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El fracaso del voto rogado para los españoles en el extranjero explicado en cinco claves
  1. Elecciones Generales
de 384.000 a 89.000 votos en siete años

El fracaso del voto rogado para los españoles en el extranjero explicado en cinco claves

La reforma legal aprobada en 2011 ha dificultado que los emigrantes puedan votar, lo que ha provocado una caída de la participación. "Es un acto de fe", afirma la Marea Granate

Foto: Una electora española deposita su voto para el 26-J en la urna habilitada en el Consulado de Montevideo, en Uruguay. (Efe)
Una electora española deposita su voto para el 26-J en la urna habilitada en el Consulado de Montevideo, en Uruguay. (Efe)

Conducir ocho horas hasta el consulado más cercano y otras ocho de regreso, sobres electorales que no llegan a tiempo, papeletas duplicadas de algunos partidos y ninguna de otros, funcionarios consulares que se olvidan del poner el sello que acredita la validez de un voto… Si votar por correo en España es una ardua tarea, lo que tienen que pasar los electores residentes en el extranjero si quieren participar en las elecciones generales del 26-J “es un acto de fe”, en palabras de Amada Peñalosa, portavoz de Marea Granate, la plataforma ciudadana que propugna una mejora en el voto emigrante.

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La introducción del voto rogado en 2011 ha aumentado exponencialmente el número de requisitos para los emigrantes españoles. La principal consecuencia ha sido una drástica caída en la participación del voto extranjero en los comicios celebrados en los últimos cinco años. En el mismo periodo, los adultos españoles que viven en otros países se han incrementado en al menos 675.000 personas. Para paliar esta baja participación, los consulados abrirán el fin de semana para que los españoles inscritos en el CERA puedan depositar su voto en urna. “Si esta medida posibilita que haya 50 personas más que voten, ya es algo positivo”, considera Peñalosa.

1. ¿Qué es el voto rogado?

Antes de 2011 los emigrantes recibían automáticamente en su domicilio en el extranjero todas las papeletas de los partidos políticos. Tras la reforma legal, los españoles que quieran votar tienen que solicitarlo a través del consulado enviando un formulario a la junta electoral correspondiente vía correo, fax o internet. Este proceso se conoce como ruego del voto. Una vez corroborado y aprobado el ruego, la junta electoral envía las papeletas al elector.

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Lo que la reforma de 2011 no ha cambiado es el paso posterior: el votante debe emitir su voto en el consulado, bien de forma presencial, bien enviando la papeleta por correo postal. Los funcionarios consulares deben acreditar la validez del voto con un sello y, posteriormente, lo remiten a España. Desde Marea Granate lamentan que “no hay ninguna forma de acreditar que el voto llega realmente a la junta electoral”.

2. ¿Qué impacto ha tenido el voto rogado?

El pasado 20-D votaron cuatro veces menos emigrantes que en 2008, las últimas elecciones generales celebradas con la anterior modalidad de voto extranjero. O lo que es lo mismo: en siete años ha pasado de haber 384.000 papeletas desde el extranjero -una cifra similar a la que hubo el 20-D en Zaragoza- a apenas 89.000 -las personas que votaron en Salamanca hace siete meses-.

Esta caída de la participación extranjera ha coincidido en el tiempo con el aumento de los españoles que han decidido abandonar el país para buscarse la vida. Si en 2008 había 1,2 millones de personas inscritas en el Censo Electoral de los Residentes Ausentes (CERA), siete años más tarde esta cifra se situaba cerca de los 1,9 millones. Cabe matizar que esta cantidad no incluye a los menores de edad ni a los españoles que no se han registrado en los consulados.

Por provincias, el descenso de la participación sigue la tendencia nacional. En 2008 Zamora fue la región donde más electores en el extranjero votaron, aproximándose al 44%. El 20-D superó ligeramente el 4%. Otra provincia castellanoleonesa, Valladolid, fue la que registró mayor participación extranjera en diciembre de 2015, aunque sin llegar al 10%.

Cabe destacar especialmente el caso de Santa Cruz de Tenerife. La provincia canaria es la séptima con mayor número de electores residentes en el extranjero, con 97.000. Solo le superan Madrid, Barcelona, A Coruña, Pontevedra, Asturias y Ourense. De esta cifra, la junta electoral recibió 659 votos, es decir, hubo una participación del 0,68%. En 2008 superó el 33%.

3. ¿Cómo se distribuyó el voto extranjero el 20-D?

Si sumamos los votos de Izquierda Unida, la coalición Unidos Podemos fue la ganadora del voto extranjero el 20-D al obtener 6.400 votos más que el Partido Popular. PSOE y Ciudadanos, por su parte, recibieron más de 14.000 votos cada uno.

El triunfo de Unidos Podemos en el voto extranjero se manifiesta también en el ámbito provincial, al haber ganado en 30 regiones. Los emigrantes de 14 provincias eligieron como vencedor al PP, mientras que el PSOE ganó en cinco. Por su parte, ERC venció en tres de las cuatro provincias catalanas. La cuarta, Barcelona, cayó del lado de Unidos Podemos.

4. ¿Dónde se rogaron más votos el 20-D?

Los consulados europeos, especialmente los situados más allá del antiguo ‘telón de acero’, fueron los que registraron más solicitudes de voto de emigrantes españoles en términos relativos, aunque en ningún caso se llegó a la mitad del electorado. Tallín (Estonia) y Vilnius (Lituania) encabezan esta clasificación con más del 47% de votos rogados, de acuerdo a un archivo publicado en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores que refleja las solicitudes de voto a 16 de diciembre de 2015 y los datos del CERA por consulados.

En el lado opuesto se encuentran los principales consulados de América, en muchos de los cuales se registraron menos del 10% de solicitudes de voto. Estos países aglutinan las principales bolsas de españoles en el extranjero, fruto de la emigración de principios del siglo XX y el otorgamiento de la nacionalidad a las terceras generaciones en virtud de la Ley de Memoria Histórica.

En concreto, los consulados de Buenos Aires, Caracas y La Habana tienen más de 100.000 electores españoles inscritos, alcanzando los 280.000 en el caso del de la capital de Argentina. Sin embargo, el porcentaje de votos rogados el 20-D fue muy discreto: 4,74% en Buenos Aires y menos del 3% en las capitales de Venezuela y Cuba.

5. ¿En qué consulados se depositaron más votos?

Algunas sedes diplomáticas publicaron estos datos en sus páginas web. Al advertir esta circunstancia y en virtud de la Ley de Transparencia, El Confidencial solicitó al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación los datos de todos los consulados. Exteriores denegó esta petición al considerar que “esta información ya fue publicada”.

Caracas es uno de los consulados que sí ha publicado estos datos en su página web. De las 3.666 personas que rogaron su voto a cuatro días del 20-D, finalmente votaron 520 sobre un censo total de 159.000 electores. Es decir: la participación apenas fue del 0,33%. En otro consulado americano como el de Santo Domingo (República Dominicana) votaron 473 personas de un total de 14.618 inscritos (3,24%). En este caso 661 electores habían rogado el voto.

Conducir ocho horas hasta el consulado más cercano y otras ocho de regreso, sobres electorales que no llegan a tiempo, papeletas duplicadas de algunos partidos y ninguna de otros, funcionarios consulares que se olvidan del poner el sello que acredita la validez de un voto… Si votar por correo en España es una ardua tarea, lo que tienen que pasar los electores residentes en el extranjero si quieren participar en las elecciones generales del 26-J “es un acto de fe”, en palabras de Amada Peñalosa, portavoz de Marea Granate, la plataforma ciudadana que propugna una mejora en el voto emigrante.

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