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Garzón prepara otra campaña para limitar el consumo y culpa de nuevo al sector primario
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En pleno rescate del Gobierno al campo

Garzón prepara otra campaña para limitar el consumo y culpa de nuevo al sector primario

Tras la polémica de 2021, cuando recomendó reducir la ingesta de carne, vuelve a la carga con publicidad masiva de sensibilización contra el modelo de consumo actual y apunta otra vez al daño provocado por los usos agrícolas en el medio ambiente

Foto: Cámara de curación de jamones en Jabugo (Huelva). (EFE/Julián Pérez)
Cámara de curación de jamones en Jabugo (Huelva). (EFE/Julián Pérez)
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Mientras el Gobierno despliega una batería de ayudas de más de 2.000 millones para el campo por el golpe que está sufriendo como consecuencia de la sequía, el Ministerio de Consumo prepara una nueva campaña de publicidad masiva dirigida a toda la población para concienciar del efecto nocivo que tiene el consumo sobre el medioambiente.

Según expone el Ejecutivo en documentación oficial, la alimentación es la principal culpable del daño ambiental que sufre España, debido, entre otros factores, al cambio de uso de los suelos, lo que provoca la destrucción de ecosistemas. Y alude al sector primario, ya que pone el foco en el perjuicio que genera el uso de la tierra con fines "agrícolas para cultivos y pastos".

Bajo este escenario, el pasado martes 9 de mayo, dos días antes del Consejo de Ministros dedicado exclusivamente al rescate del sector primario, la jefa de gabinete de la Secretaría General de Consumo y Juego, adscrito al ministerio liderado por Alberto Garzón (IU), convocaba una reunión con empresas especializadas en publicidad para informarles de las líneas maestras de esta nueva campaña, que llega menos de dos años después de la polémica por pedir menos consumo de carne. En aquel momento, el ala socialista del Gobierno trató de sofocar el malestar con unas palabras del presidente del Gobierno que también generaron polvareda. "A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible", dijo Sánchez con el fin de zanjar el asunto. No obstante, meses después, la controversia se reabrió por una entrevista del ministro Garzón en el diario británico The Guardian, cuando cargó contra las macrogranjas y la ganadería intensiva española.

placeholder Alberto Garzón, en rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros. (EFE/Javier Lizón)
Alberto Garzón, en rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros. (EFE/Javier Lizón)

Ahora, menos de dos años después y en pleno ciclo electoral, el ministerio dirigido por el líder de Izquierda Unida salta a la palestra de nuevo con una nueva campaña dirigida a concienciar sobre los efectos del consumo. Para los responsables del Gobierno de España, el origen de esta ofensiva publicitaria es que "el consumo de alimentos representa el principal impacto ambiental en España, suponiendo más del 52% del índice ponderado en la huella de consumo nacional en el año 2018".

El ministerio dominado por la cuota que representa Unidas Podemos lanza ahora un alegato en un documento oficial que expone toda una serie de valores ideológicos contra el presente modelo de vida: "El sistema económico actual promueve la significancia de lo individual frente al valor de lo colectivo. La difusa diferencia que existe entre necesidades reales y deseo provoca que sea difícil saber qué es lo que realmente necesitamos y cuánto consumimos. Es necesario replantear los diferentes modelos de producción y hábitos de consumo para ser respetuosos con los límites ecológicos. El consumo superfluo, sumado al despilfarro, implica el uso de una gran cantidad de recursos a la hora de producir bienes y servicios, lo cual repercute directamente sobre la huella de consumo", despacha el informe firmado por el secretario general de Consumo y Juego.

"El sistema económico actual promueve la significancia de lo individual frente al valor de lo colectivo", señala el Ministerio de Consumo

Ese modelo de vida está, para el departamento gubernamental, en el origen del daño medioambiental sufrido, por lo que busca "generar un debate social tanto en medios como en redes sociales". En este sentido, carga contra el impacto del sector primario español. Considera que "es necesario preguntarnos acerca de las consecuencias económicas, sociales y ambientales que tiene nuestro consumo de bienes y la producción de los mismos para garantizar la integridad de los ecosistemas y la salud humana. Los cambios en los usos del suelo y el calentamiento global son responsables de cerca del 80% del daño a la integridad de los ecosistemas terrestres asociados a los modos de consumo en España. De nuevo, la alimentación es el área de consumo que más contribuye a la pérdida de calidad de los ecosistemas y, por ende, a la pérdida de biodiversidad. Especialmente, por los impactos ambientales relacionados con el uso de tierras agrícolas para cultivos y pastos".

