Santander admite tener 1.500 millones atrapados por la reforma eléctrica

A las compañías eléctricas que han presentado los resultados del primer semestre les ha costado cuantificar cómo les afecta la reforma eléctrica aprobada por el Ministerio de Industria el pasado 13 de julio. La banca, que ha financiado gran parte de los proyectos de renovables, no ha dicho ni pío sobre cuánto tendrá que provisionar por el ajuste de las rentabilidades. Solo el Santander ha concretado que tiene una exposición de 1.500 millones.

La cifra es más que llamativa, ya que representa entre el 7 y el 10% del total de proyectos de financiación que se constituyeron para instalar los parques eólicos, las plantas fotovoltaicas y las termosolares mientras el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero incentivó el desarrollo de las energías limpias. La cantidad destinada a esta industria, ahora en peligro oscila entre los 15.000 y los 20.000 millones.

Este martes, Javier Marín, consejero delegado del primer grupo financiero de España, detalló que el Santander tiene concedidos 1.500 millones al sector de las renovables. Una cifra que la entidad tendrá que provisionar parcialmente cuando las empresas sepan con exactitud cuál es el impacto de la reforma en cada uno de los activos afectados por el recorte de las primas.

El número dos del mayor banco de Europa por capitalización bursátil no dio más detalles de cómo deberá reclasificar esos 1.500 millones porque de momento no se consideran como dudosos. Una calificación que podrían tener que adjudicarle si los dueños de los parques eólicos o las plantas fotovoltaicas deciden solicitar los concursos de acreedores al comprobar que el coste de financiación es superior a la rentabilidad que le paga el Estado.

La banca ha mantenido silencio hasta la fecha sobre el potencial impacto de la reforma de José Manuel Soria en sus cuentas. El sector se ha dedicado en el primer semestre del año ha contabilizar la nueva normativa del Banco de España sobre refinanciaciones, que en el caso del Santander se ha traducido en la reclasificación como moroso de 2.000 de sus 33.000 millones de créditos cuyo vencimiento fue alargado. La factura de Caixabank fue de algo más de 500 millones.

Un proceso que en los próximos meses se va a tener que aplicar a una buena parte de esos 20.000 millones concedidos a las empresas de renovables para financiar sus proyectos si, como se prevé, muchas de las plantas cierran su actividad y entregan las llaves a la banca.

La carta de la patronal bancaria

La última vez que la Asociación Española de Banca (AEB) se pronunció fue a mediados de 2010, cuando el entonces ministro de Industria, Miguel Sebastián, amenazó con el primer recorte de envergadura a las renovables. En aquel verano de hace tres año, el presidente de la patronal bancaria,MiguelMartín, remitió una carta a Sebastián para trasladarle de manera oficial la preocupación existente entre sus asociados, quetemen una oleada de ejecuciones de huertos solares.

“Como bien conoces”, arrancaba la carta, “el sector español de energías renovables descansa en medida muy elevada en la financiación bancaria, habitualmente a través de la fórmulaprojectfinance”. Una estructura por la que el propietario del parque solo ponía el 15% del dinero en efectivo, mientras que el restante 85% salía del balance de los bancos.

El presidente dela AEBexplicaba que los financiadores ya asumen riesgos de producción, construcción y operativo, pero no un riesgo regulatorio sobre las instalaciones ya en funcionamiento, “a la que se impediría recuperar la inversión realizada con un margen razonable” en caso de aplicar la rebaja de las primas. Un argumento que tres años más tarde sigue vigente y cuyo riesgo se ha multiplicado tras la última vuelta de tuerca de Soria.