Guerra en el sector de la peluquería por los servicios a domicilio

Las peluquerías vuelven a escena por el coronavirus. Tras la polémica por el primer real decreto del estado de alarma, en que el Gobierno tuvo que rectificar y cerrar sus establecimientos, el sector está inmerso en una batalla entre los profesionales que han echado el cierre y los que mantienen su actividad a domicilio.

Se unen dos problemas. Por un lado, gran parte del sector ha decidido recurrir a ERTE o al cese de actividad voluntario, lo que le impide prestar cualquier tipo de servicio a domicilio. Y por otro, muchos trabajadores autónomos han preferido mantener los servicios mínimos durante el confinamiento. Esta diversidad ha generado suspicacias entre unos y otros, y acusaciones de presuntas malas prácticas por parte de los que siguen operando.

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El texto elaborado por el Ejecutivo deja claro que se “suspende la apertura al público de los locales y establecimientos minoristas”, lo que deja fuera de combate a los salones de belleza y locales de peluquerías. Sin embargo, establece la excepción del “ejercicio profesional de la actividad de peluquería a domicilio”. Este tipo de servicios se mantienen activos, al ser considerados de primera necesidad. En este sentido, los profesionales pueden decidir libremente si desean seguir facilitando sus servicios de belleza o si prefieren interrumpirlos para no contagiarse.

Una de las plataformas que ha decidido mantener la actividad es StylePrivé, que agrupa a 1.000 peluqueros autónomos. Estos han optado por garantizar sus servicios restringiéndolos a los más necesitados, personas enfermas y/o de avanzada edad que no pueden valerse por sí mismas. También ofrecen asistencia a enfermeros, médicos, bomberos y demás profesionales que necesitan cortarse el pelo para usar las protecciones que les permiten hacer su trabajo.

Discusión

Según la consejera delegada de la plataforma, Patricia Manso, todos sus profesionales pueden aceptar o rechazar los servicios y toman distintas precauciones, como tomarse la temperatura y usar guantes y mascarillas protectoras. Manso asegura que su organización está desbordada entre pedidos de personas de entre 80 y 100 años, por lo que anima “a todos aquellos profesionales de la peluquería autónomos que han tenido que cerrar sus negocios y quieran trabajar a colaborar para cubrir toda la demanda”.

Frente a esta plataforma y otras, muchas asociaciones han criticado que se mantenga la actividad y que el Gobierno no concrete más a quién se puede seguir prestando servicios de peluquería, y con qué medidas de precaución. Consideran un riesgo para los clientes de mayor edad que los peluqueros a domicilio mantengan una actividad intensa.

"Sería necesario identificar los protocolos de actuación en los establecimientos, disponer de los materiales y productos que garanticen el aislamiento y las medidas higiénicas sanitarias para proteger a profesionales y clientes y los mecanismos de desinfección de todos los materiales y de las instalaciones que pueden utilizarse", señalaron desde la Alianza de Empresarios de Peluquerías de España al arrancar el estado de alarma, pidiendo "tranquilidad y altura de miras" a todos los profesionales.