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Empleo mira a Francia para desconectar tras el trabajo y cerrar los ministerios a las seis
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sin correos ni telefonazos fuera del horario laboral

Empleo mira a Francia para desconectar tras el trabajo y cerrar los ministerios a las seis

Las empresas no podrán molestar a sus empleados fuera del horario laboral. Por ley. El Gobierno quiere seguir los pasos del país galo y además pretende predicar con el ejemplo de salir a las seis

Foto: Las empresas españolas también deberán respetar el tiempo de descanso de sus trabajadores, como en Francia.
Las empresas españolas también deberán respetar el tiempo de descanso de sus trabajadores, como en Francia.

“El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento”. Así responderá el contestador automático de los móviles de empresa cada vez que un jefe intente encargar una tarea a su subordinado fuera del horario laboral. Francia quiere acabar con la insana costumbre de vivir conectados al trabajo las 24 horas del día, ya sea vía telefónica o por 'email', y acaba de regular por ley el uso de las tecnologías de comunicación para garantizar el tiempo de descanso de los asalariados. El Gobierno español tiene la firme intención de seguir los pasos de nuestros vecinos galos, ahora que tiene un espejo donde mirarse.

Así lo confirmaron fuentes del Ministerio de Empleo ayer miércoles, si bien no han concretado fechas de aplicación ni cómo se va a poner en marcha esta iniciativa. La medida, que ya fue avanzada de pasada cuando Fátima Báñez anunció que buscará un pacto de Estado para que los españoles salgan de trabajar a las seis con carácter general, forma parte de un plan para favorecer el tan complicado equilibrio entre la vida laboral y personal. Estudiar un cambio en el huso horario, explorar las opciones de teletrabajo que ofrecen las nuevas tecnologías, fomentar la flexibilidad en las horas de entrada y salida o ampliar los permisos de paternidad de dos a cuatro semanas —como ya se ha hecho— son otras propuestas que también están encima de la mesa, pero la que más ha dado que hablar, sin duda, tiene que ver con la racionalización de horarios.

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Como no podía ser de otra manera, el sindicato de funcionarios CSI-F no tardó en exigir al Gobierno que haga el favor de predicar con el ejemplo desde las administraciones públicas. Para sorpresa de algunos, el departamento dirigido por Fátima Báñez ha recogido el guante; sus planes pasan por cerrar los ministerios a las seis de la tarde, en consonancia con su particular cruzada contra la cultura del presentismo. La Asociación para la Racionalización de Horarios Españoles (Arhoe) y el CSI-F ya se pronunciaron a favor de esta iniciativa y pidieron que se planteara como medida simbólica sin pérdida efectiva de horas de trabajo, manteniendo las retribuciones pero organizando la jornada de manera más racional para fomentar la conciliación.

La propuesta está plasmada en el Plan de Igualdad de la Administración General del Estado y fue previamente pactada en el acuerdo de investidura entre PP y Ciudadanos. El sindicato de funcionarios también quiere promover una “bolsa de horas”, entendida como flexibilidad horaria para que los empleados públicos puedan reducir su tiempo de trabajo en determinados periodos y por motivos directamente relacionados con la conciliación. Eso sí, deberán acreditar las causas y recuperar el tiempo más tarde. La posibilidad de implantar una jornada laboral de 35 horas semanales es otro de los temas en los que CSI-F busca el respaldo tanto del Gobierno como de las comunidades autónomas, si bien recuerda que en la actualidad se han producido conflictos que han llegado al Tribunal Constitucional, como en el caso de Castilla-La Mancha. En Extremadura ya se aprobó, al igual que en Andalucía desde principios de este mes.

Los periodistas tampoco pueden conciliar

Cerrar ministerios a una hora prudente implica no organizar reuniones pasadas las seis de la tarde, y no solo eso. Desde Empleo, se comprometen a trabajar para que las ruedas de prensa celebradas más allá de esa hora en las instituciones se conviertan en una anécdota del pasado, como sucede en Francia y en otros países europeos. Los periodistas galos no están acostumbrados a asistir a convocatorias casi nocturnas —excepto en casos de extrema gravedad—, cosa que sí ocurre con demasiada frecuencia en España. Incluso los propios profesionales se lo han afeado a los políticos en más de una ocasión, sobre todo cuando las comparecencias se prolongan hasta las 10 de la noche o más.

La potestad para desconectar fuera del horario de trabajo en Francia entró en vigor el 1 de enero gracias a una disposición de la reforma laboral. Dicho texto crea un derecho para los asalariados y una obligación para las grandes empresas, que desde ahora deberán regular los sistemas de mensajería, correos electrónicos o teléfonos móviles con el único fin de respetar el tiempo de descanso y las vacaciones de los trabajadores. ¿Cómo se hará?

La dirección y los agentes sociales de cada empresa con más de 50 empleados deberán ponerse de acuerdo vía negociación colectiva. Si no lo consiguen, el empresario será el encargado de redactar un manuscrito con las pautas a seguir. En cualquier caso, la ley se limita a abrir la puerta a una regulación consensuada en función de las necesidades productivas de cada empresa, pues tampoco prohíbe categóricamente el uso de los dispositivos móviles o el correo después del trabajo.

A falta de conocer los detalles, en esa misma línea irán las medidas que tome el Gobierno español para garantizar este derecho. Empleo no quiere hablar de imposiciones pero sí de incentivar nuevos métodos de trabajo —que deberán acordarse entre sindicatos y directivos de cada compañía—, tanto en el caso de racionalización de horarios como en los de desconexión y flexibilidad. ¿Qué trabajador no estaría más contento y motivado pudiendo elegir a qué hora entra y a qué hora sale dentro de un intervalo de tiempo pactado con el empresario?

“El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento”. Así responderá el contestador automático de los móviles de empresa cada vez que un jefe intente encargar una tarea a su subordinado fuera del horario laboral. Francia quiere acabar con la insana costumbre de vivir conectados al trabajo las 24 horas del día, ya sea vía telefónica o por 'email', y acaba de regular por ley el uso de las tecnologías de comunicación para garantizar el tiempo de descanso de los asalariados. El Gobierno español tiene la firme intención de seguir los pasos de nuestros vecinos galos, ahora que tiene un espejo donde mirarse.

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