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Las cajas centran su batalla con el Gobierno en el fondo de reserva y los dividendos
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DEJAN SOLO A FAINÉ EN SU INTENTO DE PRESIDIR LA CAJA Y EL BANCO

Las cajas centran su batalla con el Gobierno en el fondo de reserva y los dividendos

Las cajas de ahorros que han sobrevivido a la crisis -Ibercaja, Unicaja y las que forman Kutxabank, Liberbank y BMN- se han distanciado de la insistencia

Foto: Las cajas centran su batalla con el Gobierno en el fondo de reserva y los dividendos
Las cajas centran su batalla con el Gobierno en el fondo de reserva y los dividendos

Las cajas de ahorros que han sobrevivido a la crisis -Ibercaja, Unicaja y las que forman Kutxabank, Liberbank y BMN- se han distanciado de la insistencia del líder del sector -La Caixa- para que se pueda compatibilizar la presidencia de la fundación en que se convertirán las cajas y la del banco a través del que ejercen su negocio financiero. Como ven que esa batalla está perdida, prefieren centrar sus esfuerzos en otras que sí pueden ganar: básicamente, el nuevo fondo de reserva que deben dotar las fundaciones para casos de insolvencia del banco y el porcentaje necesario para aprobar el reparto de dividendos. Dos temas en los que Economía sí es sensible a negociar, según fuentes conocedoras de la situación.

Como ha venido informando El Confidencial, el empeño del presidente de La Caixa y CaixaBank, Isidre Fainé, por mantener los dos cargos logró que el Gobierno le concediera un período transitorio de un año (hasta finales de 2014 o principios de 2015) para tener que elegir. No contento con esto, planteó que la incompatibilidad afectase sólo a los consejeros ejecutivos, pero no a los dominicales, porque eso supone un menoscabo del derecho de propiedad. El Consejo de Estado 'compró' ese argumento en su informe consultivo, pero el Gobierno no lo asumió y mantuvo una incompatibilidad que está recogida en el punto 23 del Memorándum de Entendimiento (MoU) con las autoridades europeas para el rescate bancario.

No obstante, Fainé es inasequible al desaliento y tampoco se dio por vencido con esta nueva derrota. En primer lugar, buscó aliados políticos en CiU y PNV para tratar de modificar la nueva norma en su tramitación parlamentaria. Pero estos aliados también comprobaron rápidamente que la misión iba a ser casi imposible. Además, el PNV perdió mucho interés en librar esta batalla cuando Mario Fernández, presidente de Kutxabank- anunció públicamente hace semana y media que no tenía interés en simultanear las dos presidencias, sino que él elegía la del banco. Ante esta situación, el financiero catalán ha cambiado de estrategia y plantea alargar el período transitorio de uno a tres años, como también ha adelantado este medio, una petición que también tiene muy pocas probabilidades de prosperar.

En todo caso, el resto de las cajas ha tirado la toalla en esta guerra por las presidencias, y Economía se niega a reabrir una negociación con Bruselas por un tema que ya se daba por cerrado y que en la UE se interpreta como un intento de mantener el control político sobre las cajas que ha llevado a la catástrofe sufrida por el sector. En vez de eso, pretenden centrar la batalla en otros dos puntos que importan bastante más para el futuro de estas entidades: el fondo de reserva y el reparto de dividendos.

El fondo de reserva, parte del capital

El proyecto de ley establece que las nuevas fundaciones que tengan más del 50% del capital del banco filial deben dotar un fondo de reserva para cubrir posibles necesidades de los bancos con los que operan. Pero este fondo todavía no está cuantificado -lo hará el Banco de España a través de una Circular- ni tampoco será igual para todas, sino que estará en función de las necesidades de recursos propios previstas en el plan financiero que deben presentar las fundaciones, del tamaño del activo y el porcentaje de participación de la fundación en el banco (cuanto más volumen y más porcentaje, mayor será este fondo), de si el banco cotiza (el fondo será menor porque es más fácil captar capital) y de si la fundación participa en más de una entidad.

Aparte de minimizar el importe de este fondo, lo que pretenden las cajas es que este se sitúe 'abajo', es decir, en el banco como parte de su capital. "No tiene ningún sentido que unas fundaciones dedicadas a la obra social tengan un colchón de dinero inmovilizado guardado en un cajón; es mucho más lógico que ese colchón se guarde en el banco y sirva para reforzar sus ratios de solvencia", explica una de las entidades afectadas. Según las fuentes consultadas, el Gobierno considera lógica esta pretensión y está dispuesto a plantear a Bruselas este cambio en la norma, ya que no va en perjuicio de la solvencia de las entidades, que es lo que preocupa a la troika.

Relajar los requisitos del dividendo

El segundo punto es el quorum necesario para el reparto de dividendos. Inicialmente, el Ejecutivo había planteado que fuera del 75% porque Bruselas entiende que hay que impedir que las cajas descapitalicen el banco en su propio beneficio, lo que le puede dejar en situación vulnerable y, en caso extremo, provocar otro rescate con dinero público, que es lo que se quiere evitar a toda costa. Las protestas del sector han conseguido que el proyecto de ley rebaje ese porcentaje al 66%, pero aun así las entidades lo consideran excesivo.

 

"Si pones estas trabas al reparto de dividendos, va a ser muy difícil que entren inversores privados en el capital de nuestros bancos", señalan en otra caja, algo que van a necesitar todas en un futuro, porque se da por hecho que su única salida para ellas es salir a bolsa, como han hecho CaixaBank y Liberbank y como tiene que hacer BMN antes de 2017. Algunas fuentes sostienen que eso no es tan problemático porque los inversores que entren en estos bancos sólo tienen que votar a favor del dividendo junto a la caja. Pero otras advierten de que puede haber inversores más activistas que consideren que es mejor retener el dividendo para no poner en peligro la entidad. En todo caso, tener que alcanzar un apoyo del 66% supone un riesgo para el inversor.

Además, existe una relación circular entre el pago de dividendos y el fondo de reserva, puesto que la única vía para dotar este último son los dividendos que cobre la caja del banco. Por tanto, si no hay quorum suficiente para aprobar este pago, será imposible constituir el fondo. "Es una contradicción que por un lado quieran limitar el dividendo y, por otro, pretendan que las cajas constituyamos un fondo de reserva. ¿Con qué recursos se va a hacer?", plantean en otra de estas entidades.

Las cajas de ahorros que han sobrevivido a la crisis -Ibercaja, Unicaja y las que forman Kutxabank, Liberbank y BMN- se han distanciado de la insistencia del líder del sector -La Caixa- para que se pueda compatibilizar la presidencia de la fundación en que se convertirán las cajas y la del banco a través del que ejercen su negocio financiero. Como ven que esa batalla está perdida, prefieren centrar sus esfuerzos en otras que sí pueden ganar: básicamente, el nuevo fondo de reserva que deben dotar las fundaciones para casos de insolvencia del banco y el porcentaje necesario para aprobar el reparto de dividendos. Dos temas en los que Economía sí es sensible a negociar, según fuentes conocedoras de la situación.

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