Es noticia
Damm provisiona 40 millones de euros en señal de pago por el ‘rescate’ de Pescanova
  1. Empresas
CARCELLER PASA PÁGINA

Damm provisiona 40 millones de euros en señal de pago por el ‘rescate’ de Pescanova

La cervecera de la familia Carceller echó el resto para nuclear un gran grupo de alimentación en España a partir de Pescanova. La 'broma' le costará 40 millones

Foto: Sede central de Pescanova en Chapela. (Efe)
Sede central de Pescanova en Chapela. (Efe)

La aventura de Pescanova le ha salido cara a Damm. La cervecera catalana tendrá que provisionar 40 millones de euros en sus resultados del pasado ejercicio para pagar el ‘rescate’ de la multinacional gallega. Los bancos acreedores no aceptaron finalmente la propuesta industrial promovida en colaboración con el fondo luxemburgués Luxempart, pero el ‘agujero’ generado durante estos meses de transición en Pescanova demuestra que el grupo de Demetrio Carceller iba realmente en serio y con todas las consecuencias en su afán por crear un gran proyecto empresarial en el sector alimentario español.

Los socios minoritarios de la petrolera canaria Disa, en su calidad de accionista de referencia de Damm, han respirado tranquilos una vez que la familia Carceller ha pasado definitivamente página poniendo a la venta su participación residual del 6% que todavía le queda en Pescanova. La experiencia con los bancos acreedores se ha demostrado nefasta como consecuencia de un exceso de confianza que aparentemente situaba en el mismo barco a los promotores del rescate y a las entidades financieras.

El desengaño ha sido cruel, como evidencia la salida forzada de los representantes que Damm y Luxempart tenían en Pescanova. Los bancos exigieron la dimisión de ambos consejeros dominicales sin reparar en que el máximo órgano de gobierno se quedaba bajo mínimos, con tan sólo cuatro administradores, en el límite de lo que establecen los estatutos de la compañía. De ahí que el cese de Juan Manuel Urgoiti como presidente haya tenido que postergarse cuatro días hasta designar un nuevo consejero que cubriese la vacante dejada hace casi cinco meses por Luis Sánchez-Merlo, el otro ‘independiente’ nombrado en septiembre del pasado año a instancias de Damm y que fue realmente el primero en bajarse del carro cuando observó el cariz que tomaban los acontecimientos.

La ceremonia de la improvisación la va a tener que sufragar ahora Damm con ese ajuste patrimonial de 40 millones de euros en 2013, un año para olvidar en la historia de la cervecera pese a los 70 millones de beneficio que serán registrados al cierre del ejercicio. El consuelo, si cabe, sólo puede satisfacerse con el orgullo de haber aguantado el tirón evitando, de momento, la quiebra de una compañía emblemática para la imagen de la Marca España. Otra cosa es el perfil con que los bancos, mucho más pragmáticos, vayan a delinear la Nueva Pescanova y si el parecido con la original será algo más que una mera coincidencia.

Los nombramientos se retrasan hasta después del verano

El G-6 formado por el BBVA, La Caixa, Sabadell, Popular, Novagalicia y el UBI italiano se va a tomar su tiempo antes de poner en marcha un proyecto con mínimas garantías de viabilidad. Lo primero que harán los bancos es reestructurar la mayor parte de las filiales españolas de Pescanova tanto desde el punto de vista financiero como societario. Dicho proceso se prolongará durante un plazo de tres a cuatro meses y los nuevos accionistas de referencia no quieren cometer nuevos errores que condicionen la toma posterior de decisiones.

El modelo de gestión establecido con el mencionado comité de seguimiento del convenio permitirá también la incorporación al proyecto de Senén Touza, el socio de Deloitte que ha actuado como administrador concursal de la suspensión de pagos. Touza, el directivo que mejor conoce el estado de situación de la compañía, será designado en una segunda fase consejero delegado de la Nueva Pescanova bajo la presidencia de González-Robatto.

La aventura de Pescanova le ha salido cara a Damm. La cervecera catalana tendrá que provisionar 40 millones de euros en sus resultados del pasado ejercicio para pagar el ‘rescate’ de la multinacional gallega. Los bancos acreedores no aceptaron finalmente la propuesta industrial promovida en colaboración con el fondo luxemburgués Luxempart, pero el ‘agujero’ generado durante estos meses de transición en Pescanova demuestra que el grupo de Demetrio Carceller iba realmente en serio y con todas las consecuencias en su afán por crear un gran proyecto empresarial en el sector alimentario español.

Pescanova Demetrio Carceller Juan Manuel Urgoiti Deloitte
El redactor recomienda