Y en este objetivo, trata de hacer especial hincapié en la forma no solo de consumir, sino también de producir, como ya puso de manifiesto hace año y medio al poner en el foco las macrogranjas, cuya producción se destina en parte a la exportación. "Es imprescindible considerar no solo las cargas ambientales asociadas a las actividades que ocurren dentro del territorio nacional, sino también aquellas relativas al comercio exterior del país".

Estas aseveraciones se basan en un escenario descrito próximo al colapso medioambiental. "De los 16 impactos ambientales evaluados, seis han sobrepasado ya los umbrales establecidos por los límites planetarios de seguridad. Uno de ellos, el uso de recursos minerales y metales, está ya en la zona de incertidumbre, y los cinco restantes, en la de alto riesgo (el cambio climático, la ecotoxicidad de agua dulce, la eutrofización de agua dulce, el material particulado y el uso de recursos fósiles)", revela el Gobierno.

"La difusa diferencia entre necesidades reales y deseo dificulta saber qué necesitamos realmente y cuánto consumimos", según el Gobierno

Por todo lo anterior, el área que dirige Alberto Garzón cree que puede sensibilizar, concienciar y en último término cambiar los hábitos de consumo. "Limitar el impacto de nuestro consumo vinculado con la producción es posible. Partir desde un consumo crítico y ambientalmente más sostenible es vital para alcanzar el modelo económico y productivo necesario para cuidar nuestra salud y la del planeta".

Tras la furibunda respuesta de una parte de la sociedad frente al Gobierno, cuando el propio Garzón cuestionó el modo de consumir de los ciudadanos, apuntando particularmente al consumo de carne, ahora el Ejecutivo busca que la campaña no se dirija contra la ciudadanía. "Reducir la culpa en el consumidor para favorecer su capacidad de actuación en las relaciones de consumo es vital, mejorando así conocimiento acerca de cómo inciden económica, social y ambientalmente sus decisiones". En definitiva, uno de los objetivos de la campaña es "vincular el consumo con la producción, evitando que el usuario que reciba el mensaje sienta culpa por hábitos que no sabe cómo cambiar". Es decir, como ya hizo a finales de 2021, busca poner el foco del problema en los productores, no en los consumidores, lo que a la postre podría tener un efecto perjudicial sobre las expectativas electorales en un año decisivo.

Otro de los fines de la campaña es poner en valor vivencias que considera positivas. "Existen diversas experiencias ciudadanas con éxito basadas en cambios de hábitos relacionadas directamente con la huella de consumo. Grupos de consumo que favorecen una mejor alimentación, talleres de reparación y reutilización (de ropa, tecnología, etc.) donde se enseña y aprende a reparar objetos o darles una nueva vida u objetotecas donde poder alquilar objetos cotidianos como herramientas relacionadas con el bricolaje sin tener que comprarlas para darles poco uso".

Un fin publicitario es "vincular consumo con producción, evitando que el usuario que reciba el mensaje sienta culpa por sus hábitos"

Para todo ello, el Ejecutivo ha hecho llegar un dosier en el que expone las líneas maestras adonde dirigir sus mensajes. En la presentación, realizada durante un breafing la pasada semana, detalla un plan de difusión masiva a toda la población. Los creativos habrán de proponer vídeos de campaña con contenidos específicos para diversos canales, incluidas redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter, TikTok y LinkedIn. También lo que denominan "acciones de notoriedad", proposiciones para cuñas de radio o banners estáticos y dinámicos que proyectará en medios de comunicación digitales.

"El objetivo es conseguir el mayor alcance y notoriedad posible", señala el Ministerio de Consumo, que quiere "generar un debate social tanto en medios como en redes sociales". La empresa adjudicataria tendrá que ofrecer "asesoramiento y orientación sobre la mejor estrategia de comunicación, difusión y ubicación de la campaña en los distintos medios y soportes (propios, ganados y comprados)", entre otros desempeños.

Aunque la lucha por la reducción del consumo y contra ciertas formas de producción se ha vinculado con el Ministerio de Consumo, por su actividad de publicidad, la realidad es que la Moncloa, a través de la oficina de prospectiva, ya advirtió de la necesidad de comer menos carne y limitar los consumos de otra serie de bienes de uso generalizado, tal y como planteaba el informe España 2050, presentado en mayo de 2021.

Mientras el Gobierno despliega una batería de ayudas de más de 2.000 millones para el campo por el golpe que está sufriendo como consecuencia de la sequía, el Ministerio de Consumo prepara una nueva campaña de publicidad masiva dirigida a toda la población para concienciar del efecto nocivo que tiene el consumo sobre el medioambiente.

Alberto Garzón
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