Renta Corporación presenta el concurso de acreedores con una deuda de 186 millones

La inmobiliaria Renta Corporación presenta concurso voluntario de acreedores en los juzgados de Barcelona, con un pasivo de 186 millones, tras intentar sin éxito llegar a un acuerdo con los bancos para refinanciar su deuda.

Este martes se ha reunido el consejo de administración, que preside su máximo accionista, Lluís Hernández de Cabanyes, y se ha acordado presentar solicitud de concurso voluntario durante a lo largo de hoy. Por ello, todavía no se sabe el juzgado asignado.

La intención de los gestores es que, en los cuatro meses que otorga la Ley Concursal, puedan negociar con la banca y acreedores y conseguir la continuidad de la compañía, una inmobiliaria que cotiza en bolsa. La presentación del concurso ha sido confirmada a la CNMV.

De los 186 millones de pasivo que acumula la compañía, la mayor parte, 162 millones son deuda bancaria que se reparten, principalmente entre la Sareb, Banco Popular, Deutsche Bank, ING y Caixa Geral.

Fuentes cercanas al proceso han explicado que la presencia del Sareb entre los acreedores se debe a que Bankia traspasó los créditos a Renta Corporación al también denominado banco malo.

Del resto del pasivo, 23 millones corresponden a deuda con la Agencia Tributaria y sólo un millón de euros a otros acreedores, según las mismas fuentes jurídicas. Renta Corporación cotiza en bolsa pero el valor está suspendido precisamente por las informaciones sobre el concurso que hoy adelantaba La Vanguardia.

ERE al personal

Renta Corporación ya tenía una plantilla muy ajustada pero como parte del nuevo plan de viabilidad que la empresa para intentar salir del concurso se prevé un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará al 50% de la plantilla. En este momento trabajan en Renta Corporación 47 personas.

La compañía declaró beneficios de 3,6 millones de euros en 2012, pero su actividad estaba casi paralizada por el parón del mercado inmobiliario lo que le impedía rotar los inmuebles al ritmo que su modelo de negocio exigía.

Parón del mercado

En esta situación, la elevada deuda bancaria lastraba la actividad y era imposible hacer frente a los compromisos a los que se había llegado con la banca. Las restricciones crediticias también dificultaban poder cerrar operaciones que pemitiesen rotar los activos o conseguir clientes para los inmuebles en cartera.

Renta Corporación es una pequeña inmobiliaria que estaba centrada en la rehabilitación y venta de activos, en su mayor parte edificios de oficinas. El parón en el sector se reflejó ya en las ventas del 2012, que fueron de sólo 52 millones, un tercio que los del año anterior. Con una actividad tan escasa resultaba imposible poder devolver los intereses de la deuda, que ya había sido refinanciada en diversas ocasiones.