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Requiem por Cs en Castilla, el partido que "traicionó" a su gente y desapareció del mapa
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PELIGRA SU DÉBIL ESTRUCTURA PROVINCIAL

Requiem por Cs en Castilla, el partido que "traicionó" a su gente y desapareció del mapa

Ciudadanos no ha obtenido un solo escaño en Castilla-La Mancha y Castilla y León, a diferencia de los 12 de abril. Errores de bulto y un contexto desfavorable le han sentenciado

Foto: Un hombre evita la propaganda electoral de Ciudadanos en Cuenca, en una campaña anterior. (D.B.)
Un hombre evita la propaganda electoral de Ciudadanos en Cuenca, en una campaña anterior. (D.B.)

Ciudadanos ha dejado de existir en las dos Castillas. No ha conseguido un solo escaño en Castilla y León ni en Castilla-La Mancha, y mucho va a tener que trabajar si quiere seguir con vida en ambas comunidades. El partido retrocede cinco años en el calendario, cuando era una especie de ente exótico a ojos de los castellanos. Peor aún, porque entonces había ilusión por levantar el partido a lo ancho de la península y no faltaron voluntarios para ponerlo en marcha en Cuenca, Zamora o Salamanca. Ahora, en cambio, la moral está por los suelos y la formación está más cerca de desaparecer como estructura en estas provincias que de resurgir de sus cenizas. La razón del descalabro, dicen los expertos, no solo hay que buscarla en el desplome general de Ciudadanos en toda España, sino en los errores garrafales que ha cometido Albert Rivera en clave regional en cuestión de cuatro meses. Empezando por la polémica investidura en Castilla y León del pasado mes de julio.

La primera vez que Cs ha ostentado poder en Castilla y León ha traicionado su esencia, y es normal que la gente salga huyendo

"Ciudadanos le ha dado el gobierno de Castilla y León a un partido [el Partido Popular] que llevaba más de 30 años al frente de la Junta, cuando su baza electoral y su discurso era la regeneración de la vida pública. Una vez traicionas tu baza electoral es muy difícil retener a tus votantes, es como si un partido de izquierdas se pone a representar a los empresarios o uno de derechas se interesa por la clase obrera. La primera vez que Ciudadanos ha ostentado poder en Castilla y León ha traicionado su esencia, y es normal que la gente haya salido huyendo", valora el politólogo zamorano David Redoli. Y remata: "La gente votó a Ciudadanos para castigar al PP. Era un partido de centro derecha que garantizaba cambios y al mismo tiempo servía como contrapeso al PSOE. Ciudadanos parecía arrojar muchas certezas y confianza, pero su pacto de gobierno autonómico con el PP le hizo perder todo su valor electoral. Fue una forma de suicidio político".

Los datos son aplastantes. El 28 de abril, Ciudadanos cosechó ocho diputados en Castilla y León. En Castilla-La Mancha obtuvo cuatro. En todos los casos, el partido naranja era la tercera fuerza política. El 10 de noviembre, Vox le robó cinco escaños a Ciudadanos en Castilla y León, y otros tres regresaron al PP. En Castilla-La Mancha, Vox le ha quitado tres de los cuatro escaños; el otro, ha vuelto al PP.

Empacho de bandera

"Ciudadanos podría haber incidido en elementos estructurales en estas comunidades, como es la pérdida de población. Podría haber planteado políticas nacionales para reforzar la sanidad en entornos rurales, la asistencia a la población aislada en los núcleos menos habitados, ese discurso habría calado en parte de la población y habría sido un gesto inteligente. Sin embargo, estas elecciones se han visto muy condicionadas por el discurso en clave nacional, principalmente el conflicto en Cataluña. Y Ciudadanos ha optado por luchar en ese frente en lugar reforzar un discurso regionalista", explica Julio César Cisneros, vicedecano del Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha.

