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Aena sube el valor de la OPV tras aumentar a 1.800 millones su ebitda en septiembre
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EL RETRASO DE LA SALIDA A BOLSA TIENE SUs VENTAJAs

Aena sube el valor de la OPV tras aumentar a 1.800 millones su ebitda en septiembre

El cierre de septiembre sirve ahora de foto fija para el nuevo y definitivo intento de Aena en bolsa. El ebitda ha subido un 12'5% desde junio y totaliza 1.800 millones

Foto: Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez (EFE)
Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez (EFE)

No hay mal que por bien no venga o, al menos, esa es la lectura que se hacen en el Ministerio de Fomento después de que el Consejo de Ministros del pasado 31 de octubre decidiera retrasar la salida a bolsa de Aena. El gestor aeroportuario está ultimando toda la documentación financiera para adaptar el folleto de la oferta pública de venta (OPV) con el cierre de los nueve primeros meses del año, y el dato básico para la valoración de la compañía favorece las expectativas de la operación. Aena ha terminado septiembre con un ebitda de 1.800 millones de euros, lo que supone un incremento del 12,5% sobre los 1.600 millones contabilizados en el conjunto del primer semestre.

El diseño inicial de la salida a bolsa se había estructurado a partir de las cuentas a 30 de junio, que ya mostraban una sustancial mejora sobre las estimaciones presupuestadas por la compañía para la primera parte del presente ejercicio. No en vano, Aena ha alcanzado en medio año casi todo el beneficio bruto de explotación previsto para el conjunto de 2014, que es de 1.702 millones de euros. Los datos del tercer trimestre permiten ahora superar dicha cota con una cifra que, aplicando los multiplicadores de referencia en el sector, fijados en diez veces el ebitda, dan un valor de empresa de 18.000 millones de euros con vistas a este segundo intento de OPV.

El equity de Aena, una vez descontada la deuda financiera de 11.000 millones, se situará en 7.000 millones de euros, más o menos en la parte intermedia del rango de precios que fue desvelado por el Consejo Consultivo de Privatizaciones (CCP) el pasado 23 de octubre. Según el dictamen preceptivo de este organismo público, la banda orientativa y no vinculante de precios por acción se había fijado inicialmente entre 41,5 y 53,5 euros. Multiplicado uno y otro importe por los 150 millones de acciones en que se distribuye el capital de Aena, resulta un rango de valoración total entre un mínimo de 6.225 y un máximo de 8.025 millones de euros.

PwC y Ernst&Young, finalistas del concurso de auditoría

Aunque pueda resultar una paradoja, el tiempo juega esta vez en beneficio de la privatización porque está claro que la metamorfosis experimentada estos dos últimos años por el gestor aeroportuario ha de aflorar gradualmente en una mejora de los resultados que favorezca la puesta en valor de la compañía por parte del Ministerio de Fomento. Con esta convicción, la ministra Ana Pastor ha solicitado una segunda oportunidad al presidente Rajoy para llevar a cabo la salida a bolsa antes del próximo 12 de febrero. Dicha fecha constituye el deadline de la OPV, una vez transcurridos los 135 días de vigencia que se otorgan al emisor desde el cierre de los estados financieros presentados para la venta de las acciones.

El contador de la operación está en marcha desde el pasado 30 de septiembre, y antes de que acabe el año Aena tiene que adjudicar el contrato de servicio de auditoría una vez convocado el concurso público que exigió el ministro de Economía, Luis de Guindos. PwC, auditor tradicional de la compañía, tendrá que competir con el otro finalista, la firma Ernst&Young, por la realización de la llamada comfort letter, que sirve de certificado para que los bancos puedan colocar con plenas garantías las acciones entre los inversores. La licitación primará en un 30% la oferta técnica y en un 70% el precio, cuyo máximo está fijado en 650.000 euros.

PwC parte con la ventaja aparente de conocer mejor que nadie los datos de Aena, pero el concurso se ha diseñado precisamente con el fin de equilibrar la competencia entre todos los potenciales rivales. Al final, Deloitte decidió no presentar oferta y KPMG se retiró antes de formular los detalles de su propuesta. En cualquier caso, el auditor habitual de la compañía tendrá que ajustarse el cinturón si no quiere perder un contrato que prácticamente tenía asegurado en origen. La posibilidad de que Ernst&Young gane la puja obligaría a trabajar contra reloj a los promotores de la OPV, pero el Ministerio de Fomento no está dispuesto a correr ningún riesgo en la ejecución de una privatización que cuenta con muchos detractores tanto desde el punto de vista empresarial como político.

Distribución de tramos en la OPV

La supuesta privatización de Aena está limitada al 49% del capital de la compañía, que seguirá por tanto bajo control del Estado una vez efectuada la colocación de los títulos en bolsa. La oferta pública se eleva a un mínimo del 28%, equivalente a 42 millones de acciones, incluyendo el green shoe destinado a los bancos coordinadores. La OPV se distribuye en tres tramos: un 90% de la acciones van a los accionistas institucionales, un 9% a los particulares y un 1% a los empleados, excluidos los directivos de la entidad emisora que esta vez no dispondrán de ningún beneficio en la eventual compra de acciones.

El 21% restante hasta completar la operación está reservado a los socios de referencia seleccionados el pasado mes de octubre por concurso público. La primera oferta ganadora fue la del Grupo March, a través de la Corporación Financiera Alba, que ha comprometido la compra de un 8% a un precio máximo de 53,33 euros por acción más una prima sobre el precio de la OPV de 0,10 euros adicionales. La segunda es la de Ferrovial, que se quedará con el 6,5% por un máximo de 48,66 euros más 0,15 euros de prima. La tercera corresponde al hedge fund The Children Investment (TCI), que está dispuesto a pagar 51,60 euros por otro 6,5% sin ninguna prima adicional.

Las tres propuestas tienen vigencia de seis meses, hasta el próximo mes de abril, y serán adaptadas al precio que resulte de la OPV. Una vez que se materialice la operación, la garantía de continuidad en el capital está limitada a sólo un año, si bien el Gobierno quiere asegurar el recorrido de la acción en bolsa con el fin de incentivar el mantenimiento de la participación por parte del llamado núcleo duro. Todo ello en el bien entendido de que la mal llamada privatización termine llevándose a cabo, algo por lo que todavía no conviene apostar muy alto.

No hay mal que por bien no venga o, al menos, esa es la lectura que se hacen en el Ministerio de Fomento después de que el Consejo de Ministros del pasado 31 de octubre decidiera retrasar la salida a bolsa de Aena. El gestor aeroportuario está ultimando toda la documentación financiera para adaptar el folleto de la oferta pública de venta (OPV) con el cierre de los nueve primeros meses del año, y el dato básico para la valoración de la compañía favorece las expectativas de la operación. Aena ha terminado septiembre con un ebitda de 1.800 millones de euros, lo que supone un incremento del 12,5% sobre los 1.600 millones contabilizados en el conjunto del primer semestre.

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