Grandes eléctricas piden eliminar las subastas para evitar una burbuja renovable

Varias de las grandes eléctricas más importantes de España urgen al Gobierno a eliminar, o al menos endurecer, las nuevas subastas de energía renovable que contempla el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y así evitar la especulación. En el sector, ya hay temores a una nueva burbuja.

Según explican a El Confidencial, las subastas celebradas en 2017 por el Gobierno de Rajoy, en las que se adjudicaron casi 9.000MW de potencia entre energía eólica y fotovoltaica, han terminado en un verdadero fiasco. Por ello, pretenden que esto no se repita, a la vista de las intenciones de convocar más subastas del nuevo Ejecutivo.

En este punto, las grandes corporaciones denuncian la falta de transparencia alrededor de las últimos concursos, cuyo plazo de ejecución finalizó al término de 2019. Pese a los hitos que debía cumplir cada adjudicatario, a día de hoy, no se conoce prácticamente nada. No se sabe de manera oficial quién ha cumplido al 100%, quién ha llegado a los hitos intermedios o quién ni siquiera alcanzó las primeras exigencias. Por otro lado, solicitan información para saber si se están ejecutando los avales de aquellos que no han cumplido.

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Pese a la falta de datos, en el sector se estima que una tercera parte de los proyectos, cerca de 3.000MW, no ha cumplido con los plazos exigidos, con lo que no se ha logrado el objetivo primordial por el que el Gobierno convocó la subasta: que España alcanzara el 20% de energía renovable en 2020, tal y como se había comprometido con Bruselas.

Por otro lado, grandes 'utilities' creen que el formato de las últimas subastas ha generado especulación. Según sus cálculos, solo una tercera parte de la potencia estará construida y en operación por los mismos agentes que se presentaron a la subasta. Del resto, 3.000MW no se han construido y otros 3.000MW se han vendido durante el proceso.

En este contexto, creen que una nueva subasta generará más especulación, ya que hay actualmente muchos intermediarios poseedores de permisos que pueden hacer su agosto. No en vano, ya hay peticiones por 200.000MW solicitados a Red Eléctrica de España para conectarse a las redes, lo que supone cinco veces más de todo el desarrollo que contempla el PNIEC hasta 2030. Para muchos expertos y fuentes del sector, el Gobierno debe hacer algo para frenar esta burbuja.

Actualmente, el gran cuello de botella para desarrollar proyectos es la consecución de permisos. Existen diferentes actores, cuyo objetivo no es el desarrollo de los proyectos sino conseguir uno de estos permisos para después venderlos a un mayor precio, dada la mucho mayor demanda que oferta. Las nuevas subastas podrían suponer un elemento distorsionador en el mercado y ser foco de actores que no buscan desarrollar sino simplemente hacer un buen negocio en poco tiempo.

Ante esta situación, el programa de coalición PSOE-Podemos presentado el 30 de diciembre por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias explica: "Modificaremos los requisitos, reglas y convocatorias de las subastas para la asignación del régimen retributivo específico a nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovable, estableciendo como criterio fundamental el coste de generación de cada tecnología y posibilitando la participación de entidades locales, ciudadanas o cooperativas". El régimen retributivo específico son las primas que van en factura.

Grandes 'utilities' consultadas por este medio creen que o se endurecen mucho las condiciones de entrada o directamente se debería eliminar, ya que en el mercado hay suficiente apetito como para que no sea necesaria la mano del Estado, y mucho menos que existan primas o ventajas, ya que la fuerte caída del coste de inversión hace que no se necesiten subsidios para lograr la rentabilidad. Solo contemplan la convocatoria de subastas para casos singulares como desarrollo de 'offshore', proyectos innovadores o los territorios extrapeninsulares.

Con todo ello, su idea es erradicar intermediarios que no aporten valor añadido y de esa manera abaratar el coste de los proyectos, con el consiguiente efecto de bajada del precio de la electricidad para los consumidores.