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El PP intenta llenar el vacío de quedarse un mes de secundario ante los pactos
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El PP intenta llenar el vacío de quedarse un mes de secundario ante los pactos

El Gobierno en funciones no puede tomar ninguna iniciativa política y el partido sigue pendiente de despejar la incógnita principal: si pasa a la oposición o si tiene que preparar nuevas elecciones

Foto: El presidente del PP, Mariano Rajoy. (EFE)
El presidente del PP, Mariano Rajoy. (EFE)

El PP tiene por delante entre tres y cuatro semanas con papel de actor secundario en el espectáculo de los pactos poselectorales (mientras negocia Pedro Sánchez), que intentará compensar con actos de partido y la incursión pública de algún ministro en funciones. Mariano Rajoy arranca hoy en una reunión con sus diputados en el Congreso, mientras sus representantes en la Cámara intentan presionar para que Patxi López acorte los plazos para convocar la primera sesión de investidura.

En el Partido Popular reconocen que tienen un problema serio para procurarse protagonismo y presencia pública durante todo un mes, más allá de comentar la marcha de las conversaciones del secretario general del PSOE con los representantes de las demás fuerzas políticas: Podemos, nacionalistas, separatistas, el resto de partidos menores de izquierdas y Ciudadanos.

El Gobierno en funciones no puede tomar ninguna iniciativa política y el partido sigue pendiente de despejar la incógnita principal: si pasa a la oposición y tiene que recomponer filas en el congreso nacional que se celebrará a continuación o si tiene que preparar la repetición de elecciones para junio. En el último caso, todo en el PP seguiría igual, con Rajoy al frente. Pero si a los dirigentes populares les toca salir de La Moncloa y los ministerios y replegarse en la sede de Génova, se abriría una crisis interna en toda regla.

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Desde el primer ‘no’ de Sánchez a la oferta de ‘Gobierno constitucionalista’ que hizo Rajoy el día 21 de diciembre, la dirección del PP intenta mantener un mínimo de tensión entre las bases para defender sus opciones a seguir en el poder mediante un acuerdo de última hora con los socialistas, pero sobre todo porque consideran como hipótesis más probable la repetición de los comicios. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, y los cuatro vicesecretarios se reparten por media España desde hace tres semanas para reunir a los comités regionales y provinciales del partido.

El órdago de Rajoy al dejar pasar por delante a Pedro Sánchez en la investidura tiene para los populares el riesgo de que al secretario general le salga la carambola de sus pactos anti-PP y que Rajoy no pueda ofrecerse como solución de última hora para no repetir elecciones. De momento, al Grupo Popular le ha parecido excesivo el tiempo que el presidente del Congreso, Patxi López, ha dado a Sánchez para preparar su candidatura. Esas “tres o cuatro semanas” anunciadas parecen mucho tiempo para populares y podemitas, pero la decisión solo depende de López. A Rajoy solo quería darle una semana.

El precedente más cercano de pactos poselectorales complicados data de marzo-abril de 1996, cuando José María Aznar se tomó 20 días para negociar su investidura con CiU y Coalición Canaria, un pacto al que se sumó a última hora el PNV. El candidato del PP obtuvo 156 escaños, se quedó a 20 de la mayoría absoluta, y tuvo que pactar con los nacionalistas catalanes (16 diputados), los regionalistas canarios (4) y el partido entonces en manos de Xabier Arzalluz (5) para formar un Gobierno monocolor de los populares pero con ‘peajes’ de todo tipo: desde la desaparición de los gobernadores civiles o la cesión de parte de la recaudación del IRPF, a mirar a otro lado en la imposición absoluta del catalán o la nueva vía de financiación para los partidos a cuenta de compensaciones por presunto patrimonio incautado durante la Guerra Civil y la dictadura.

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La ventaja que tuvo entonces Aznar, como en la legislatura anterior Felipe González, a la hora de negociar con los nacionalistas es que entonces CiU y el PNV no eran separatistas declarados ni estaban en operaciones de derribo del marco constitucional. Se ‘limitaban’ a exigir más competencias y financiación, además de la retirada de la Administración central de las comunidades que controlaban y siguen controlando.

El PP tiene por delante entre tres y cuatro semanas con papel de actor secundario en el espectáculo de los pactos poselectorales (mientras negocia Pedro Sánchez), que intentará compensar con actos de partido y la incursión pública de algún ministro en funciones. Mariano Rajoy arranca hoy en una reunión con sus diputados en el Congreso, mientras sus representantes en la Cámara intentan presionar para que Patxi López acorte los plazos para convocar la primera sesión de investidura.

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