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Los hombres de Borja Prado en Mediaset: entre Jorge Javier, Piqueras y Antonio Caño
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NUEVA ETAPA CON BORJA PRADO

Los hombres de Borja Prado en Mediaset: entre Jorge Javier, Piqueras y Antonio Caño

Borja Prado toma este mes de enero las riendas en solitario de Telecinco, con vía libre para invertir 100 millones para remodelar las caras de una cadena castigada por la audiencia

Foto: Borja Prado. (Cedida)
Borja Prado. (Cedida)
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"Lo que no consiguieron ni el Rey ni el presidente del Gobierno, lo consiguió Borja Prado: sacar a Paolo Vasile de Telecinco". La sentencia se refiere a que Juan Carlos I y varios de los últimos inquilinos de la Moncloa pidieron sin fortuna y en varias ocasiones la cabeza del empresario italiano, que aguantó con firmeza las embestidas incluso del Grupo Prisa cuando molestaba al PSOE y al PP por igual.

Esta frase, que circula por los cenáculos empresariales de Madrid, expone con contundencia el poder con que el banquero de inversión va a ejercer en solitario la presidencia de Mediaset desde este 2 de enero, el día después de la salida de Vasile de Telecinco. El hombre que marcó con gran éxito una era de dos décadas en la industria audiovisual en España, pero que en la última etapa se resistió a aceptar que su modelo —basado en un entretenimiento circular, siempre con los mismos actores— ya no era el preferido de los televidentes.

El foco está en Jorge Javier Vázquez, el hombre que ha reinado en Telecinco en la última década

Prado, ya liberado de Vasile, que se ha marchado a Roma con seis millones de premio bajo el brazo, va a mandar con puño de hierro y, a su vez, con mano de seda. Su objetivo, ordenado desde la casa de los Berlusconi, los mayores accionistas de Mediaset España, es recuperar las audiencias, después de que Antena 3 acumule ya más de un año de liderazgo ante el agotamiento del formato de reality show de su predecesor. Le sobran muchas cosas, la mayoría vinculadas con la parrilla televisiva, y le faltan otras tantas, como mejorar las relaciones con el poder político, algo esencial en un año predominantemente electoral.

De las primeras se encargará principalmente Alessandro Salem, el hombre enviado desde Milán para detener la caída de las audiencias. Aunque la programación del primer trimestre apenas la puede tocar, porque la dejó cerrada el propio Vasile antes de irse, la más que presunta prolongación del descenso del share de sus principales ganchos televisivos servirá a Salem y a Prado para justificar las decisiones que ya tienen en la cabeza desde hace meses. Entre otras, renovar las caras de los que hasta ahora han sido los movie stars de la cadena.

El foco está en Jorge Javier Vázquez, el hombre que ha reinado en Telecinco en la última década, al ponerse al frente de Gran Hermano, Supervivientes y Sálvame, los programas estrella de la emisora de Fuencarral, el barrio del norte de Madrid donde el grupo tiene sus instalaciones. Vasile le renovó el pasado mes de septiembre por un año más, sin consultarlo con Prado, presidente desde el mes de abril. Lo hizo porque, mientras que los importes no lleguen a los dos millones, tenía la potestad de aprobar cualquier gasto sin que se enterase el consejo de administración.

El nuevo hombre fuerte de Mediaset va a remodelar la dirección de los informativos y una parrilla de 'realities' que ya no gusta

Pero el desgaste de estos realities parece no tener fin, por lo que Prado y Salem ya están mirando cuánto les costaría desprenderse de Jorge Javier, cuyo posicionamiento político en medio de los programas tampoco es del gusto de los nuevos gestores. Tienen claro que tendrán que abonar lo pactado al showman, pero que, si no cambian la parrilla, tendrán que pagarle igual hasta la finalización del contrato y la audiencia seguirá en picado, lo que provocará que se resientan los ingresos publicitarios.

