El PP contiene el aliento ante el órdago de Rajoy: su futuro depende de Iglesias
Los populares admiten que Rajoy no tenía más margen de actuación, una vez que Sánchez está cerrado en banda a la posibilidad de cualquier acuerdo sobre su propuesta de Gobierno a tres
Los diputados del Grupo Popular contienen el aliento ante el órdago de su jefe, Mariano Rajoy: que Pedro Sánchez se retrate primero (y fracase) en su investidura, previa negociación con Pablo Iglesias y los grupos separatistas. Si al final, después de humillarle en el prólogo de las conversaciones, resulta que a los podemitas les conviene hacer presidente del Gobierno al dirigente del PSOE, no habrá repetición de elecciones en junio y el PP pasará a la oposición, aunque tenga más escaños que los socialistas.
En el Grupo Popular admiten que Rajoy no tenía más margen de actuación, una vez que Sánchez está cerrado en banda a la posibilidad de cualquier acuerdo o entendimiento sobre su propuesta de Gobierno constitucionalista entre populares y socialistas con el añadido de Ciudadanos. Pero mes y medio después de los comicios del 20-D, el secretario general del PSOE ha conseguido lo que quería desde la noche electoral: intentar una gran coalición de toda la izquierda y nacionalistas (mínimo de ocho partidos entre todos) frente al PP. Contaba con que Rajoy fracasara antes en su propia investidura, pero el presidente del Gobierno en funciones declinó la oferta el pasado día 22 para ceder el turno al socialista.
La apuesta del jefe del Ejecutivo va a poner a prueba a su partido, tanto en el orden interno, donde hasta ahora nadie ha alzado la voz frente al jefe y sus tácticas, como en su capacidad de respuesta externa y de influencia en los medios para desgastar a Sánchez por su desesperado intento de pactar con Podemos, las confluencias, IU, ERC, lo que queda de Convergència, PNV y Coalición Canaria.
A partir de ahora, los dirigentes del PP se aplicarán a repetir su oferta de Gobierno constitucionalista para garantizar la unidad de España, la recuperación económica, la economía de libre mercado, la continuidad en la lucha antiterrorista y el cumplimiento de los compromisos dentro de la UE. Los posibles socios de gobierno de Sánchez cuestionan o están en contra de todos esos principios, según se constatará durante las negociaciones que vienen.
Además, los portavoces populares se volcarán en acusar al secretario general de ser “el señor del no y no”. Hasta le llevan las cuentas: son 17 las veces que Pedro Sánchez ha proclamado en público que no tiene nada que hablar con Rajoy mientras toleraba todas las humillaciones de Iglesias con tal de abrir negociaciones.
Otro de los puntos en que incidirán los dirigentes del PP es en el afán del aspirante a ser investido presidente del Gobierno por disimular la “cuadratura del círculo” que intenta: “Pactar con Ciudadanos cuando no suma, engañar a Podemos, al comité federal del PSOE, a los militantes y los independentistas. No se puede engañar a todos todo el tiempo, aunque le hayan dado un mes para hacerlo”.
A partir de ahora, los dirigentes del PP se aplicarán a repetir su oferta de Gobierno constitucionalista para garantizar la unidad de España y la recuperación
Los populares tienen otra consigna que reiterar los próximos días, consistente en recordar que el PP ganó los comicios con más de 1,7 millones de votos de diferencia sobre el PSOE, que Rajoy será su candidato hasta el final y que tiene más legitimidad que nadie para optar (después) a la Presidencia del Gobierno “porque es quien ganó las elecciones”.
Argumentarios aparte, de puertas adentro, en fuentes del Grupo Popular reconocen que Sánchez es capaz de ceder ante todos los grupos con tal de llegar a La Moncloa, que es lo que comentan con temor algunos diputados socialistas. La decisión última corresponderá a Iglesias, quien hasta ahora da muestras de emplearse en el desgaste de Sánchez más que en facilitarle el Gobierno. Pero falta por ver si confirma la apuesta de Podemos por repetir elecciones para hacerse ya con la hegemonía de la izquierda o le interesa dejar un tiempo al secretario general del PSOE en el poder para asegurarse ese control a medio plazo con una crisis ‘a la griega’.
Los diputados del Grupo Popular contienen el aliento ante el órdago de su jefe, Mariano Rajoy: que Pedro Sánchez se retrate primero (y fracase) en su investidura, previa negociación con Pablo Iglesias y los grupos separatistas. Si al final, después de humillarle en el prólogo de las conversaciones, resulta que a los podemitas les conviene hacer presidente del Gobierno al dirigente del PSOE, no habrá repetición de elecciones en junio y el PP pasará a la oposición, aunque tenga más escaños que los socialistas.