerdo audiovisual. Alcanzaron un acuerdo ampliando los años de vigencia del contrato, que se prolongaba hasta 2028-2029.

Sin embargo, el pasado verano y tras varios incumplimientos en los pagos de los derechos, LaLiga rescindió el contrato, aunque se aseguró el cobro de 50 millones de euros. Este punto, de hecho, ha afectado en el último reparto a los clubes, que sufrieron un ligero ajuste en sus presupuestos.

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El organismo presidido por Javier Tebas emprendió acciones legales y licitó los derechos en el país asiático para el nuevo ciclo. Esta temporada, al menos, se puede seguir el fútbol español en China a través de LaLiga Plus, con una app creada en alianza con Streamline. Una salida rápida a la circunstancia extraordinaria que le permite, además, innovar como primera liga del Big-5 en ofrecer una solución direct to consumer.

Otra competición que ha sufrido impagos de las televisiones chinas es la Premier League. La liga más rica del mundo sufrió el caso contrario: su socio le rescindió el contrato de forma unilateral. Suning emitía la liga con su OTT. Dejó de pagar, rompió el acuerdo y la Premier le reclamó 215 millones. Recuperó 188 millones. El grupo chino, gestor de centros comerciales, también tiene en venta el Inter. La huella china en el fútbol europeo sigue empequeñeciéndose mientras crecen las pisadas de los fondos norteamericanos y árabes.