Algo parecido sucede con los informativos, víctimas de la pérdida de los ganchos que antes hacían de aperitivo de su éxito. Al quedarse sin Pasapalabra, el programa que se fue a Antena 3 tras un largo litigio judicial y que ahora lidera las audiencias de toda la televisión cada día, el noticiero nocturno de Pedro Piqueras se ha desinflado. Piqueras acaba de cumplir la edad de jubilación y, según fuentes internas de Telecinco, ha pedido reunirse con Prado a la vuelta de las vacaciones para tomar una decisión sobre su continuidad.

El nuevo presidente ya ha tomado alguna medida operativa. Ahora, los presentadores de los informativos tienen que editar sus propios programas, cosa que antes hacía y dirigía Juan Pedro Valentín, el reconocido periodista, responsable máximo del área. Valentín ha pasado a centrarse más en Nius, la apuesta digital de Mediaset, lo que en la casa se entiende como un primer paso para quitarle responsabilidades sobre los telediarios de Telecinco.

La opción Caño

Prado pidió para aceptar el cargo ejercer "labores de apoyo y colaboración a la línea editorial de los programas informativos", como reconoció en el comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Es decir, decidir hacia dónde va la cadena en un año en que la política lo invadirá todo. Acostumbrado a navegar con gobiernos de izquierdas —llegó a la presidencia de Endesa con Zapatero en la Moncloa— y de derechas, su línea roja es la integridad de España, la Casa Real y el orden constitucional, un statu quo que las concesiones del Gobierno de Pedro Sánchez a los partidos nacionalistas han puesto patas arriba, según el Partido Popular.

El banquero, que sigue al frente de Península Capital, un fondo de capital riesgo con más de 2.000 millones procedentes de inversores árabes, es consciente de que una empresa del Ibex tiene sus connotaciones políticas, más si se trata de un medio de comunicación y, especialmente, de una televisión. Por ello, se ha lanzado a la búsqueda de un sustituto de Valentín, un periodista de raza con casi dos décadas en la casa. Aunque no tiene ningún nombre cerrado, algunos de sus ayudantes han sondeado ya el nombre de Antonio Caño, el que fue director de El País entre 2014 y 2018.

Los Berlusconi han autorizado a Prado a destinar 100 millones para renovar Telecinco en profundidad, incluidas las caras más conocidas

Caño, que ha fichado por la consultora Estudio de Comunicación, empezó hace unos meses a colaborar ya con Telecinco. En concreto, en el programa de Ana Rosa Quintana, que está encantada con el desembarco de Prado. Pero el periodista jiennense no es bienvenido en la Moncloa actual, ya que bajo la dirección del periódico de Prisa hizo campaña contra Pedro Sánchez y sus aliados de la izquierda radical para que no alcanzase la presidencia del Gobierno, como ha reconocido públicamente. Durante su mandato en El País, Caño centró la línea ideológica del buque insignia de Prisa. Un giro que en los partidos progresistas se vio como excesivo por su relación cercana con Soraya Sáenz de Santamaría, la mano derecha de Mariano Rajoy.

De momento, solo son contactos, sin decisión tomada al respecto. La única es que Telecinco tiene que cambiar de arriba abajo porque el share es un juez diario implacable. Prado cuenta con la bendición de los Berlusconi para destinar unos 100 millones —el grupo cuenta con unos 400 en caja— para revertir la situación. Cien millones para modernizar los estudios, renovar la parrilla, fichar caras nuevas e indemnizar, si toca, a las que ya no funcionan. Una inversión y un sacrificio del dividendo por parte de los italianos para construir la Telecinco del futuro.

"Lo que no consiguieron ni el Rey ni el presidente del Gobierno, lo consiguió Borja Prado: sacar a Paolo Vasile de Telecinco". La sentencia se refiere a que Juan Carlos I y varios de los últimos inquilinos de la Moncloa pidieron sin fortuna y en varias ocasiones la cabeza del empresario italiano, que aguantó con firmeza las embestidas incluso del Grupo Prisa cuando molestaba al PSOE y al PP por igual.

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