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La pesadilla del uranio español
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DEMANDA MILLONARIA CONTRA EL ESTADO

La pesadilla del uranio español

La broma del uranio en Salamanca puede salir cara al Estado. El pasado martes, la minera Berkeley Resources anunció la puesta en marcha de un procedimiento

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La pesadilla del uranio español

La broma del uranio en Salamanca puede salir cara al Estado. El pasado martes, la minera Berkeley Resources anunció la puesta en marcha de un procedimiento internacional de arbitraje contra la empresa pública Enusa, por el que reclama el pago de una compensación por importe de 150 millones de euros. El motivo alegado por esta firma australiana, que cotiza en el mercado alternativo de Londres, es el incumplimiento de un contrato por el que ambas compañías tenían que constituir una joint venture para explotar el yacimiento de Saelices el Chico (Ciudad Rodrigo).

Como estaba previsto desde dentro de la propia Administración, el extraño matrimonio firmado por Berkeley Resources y Enusa a mediados de 2008 ha terminado saltando por los aires tras cuatro años de inexistente, pero tortuosa relación. Los cuatro meses transcurridos bajo gobierno del Partido Popular han sido suficientes para que la minera con sede en Australia sea consciente de que sus posibilidades como productor de uranio en España forman parte de un sueño en el que nunca debió embarcarse y al que nunca debió ser invitada. Ahora toca ir a juicio.

Llegados a este punto, la kafkiana situación es que Berkeley Resources reclama una indemnización millonaria al Estado por un uranio que no ha llegado a producirse. Todo se remonta al visto bueno que la minera recibió del consejo de ministros para unirse con Enusa, le empresa estatal controlada por SEPI (60%) y Ciemat (40%), y compartir los derechos de explotación del complejo de Saelices el Chico, que se gestionaría bajo un consorcio a 30 años (prorrogable hasta 90) donde controlaría un 90% del capital. El sueño del uranio se hacía presente.

Sin embargo, todo empezó a torcerse desde el principio. A pesar de que los gestores de Enusa, encargada de explotar los yacimientos antes de su cierre y que ahora gestiona la compra del uranio que consumen (1.500 tonaledas al año) las centrales españolas, conocían los límites del complejo de Salamanca después de 25 años al frente, el anterior Gobierno optó por reabrir la explotación. Aunque por los estudios existentes, las concentraciones de Salamanca eran de un gramo de uranio por cada 1.000 gramos de tierra, más de cinco veces menos que las mejores minas del mundo, Berkeley duplicó sus estimaciones iniciales con nuevos planteamientos y tecnologías.

Uranio, ¿el motor del cambio en Salamanca?

A pesar de este recelo, Berkeley ha alimentado desde su irrupción la puesta en marcha de un gran proyecto industrial que revitalizaría laboralmente la deprimida economía salmantina de la zona. Este sueño del uranio como motor del cambio ha hecho que la minera australiana cuente desde el principio con el apoyo de todas las fuerzas políticas locales, apoyos que no ha tenido desde Madrid, ni por parte de su socio natural Enusa ni, por extensión, por parte del Ministerio de Economía en el que mandaba Elena Salgado, contraria al acuerdo alcanzado por el Gobierno.

Mientras tanto, durante estos cuatro años, desde algunos organismos públicos siempre ha existido la sospecha de que Berkeley ha manejado la viabilidad del proyecto a la obtención de ayudas públicas. Durante este proceso de estudios, la minera ha recibido subvenciones (en cuantías muy pequeñas) para las campañas de investigación y forma parte de su programa de inversión acogerse a otras, tanto a nivel nacional como europeo, aunque siempre bajo la premisa de que su obtención no condicionaría la inversión, sino que sería una bonificación extraordinaria.

A pesar del interés manifestado por Berkeley, participada por fondos de inversión especializados, la inversión de 1.000 millones de euros necesarios para el escenario base ha sido interpretado por Enusa como un cebo para conseguir poner en valor los derechos de explotación conseguidos. No en vano, durante este tiempo, la minera ha anunciado el interés de potenciales holdings internacionales energéticos por adquirirla, aunque al final los nombres de la koreana Kepco o de la rusa Severstal solo sirvieron para efímeros calentones bursátiles. Por lo visto, el verdadero negocio está en el pleito.

La broma del uranio en Salamanca puede salir cara al Estado. El pasado martes, la minera Berkeley Resources anunció la puesta en marcha de un procedimiento internacional de arbitraje contra la empresa pública Enusa, por el que reclama el pago de una compensación por importe de 150 millones de euros. El motivo alegado por esta firma australiana, que cotiza en el mercado alternativo de Londres, es el incumplimiento de un contrato por el que ambas compañías tenían que constituir una joint venture para explotar el yacimiento de Saelices el Chico (Ciudad Rodrigo).