Telefónica quiere vender dos de sus cuatro Gulfstream por 35 millones de euros

Telefónica necesita reducir costes. Dentro de su política de ahorro, la compañía presidida por César Alierta planea disminuir el tamaño de su flota de aviones privados, y vender dos de los cuatro reactores Gulfstream que posee. Así lo han declarado fuentes familiarizadas con el asunto, según publica Bloomberg. Con esta operación, prevista para dentro de un mes como plazo máximo, podría recaudar alrededor de 35 millones de euros.

Además, la compañía quiere reemplazar hacia marzo o abril uno de sus aviones por un nuevo Gulfstream G-650, que encargó hace tres años. Telefónica, que cuenta con un departamento de aviación, podría haber pagado aproximadamente 50 millones de euros por esta operación, una cifra inferior a los 70 millones de euros que el mismo modelo costaría ahora, según explicaron las fuentes.

La deuda neta del mayor operador de telefonía española es mayor que su valor de mercado –cifrado en casi de 48.000 millones de euros–. La venta de aviones forma parte de un programa de reducción de costes que abarca material de oficina, refrigerios de empleados y ventas de activos, entre otras. Después de una ola de adquisiciones en la última década, el Ejecutivo de Telefónica está recortando, con venta de activos que incluyen acciones en filiales de Latinoamérica y Alemania, así como la de Atento, la compañía de atención telefónica.

Y éstas no han sido las únicas medidas de ahorro. La compañía de César Alierta redujo la retribución de los directivos un 30% en el mes de julio, mientras que los miembros del Consejo acordaron un recorte del 20%. También suprimió el dividendo de este año y redujo el del próximo a la mitad para ahorrar unos 10.200 millones, en un desesperado intento de evitar nuevas rebajas de la calificación de su deuda.

Solamente los altos ejecutivos de la compañía telefónica líder en España utilizan los aviones para trasladarse, aunque eso sí, con menos frecuencia que antes. Alierta es conocido en la industria de la aviación como un usuario “sensato”, que ha llegado a alquilar un reactor ajeno a la empresa para su uso personal, según explicaron estas fuentes.