Golpe de timón en la presidencia de Esteve y relevo de familias

Golpe de timón en la gestión de Laboratorios Esteve, el segundo grupo farmacéutico de capital catalán después de Almirall. Esteve ha dado un giro y ha nombrado presidente a Joan Esteve Soler, tío de Antoni Esteve Cruella, quien ocupaba el cargo hasta ahora. El objetivo último es, según han explicado fuentes del sector farmacéutico, que el grupo catalán deje atrás las pérdidas y vuelva a los números negros.

Joan Esteve, economista de formación, ha hecho hasta ahora toda su carrera dentro del grupo. Presidía la junta de accionistas y había presidido la comisión delegada hasta 2011.

Portavoces de la compañía han declinado hacer declaraciones y se han remitido a la nota oficial que no especifica las razones del cambio. Es la primera vez en muchos años que esta rama de la familia Esteve asume la presidencia. Previamente, habían sido otros los Esteve que habían tenido todo el poder ejecutivo en esta multinacional de la farmacia. En concreto, Josep Esteve Soler, padre del hasta ahora presidente Antoni Esteve, y el hermano de este último, Albert Esteve Cruella, que ejercía como consejero delegado del grupo.

La familia Esteve siempre ha optado por sus integrantes para los cargos directivos en el grupo. De los nueve miembros del consejo de administración, seis se apellidan Esteve y hay muchos miembros de la familia en cargos directivos.

Pérdidas en farmacia

El grupo perdió dinero en 2011 y lo volverá a hacer en 2012, según han señalado las fuentes del sector farmacéutico consultadas. El último año con beneficio fue 2010, cuando se ganaron 11 millones de euros y se facturaron 846 millones. Desde entonces, las ventas han bajado y la rentabilidad del grupo también. Según su Informe de Sostenibilidad, las ventas de Esteve alcanzaron en 2011 un total de 792 millones, un 6% menos que en el año anterior.

El negocio internacional supone casi un 47% del total. Tanto la química básica que fábrica en China como la rama de genéricos en Estados Unidos es rentable, pero no tanto como para soportar las pérdidas que en España acumula la división de farmacia, que es por donde se desangra la cuenta de resultados.

El reto del nuevo presidente pasa por atajar los números rojos, algo complicado para un grupo que sigue haciendo un importante esfuerzo en I+D, 60 millones anuales de inversión, y con un Gobierno que tiene entre sus prioridades de gestión la reducción del gasto farmacéutico al mismo tiempo que alargar los plazos de los pagos públicos al sector.