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La fiebre del oro enfría su temperatura: el metal precioso atraviesa su bache más largo desde 1997
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LA ONZA ACUMULA CINCO MESES CONSECUTIVOS DE CAÍDA

La fiebre del oro enfría su temperatura: el metal precioso atraviesa su bache más largo desde 1997

El oro busca su particular 12+1 en 2013. Tras doce años consecutivos de subidas, el metal precioso aspira a prolongar esta histórica secuencia, pero, con casi

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La fiebre del oro enfría su temperatura: el metal precioso atraviesa su bache más largo desde 1997

El oro busca su particular 12+1 en 2013. Tras doce años consecutivos de subidas, el metal precioso aspira a prolongar esta histórica secuencia, pero, con casi dos meses ya consumidos, está lejos de conseguirlo. Los síntomas de agotamiento que ofreció a finales de 2012 se están acentuando en el comienzo de 2013, en el que las ventas se están imponiendo con claridad a las compras.

La onza de oro al contado desciende un 6% en lo que va de año, hasta los 1.575 dólares, aunque el pasado miércoles llegó a caer hasta los 1.564, el precio más bajo desde julio. Es más, todo indica que en febrero –a falta de cuatro sesiones cede un 5,3%- encadenará su quinto mes consecutivo de caídas, algo que no se veía desde 1997. O lo que es lo mismo, el metal precioso está atravesando su bache más prolongado desde que arrancó su histórica secuencia alcista a comienzos de 2001.

Desde entonces no ha cerrado un solo año en negativo; doce consecutivos de subidas. Todo le ha ido bien. Confirmando su condición de antidólar, le ha beneficiado la debilidad de la divisa estadounidense en la última década; fue guarida de los inversores en los tiempos del pinchazo de la burbuja puntocom y en los posteriores, al calor de la recuperación y los consiguientes temores inflacionistas; desde 2007 reforzó su condición de activo refugio durante la Gran Recesión; se ha visto favorecido por factores estructurales, como la mayor demanda de los países emergentes, con India y China a la cabeza; e incluso se ha alineado en otros momentos con los activos con riesgo –como la bolsa- y ha subido junto a ellos aupado por las históricamente expansivas políticas monetarias de los principales bancos centrales del mundo. Por el camino, un nuevo récord histórico –en precios nominales-, marcado en los 1.921 dólares en septiembre de 2011.  

Toma de beneficios... y temores regulatorios 

Sin embargo, algo comenzó a cambiar en el último trimestre de 2012. Y esa alteración está teniendo continuidad, porque el metal precioso ha descendido en 15 de las últimas 21 semanas. ¿A qué se debe esta secuencia? En primer lugar, a una toma de beneficios. "El oro se había visto muy beneficiado por la escasez de activos refugio que compitieran con él. Pero en los últimos tiempos ha habido varios motivos, como el descenso de la tensión en Europa o el buen tono mantenido por la economía de China, que han modificado el panorama y han estimulado la recogida de beneficios en el oro", comenta Juan Ramón Caridad, director del Máster de Finanzas FIA. "Inicialmente, la corrección se debe al optimismo económico y a la mejora  de los mercados de riesgo", ratifica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. 

Pero no queda ahí la cosa. Tras la caída del oro también figuran aspectos normativos. Fuentes del mercado se refieren a cambios regulatorios en Europa, al abrigo de la normativa UCITS IV y con posible repercusión en el 10% de libre disposición con el que cuentan los fondos de inversión, que están generando incertidumbre en torno a la inversión en materias primas, con efectos en el oro. En este entorno, también se abren paso las especulaciones. "De forma más reciente, los rumores sobre los problemas de un hedge fund de metales que le habrían llevado a liquidar posiciones. Es un mercado muy estrecho, susceptible de fuerte volatilidad", apunta al respecto Martínez Campuzano. 

Corregir para rebotar

Los expertos, sin embargo, no dan por derrotado al metal precioso. Primero, porque la actual complacencia del mercado, que alimenta el retorno del apetito por el riesgo, dista de contar con cimientos sólidos dada la persistencia de los riesgos económicos y financieros. Y segundo, porque hay factores estructurales -una oferta inelástica combinada con una demanda que en 2012 fue 'récord', según los datos del World Gold Council- que pueden sostener el precio del oro. Desde esta perspectiva, se interpreta que las actuales caídas de este pueden ser aprovechadas como una oportunidad de entrada una vez que los precios se hayan abaratado. Por el momento, las previsiones de los analistas así lo barajan. El consenso de mercado recogido por la agencia financiera Bloomberg, extraído a partir de las previsiones de 26 firmas, contemplan que el precio medio del metal precioso a final de año se situará en torno a los 1.800 dólares, con una estimación mínima de 1.275 (RBC Capital Markets) y una máxima de 2.300 (Erste Bank). 

El oro busca su particular 12+1 en 2013. Tras doce años consecutivos de subidas, el metal precioso aspira a prolongar esta histórica secuencia, pero, con casi dos meses ya consumidos, está lejos de conseguirlo. Los síntomas de agotamiento que ofreció a finales de 2012 se están acentuando en el comienzo de 2013, en el que las ventas se están imponiendo con claridad a las compras.