El Estado pierde ya 4.000 millones en los ICO antes del 'invierno negro'

El Estado empieza a pagar la factura de los avales del ICO (Instituto de Crédito Oficial). La morosidad de estas líneas distribuidas entre grandes empresas, pymes y autónomos subió del 2% al 5,1% entre junio de 2021 y mediados de este año, según cifras de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés). Estas cifras implican que ya hay créditos con aval del ICO por valor de 5.069 millones clasificados como dudosos, de los que al Estado le toca pagar 4.000 millones.

Este repunte sitúa la morosidad de estas líneas por encima de la media del sistema, que en julio se situó en el 3,85%, y llega antes de la tormenta perfecta que están anticipando banqueros y supervisores para los próximos meses.

Así, mercado, entidades e instituciones coinciden en que el repunte de los costes de la energía, otras materias primas y la desaceleración van a generar tensiones en los próximos meses, principalmente en la cartera de créditos de empresas de los bancos. Aunque los banqueros defienden que el repunte de la morosidad será controlado, reconocen que la cartera ICO sufrirá en mayor medida estos efectos.

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Jorge Zuloaga

Por si fuera poco, este repunte de la morosidad ha ido acompañado de un crecimiento en los créditos bajo vigilancia o en riesgo de impago ('Stage 2'). Las entidades españolas ya tienen un 22,1% de la cartera ICO bajo esta clasificación, dos puntos porcentuales por encima del nivel de junio de 2021. Esto significa que los bancos ven peligro en préstamos valorados en 21.669 millones, de los que el Estado respondería por 17.096 millones. Unido a la actual factura, el coste máximo que se vislumbra en estas líneas es de 21.000 millones.

Preocupación supervisora

Los préstamos 'Stage 2' aquellos que no son morosos (más de 90 días de impago) pero tienen indicios objetivos o subjetivos de poder serlo a medio plazo. Se da la paradoja de que los créditos clasificados en esta categoría cayeron entre los bancos españoles, pasando del 7,3% al 6,2% de su cartera, mientras repuntan en los ICO.

Los supervisores y reguladores europeos ya expresaron su preocupación por las carteras a comienzos de septiembre. Fue entonces cuando la EBA, Eiopa (el regulador de los seguros europeos) y ESMA (de los mercados) lanzaron un comunicado advirtiendo de que "las instituciones financieras y los supervisores deben continuar preparándose para un deterioro en la calidad de los activos en el sector financiero y seguir de cerca la evolución, sobre todo en los activos que se beneficiaron de medidas temporales relacionadas con la pandemia y aquellos que son particularmente vulnerables al deterioro del entorno económico".

Pero no todo son malas noticias para el ICO y los bancos. Los datos de la EBA también reflejan que las empresas, pymes y autónomos que pidieron líneas ICO para reforzar su liquidez en medio de la pandemia ya han amortizado 23.500 millones de los casi 123.000 millones que pidieron. Asimismo, desde los bancos explican que la morosidad se ha contenido en los últimos meses, a pesar del temido efecto acantilado que se esperaba para mediados de 2022 por el fin de las carencias de estos préstamos.

Este repunte de la morosidad tiene una buena y una mala noticia para los bancos. La buena es el hecho de que el Estado responda por un 78% de las pérdidas. La mala es que lo hace cuota a cuota y no todo el préstamo impagado de golpe, y eso supone que no puedan vender estos créditos a fondos oportunistas y que se tengan que apuntar todo el préstamo impagado en su morosidad como si no tuviera aval.