Encrucijada para el petróleo: la catástrofe de Japón neutraliza durante tres días la crisis árabe

Los acontecimientos ocurridos en lo que va de año dentro del panorama internacional (en primer lugar, las revueltas en la región MENA -Medio Este y Norte de África- y, posteriormente, la debacle en Japón) han instaurado la volatilidad en los mercados, especialmente en el mercado del crudo. El parón en la producción y la incertidumbre en torno al impacto económico y en la demanda que pueda tener la catástrofe nipona han neutralizado la crisis árabe y han frenado durante tres jornadas el rally del 'oro negro', que llegó a situarse durante las últimas semanas en máximos desde septiembre de 2008. 

Las posibles consecuencias que la crisis nuclear tenga sobre la demanda de crudo se han situado en el punto de mira del mercado de materias primas. Los analistas apuntan que, una vez sea restaurada la energía eléctrica, Japón requerirá gas natural y petróleo adicional para suplir el suministro eléctrico generado anteriormente a través de la energía nuclear. Sin embargo, los daños que los movimientos sísmicos y el tsunami han generado en las infraestructuras del sector comercial e industrial también pueden suponer un retroceso en la demanda.

Según las estimaciones realizadas por Barclays Capital, para reemplazar los 12.000 megavatios de energía que representan actualmente las plantas que han quedado afectadas por el terremoto en Japón, será necesario un incremento en las importaciones de 7,8 kilotoneladas diarias de carbón, 143.000 barriles diarios de fuel-oil, 67.000 barriles diarios de crudo y una importante cantidad de gas natural licuado. A pesar de ello, sus previsiones no tienen en consideración el volumen de demanda que podría caer como consecuencia del paro en la producción, especialmente de las refinerías del país, que importan 1,3 millones de barriles de petróleo diarios.

Como antecedente a la catástrofe en Japón, el banco de inversión señala que el incidente que ocurrió en la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa en julio de 2007, y que generó una fuga radiactiva tras producirse un terremoto de magnitud 6,8 en la escala Ritcher, hizo que la media de consumo diario de fuel y de crudo se duplicara en los siete meses posteriores. Sin embargo, a expensas de lo que pueda ocurrir en esta ocasión, la cotización del petróleo no solo dependerá del devenir de Japón, sino también del avance que experimenten los conflictos en el Norte de África, cuyo efecto ha quedado neutralizado durante tres días por los sucesos en el país asiático.

Las dudas en torno al impacto que la catástrofe generaría en Japón se trasladaron durante tres jornadas a la cotización del crudo, que ha llegado a situar su precio en mínimos de dos semanas. Desde el 11 de marzo, cuando tuvieron lugar el terremoto de 8,9 en la escala de Ritcher y el tsunami en Japón, los futuros del mar de Brent, de referencia en Europa, cayeron durante tres días consecutivos desde los 113,84 dólares hasta los 108,52 debido a la psicosis generada por el freno de la actividad económica y por el modo en que una posible crisis nuclear afectaría la demanda. 

Sin embargo, en la jornada de ayer, los sucesos acontecidos en la región MENA volvieron a incentivar las subidas. El aéreo emprendido por Muamar el Gadafi sobre la ciudad de Bengasi, la segunda ciudad más importante de Libia y la capital de los sublevados al régimen del dictador, y la declaración del estado de emergencia en Bahrein durante tres meses, que ha provocado la suspensión de la actividad en la bolsa del país, generaron un repunte del 2,06% en la cotización del petróleo europeo, que cerró en los 110,94 dólares, debido a un posible recorte de los abastecimientos desde los países productores.

El anuncio realizado ayer por el Comisario de Energía de la Unión Europea, Günther Oettinger, que advirtió a media tarde de que en las siguientes horas podría producirse "una nueva catástrofe" en la central nuclear japonesa de Fukushima, provocó una oleada de ventas en los parqués europeos y norteamericanos, al tiempo que también impulsó el rebote del 'oro negro'.

Por su parte, el petróleo estadounidense presentó un avance similar al del crudo europeo durante el mismo periodo. El barril WTI vio disminuir su cotización desde los 101,16 dólares del 11 de marzo a los 97,18 dólares en los que cerró el pasado martes después de tres jornadas de cotización. Por el contrario, en el día de ayer, los futuros del crudo estadounidense experimentaron un repunte del 0,70% hasta alcanzar los 97,86 dólares en el cierre.