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Ferrovial confía el éxito de su opa australiana al negocio de los presos y a la crisis del país
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los motivos de los fondos para vender

Ferrovial confía el éxito de su opa australiana al negocio de los presos y a la crisis del país

La compañía ha vuelto a lanzar una opa por Transfield, pero a un precio un 32,5% inferior, consciente de que los fondos están más inclinados a vender por el difícil momento que atraviesa la australiana

Foto: Íñigo Meirás, consejero delegado de Ferrovial, y Rafael del Pino, presidente.
Íñigo Meirás, consejero delegado de Ferrovial, y Rafael del Pino, presidente.

Dar un paso atrás para coger impulso. Así puede interpretarse la decisión que tomó Ferrovial en diciembre del año pasado, cuando decidió retirar la oferta pública de adquisición (opa) de acciones que había lanzado sobre la compañía de servicios australiana Transfield; 12 meses después, esta empresa se llama Broadspectrum, vale un 50% menos un bolsa y ha vuelto a ser opada por el grupo presidido por Rafael del Pino. Eso sí, con una propuesta económica muy inferior.

Frente a los dos dólares australianos por título que llegó a ofrecer Ferrovial en 2014, ahora solo ha puesto sobre la mesa 1,35 dólares, un 32,5% menos, lo que limita el importe total máximo de la operación a 715 millones de dólares (unos 490 millones de euros al cambio actual), frente a los 1.000 millones de dólares en que valoró la empresa australiana hace un año, cuando su canje a la moneda única se cifraba en 690 millones.

¿Qué puede llevar a pensar a Ferrovial que la misma empresa que rechazó su oferta hace apenas un año puede aceptarla ahora por 200 millones de euros menos? El interés de los fondos accionistas por vender ahora, ante el complejo horizonte al que se enfrenta la australiana, tanto por los riesgos particulares de su negocio como por los derivados de la situación macroeconómica del país.

En los últimos 12 meses, Australia ha sufrido con especial dureza el desplome de las materias primas, lo que, unido a los problemas que atraviesa China, uno de sus principales socios comerciales, ha frenado el crecimieno del país, que entre otras medidas ha tenido que rebajar tipos por partida doble en este 2015.

Suma y sigue, porque a este problema se añade el filo de navaja sobre el que se mueve el contrato estrella de Broadspectrum: el negocio de los centros de detención. En febrero de 2014, el Departamento de Inmigración y Protección de Fronteras (DIBP) concedió a esta empresa la gestión de los centros de internamiento de las provincias de Nauru y Manus por un periodo de 20 meses, acuerdo valorado en 1.220 millones de dólares australianos. El pasado octubre, cuando expiró este contrato, Broadspectrum logró ampliarlo por otros cuatro meses y anunció que había llegado a un pacto inicial para sellar un nuevo contrato por cinco años.

El problema es que la compañía ha sido acusada por diversas organizaciones de atentar contra los derechos humanos en sus centros, escándalo que, sumado a la difícil situación macroeconómica del país, puede presionar a la baja las nuevas condiciones y, de hecho, según recoge Ferrovial en la información remitida al mercado con motivo de su nueva opa, algunos analistas están anticipando ya esta rebaja, que podría llegar al 40% respecto al contrato original, con una contracción de los márgenes del 15%.

Cambio de tercio entre los fondos

En diciembre del pasado ejercicio, las limitaciones a la información que impuso la cúpula de Transfield hicieron que los grandes inversores institucionales optaran por esperar a conocer todos los detalles de su inversión antes de adoptar una postura, una letra pequeña que se ha terminado de conocer entre septiembre y octubre, con motivo de la publicación de todos los documentos necesarios para la junta general de la australiana y su refundación como Broadspectrum, donde se han puesto en evidencia estos talones de Aquiles.

La fuerte caída en bolsa del valor en los últimos 12 meses es, probablemente, la mejor muestra de la huida de inversores, los cuales tampoco tienen el anzuelo del dividendo, ya que está suspendido desde mayo de 2013 y, según reconoció la propia compañía en la presentación de resultados del pasado agosto, por delante de retribuir al accionista, en sus planes está reducir deuda.

Ferrovial, que realiza esta operación a través de la división de Servicios que dirige Santiago Olivares, ofrece a los accionistas el pago en efectivo con una oferta que, a pesar de ser un 32,5% inferior a la de 2014, es un 13% superior al nivel más elevado al que se ha intercambiado una acción de Broadspectrum en los últimos tres meses: 1,19 dólares el pasado 12 de octubre; y un 62,6% respecto al más bajo, que fue el 27 de noviembre, a 0,83 dólares. La compañía española tiene garantizada la financiación de esta opa gracias a que, actualmente, cuenta con 2.498 millones en 'cash' y 1.284 millones en líneas de crédito disponibles.

Invesco se ha convertido en el segundo accionista de la empresa australiana, con un 1063%, gracias a su activa posición compradora de los últimos meses

En el papel que jugarán los fondos en esta nueva opa hay uno que brilla con luz propia: Invesco, segundo accionista del grupo australiano, con el 10,63% del capital, y que ha sido el comprador más activo de títulos en los últimos tiempos, lo que le ha permitido erigirse en uno de los inversores más decisivos en esta opa, solo por detrás de Allan Gray, firma sudafricana que adquirió su participación a la familia fundadora y que ahora controla el 18,7%.

Allan Gray ya rechazó la anterior propuesta de Ferrovial, por considerarla demasiado baja, y, en esta nueva ocasión, también ha tachado de oportunista la oferta española. Sin embargo, como advierte el grupo presidido por Rafael del Pino, una nueva espantada del grupo de infraestructuras puede ser un duro golpe para la cotización de la australiana, que el 22 de diciembre de 2014, cuando Ferrovial anunció que retiraba su anterior oferta, ya sufrió un recorte del 12%, su mayor caída en un año. Ahora, su reaparición ha hecho que el valor se dispare un 47% en solo una jornada.

Dar un paso atrás para coger impulso. Así puede interpretarse la decisión que tomó Ferrovial en diciembre del año pasado, cuando decidió retirar la oferta pública de adquisición (opa) de acciones que había lanzado sobre la compañía de servicios australiana Transfield; 12 meses después, esta empresa se llama Broadspectrum, vale un 50% menos un bolsa y ha vuelto a ser opada por el grupo presidido por Rafael del Pino. Eso sí, con una propuesta económica muy inferior.

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