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Defensa deshoja seguir en Hispasat o quedarse sólo con la parte militar
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Defensa deshoja seguir en Hispasat o quedarse sólo con la parte militar

Pedro Morenés tiene una decisión trascendente que tomar. Para cuadrar las cuentas del ministerio de Defensa, el sustituto en el cargo de Carmen Chacón puede apremiar

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Defensa deshoja seguir en Hispasat o quedarse sólo con la parte militar

Pedro Morenés tiene una decisión trascendente que tomar. Para cuadrar las cuentas del ministerio de Defensa, el sustituto en el cargo de Carmen Chacón puede apremiar la venta de la participación pública en Hispasat, la multinacional española de satélites donde el Estado controla un 25,6% a través de distintas sociedad públicas, como INTA, SEPI y CDTI. Una disyuntiva antigua que con la llegada del nuevo Gobierno ha vuelto a tomar vigencia.

La necesidad de obtener recursos por parte de la Administración es el principal argumento en favor de esta controvertida medida. El otro es que Defensa pasaría a quedarse con la parte del negocio militar de Hispasat, que desarrolla a través de Hisdesat, donde tiene una participación mayoritaria del 43%, mientras el resto de accionariado se reparte entre otras compañías públicas como INTA, INSA y EADS-CASA, además de las tecnológicas Indra y Sener.

De esta manera, Hispasat aglutinaría todo el negocio comercial de satélites, mientras el área de servicios de inteligencia quedaría bajo dominio público. En este reparto, Abertis (controlada por La Caixa, CVC y ACS) pasaría a convertirse en el único garante de la españolidad de la compañía de satélites, ofreciéndose en esta operación como el comprador natural de su participación (o del canje necesario) para permitir la salida del Estado del accionariado.

El papel de Abertis como consolidador dentro del accionariado de Hispasat es manifiesto y evidente. Esta misma semana, la compañía dirigida por Francisco Reynés anunció la compra del 13% de la compañía que poseía Telefónica por un total de 124 millones de euros. Un paso que le ha llevado a controlar ya el 47% del capital, frente al 28% que posee la competidora francesa Eutelsat, socio histórico del operador español como accionista.

En este contexto, hace apenas un mes, Abertis vendió la mitad de su participación en Eutelsat. El grupo de concesiones se deshizo del 16% del operador europeo de satélites, una operación que cerró por 981 millones de euros y que le reportó una plusvalía neta consolidada de 396 millones, mientras se comprometió a no vender el 15,35% restante durante al menos los próximos seis meses como "accionista industrial de referencia" que es.

La pujante Hisdesat

La empresa española de servicios gubernamentales por satélite es una de las divisiones pujantes dentro de la estructura de Hispasat, hasta el punto de ser considerada una empresa clave en la industria espacial española. Creada en 2001, su volumen de negocio representa ya casi un tercio respecto al total de su matriz, tras cerrar 2011 con una facturación de 44 millones de euros y unos resultados finales de 32 millones, según la información pública.

Además, Hisdesat participa en el ambicioso programa HisNorsat, un satélite conjunto desarrollado junto a las Fuerzas Armadas de Noruega que representa la mayor inversión española en este tipo de tecnología, con una aportación superior a los 300 millones de euros. La filial de Hispasat es socia ya de otras compañías de EEUU y Canada dentro de su política de expansión internacional en el negocio de las comunicaciones gubernamentales por satélite.

Polémica heredada

Sin embargo, en torno a Hisdesat existe una estela de polémica desde hace unos meses relacionada con el nombramiento de su actual presidente. A pesar del carácter público de la compañía, Juan Antonio del Castillo Masete, teniente general en la reserva del Ejército del Aire, fue nombrado para el cargo en vísperas del cambio de Gobierno, ocupando un puesto que antes correspondía a Petra Mateos, a su vez responsable de Hispasat, el accionista mayoritario.

Este movimiento ha generado un profundo malestar dentro del nuevo equipo del Ministerio de Defensa por considerar que el Ejecutivo saliente no estaba legitimado para tomar una decisión de ese calado. La elección del Gobierno del nuevo presidente de Hispasat, al considerarse amortizada en el cargo a Petra Mateos, ocho años al frente de la compañía tras llegar de la mano del entonces ministro José Bono, habría dado acceso también a la de Hisdesat. 

Pedro Morenés tiene una decisión trascendente que tomar. Para cuadrar las cuentas del ministerio de Defensa, el sustituto en el cargo de Carmen Chacón puede apremiar la venta de la participación pública en Hispasat, la multinacional española de satélites donde el Estado controla un 25,6% a través de distintas sociedad públicas, como INTA, SEPI y CDTI. Una disyuntiva antigua que con la llegada del nuevo Gobierno ha vuelto a tomar vigencia.