"Tampoco se puede decir que Vox sí haya apostado por el discurso regionalista, al contrario, ha optado por posicionamientos políticos grandilocuentes. Su única sintonía con parte del electorado de Castilla-La Mancha es que en una situación grave propone dar un golpe sobre la mesa. Ciudadadanos se sintió obligado por Vox a entrar en ese juego y tomar un posicionamiento más rotundo, pero tuvo el problema de que perdió todo el voto de centro. Porque no todo el electorado castellano se le ha ido a Vox, también parte ha regresado al PP o al PSOE. Ciudadanos tiene razón cuando dice que en estas elecciones era un todos contra ellos", continúa Cisneros.

placeholder Paco Igea y Alfonso Fernández Mañueco (PP) sellan el pacto de gobierno en Castilla y León. (EFE)
Paco Igea y Alfonso Fernández Mañueco (PP) sellan el pacto de gobierno en Castilla y León. (EFE)

Un partido urbanita sin raíces

Consumado el desastre, Ciudadanos se ve sin ningún tipo de anclaje emocional ni humano en las dos Castillas para soñar con remontar el vuelo. "Ciudadanos es un partido de notables, hecho de arriba a abajo, que surge como plataforma en Cataluña y de ahí da el salto a la política nacional. No es un espacio que surja de agrupaciones locales y que se construya hasta llegar a tener líderes", subraya Redoli. "Una vez descabezada la cúpula, desnaturalizado el proyecto original y con una estructura muy frágil, formada en una parte importantísima por cuadros que son ex militantes y votantes del PP, será muy difícil sostener esta estructura tan pírrica tras este batacazo”.

Ciudadanos es un partido de notables, hecho de arriba a abajo. No surge de una agrupación de electores

"El problema de Ciudadanos, que es un problema que también puede tener Vox, es que cuando lo sacas de Madrid, Barcelona o Valencia y lo metes en Castilla su aparato es muy débil. El PP y el PSOE tienen una estructura provincial muy fuerte para hacer campaña", subraya a su vez Manuel Mostaza, politólogo zamorano y director de asuntos públicos de la consultora Atrevia.

placeholder Militantes de Ciudadanos instalan una carpa electoral en Cuenca en una campaña anterior. (D.B.)
Militantes de Ciudadanos instalan una carpa electoral en Cuenca en una campaña anterior. (D.B.)

"No se puede aún afirmar que Ciudadanos ha muerto como estructura de partido a nivel provincial, aunque pinta muy mal. Al menos pinchar ahora en lugar del 28 de abril tiene una ventaja: ahora Ciudadanos tiene poder institucional, a muchos de su representantes les quedan tres años por delante, tienen la diputación de Zamora, la vicepresidencia de la Junta… y aunque la situación no es buena, hace menos frío cuando tienes donde refugiarte y puedes seguir haciendo política. Si este batacazo le llega a Ciudadanos en abril, cuando no estaba en las instituciones, lo hubiéramos dado por muerto”, prosigue Mostaza.

Si este batacazo le llega a Ciudadanos en abril, cuando no estaba en las instituciones, lo hubiéramos dado por muerto

Con el viento desfavorable para los próximos años, Ciudadanos puede verse engullido por el agujero negro que forman el bipartidismo de PP y PSOE en la España interior, quienes llevan 40 años alternándose en las instituciones para acaparar todo el poder. Así lo explica Cisneros: "El electorado en esta región está muy acostumbrado al posicionamiento bipolar, es una tradición histórica. El PSOE y el PP permean diariamente las vidas cotidianas de la gente mediante las mancomunidades, los ayuntamientos y las diputaciones. Entre ambos se reparten las estructuras y eso lleva a la población a votar uno u otro, en cierto equilibrio, para no perder nunca el compromiso de ambos partidos con la región. No es un voto ideológico sino práctico, basado en su vida diaria. Y ese voto tiende hacia la polarización, no tiende al multipartidismo de zonas más industrializadas con más volumen de población. En Castilla, el enfrentamiento PP-PSOE es básicamente una 'entente cordiale' que deja muy poco margen a otros partidos para alcanzar cotas de poder”.

Ciudadanos ha dejado de existir en las dos Castillas. No ha conseguido un solo escaño en Castilla y León ni en Castilla-La Mancha, y mucho va a tener que trabajar si quiere seguir con vida en ambas comunidades. El partido retrocede cinco años en el calendario, cuando era una especie de ente exótico a ojos de los castellanos. Peor aún, porque entonces había ilusión por levantar el partido a lo ancho de la península y no faltaron voluntarios para ponerlo en marcha en Cuenca, Zamora o Salamanca. Ahora, en cambio, la moral está por los suelos y la formación está más cerca de desaparecer como estructura en estas provincias que de resurgir de sus cenizas. La razón del descalabro, dicen los expertos, no solo hay que buscarla en el desplome general de Ciudadanos en toda España, sino en los errores garrafales que ha cometido Albert Rivera en clave regional en cuestión de cuatro meses. Empezando por la polémica investidura en Castilla y León del pasado mes de julio.

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