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Ana Botín marca distancias con su padre y pretende extender el modelo de Reino Unido
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LANZA UN ESLÓGAN SOCIAL MIRANDO A PODEMOS

Ana Botín marca distancias con su padre y pretende extender el modelo de Reino Unido

Ana Patricia Botín ha marcado todas las distancias posibles con la gestión de su padre al frente del Santander en la presentación de los resultados anuales.

Foto: La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, durante la presentación de resultados. (EFE)
La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, durante la presentación de resultados. (EFE)

Ana Patricia Botín ha marcado todas las distancias posibles con la gestión de su padre al frente del Santander en la presentación de los resultados anuales del banco. Así, ha dicho que "la estrategia se mantiene, es fundamental que queremos hacer y eso no cambia, pero estamos en una nueva etapa y quiero que la forma de hacer las cosas cambie", algo que ha reiterado para justificar la destitución de Javier Marín como consejero delegado o los nuevos objetivos del banco. Estos se enmarcan dentro de un nuevo eslógan de tinte social -"sencillo, personal, justo"- en línea con otras entidades como reacción al 'efecto podemos'.

En la primera presentación de resultados de la nueva presidenta y su consejero delegado, José Antonio Álvarez, no ha aludido directamente a Emilio Botín y ha justificado estas nuevas formas porque "el mundo está cambiando" y ha puesto como ejemplo que los usuarios de smartphone lo consultan 150 veces al día. Pero también ha explicado que quería formar un nuevo consejo "más profesional y diversificado", como explicación de los relevos que ha acometido en el órgano de gobierno. Asimismo, ha hablado de la necesidad de "recuperar la confianza" y de la prioridad de adoptar los mayores estándares de gobierno corporativo. Y este cambio de etapa se ha traducido hasta en la escenografía de la presentación, totalmente diferente a la que utilizaba su padre.

Es más, en esta ruptura con el pasado el modelo que pretende implantar en el grupo es el que ella impulsó en su etapa al frente de Santander UK (estapa muy cuestionada en su día por los analistas), donde "cada día tenía como objetivo abrir una nueva cuenta e intentaba cuando iba a una empresa o a un restaurante que su cuenta principal fuera la del Santander". Así, va a implantar su modelo de pymes (Santander Advance) en Brasil y su esquema de relación al cliente en España, ya que en Reino Unido le sirvió para que la entidad pasara "del último al primer lugar".

Dentro de esta "nueva etapa", Ana Patricia ha presentado hoy una serie de objetivos que el banco pretende alcanzar en 2017 y que poco tienen que ver con el plan estratégico que preparaba Marín: alcanzar una rentabilidad de entre el 12% y el 14%, una morosidad inferior al 5%, una eficiencia (el dinero que tiene que gastar para ingresar un euro) del 45%, una ratio de capital de entre el 10% y el 11%) y un crecimiento del beneficio por encima de los bancos que considera sus pares. Para ello, su reto será el crecimiento orgánico -"las adquisiciones no son la prioridad"- a base de incrementar la vinculación con los 92 millones de clients del banco, lo que elevará su rentabilidad.

Pero estos objetivos no son sólo económicos. El 'efecto Podemos' también se ha dejado notar en Boadilla del Monte (como el viernes pasado en los resultados del Banco Popular) y Botín ha insistido en la acción social del Santander, en especial su punto fuerte: el apoyo a la educación. En este sentido, ha lanzado un nuevo eslógan, "sencillo, personal, justo", cuyo último concepto significa que "tratamos a las personas como les gusta ser tratadas y contribuimos al desarrollo social". Un intento de marcar distancias con las malas prácticas del sector, que también han salpicado a su banco en numerosas ocasiones.

No obstante, ha eludido pronunciarse sobre el partido liderado por Pablo Iglesias -"no hablo de ningún partido, mi responsabilidad es gestionar el banco"-, pero si ha aplaudido las reformas económicas del PP, que ha calificado de necesarias para la recuperación que vive hoy España, y ha destacado la mejoría de las cifras de empleo en el último año. Asimismo, ha sentenciado que "España no es Grecia" y que lo mejor para el país heleno es alcanzar un acuerdo "que no suponga incumplir los compromisos".

Botín no ha querido responder a las reiteradas preguntas sobre la marcha de la supercuenta que ha lanzado sólo en Cataluña, más allá de que su objetivo es aumentar su cuota de mercado, que se encontraba por debajo del resto del país. Respecto a los casos de las tarjetas black, ha negado que estuviera detrás de la supresión del consejo asesor en el que se encontraba Rodrigo Rato, sino "sencillamente pensamos que había que renovarlo" y ha declinado pronunciarse sobre la situación del otro imputado que trabaja en el Santander, Ricardo Morado.

Finalmente, se ha alineado con las tesis de otros bancos que acudieron a la salida a bolsa de Bankia, según la cual ellos son inversores institucionales que asumen la responsbailidad de las ganancias y las pérdidas, por lo que no prevé tomar medidas legales contra la entidad que preside José Ignacio Gorigolzarri a raíz del informe de los peritos.

Ana Patricia Botín ha marcado todas las distancias posibles con la gestión de su padre al frente del Santander en la presentación de los resultados anuales del banco. Así, ha dicho que "la estrategia se mantiene, es fundamental que queremos hacer y eso no cambia, pero estamos en una nueva etapa y quiero que la forma de hacer las cosas cambie", algo que ha reiterado para justificar la destitución de Javier Marín como consejero delegado o los nuevos objetivos del banco. Estos se enmarcan dentro de un nuevo eslógan de tinte social -"sencillo, personal, justo"- en línea con otras entidades como reacción al 'efecto podemos'.

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