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Los mercados golpean a España: los bancos se hunden y se dispara el riesgo
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EL DIFERENCIAL SE SITÚA EN 210, MIENTRAS SANTANDER Y BBVA CAEN MÁS DEL 4%

Los mercados golpean a España: los bancos se hunden y se dispara el riesgo

El sector financiero es el gran punto débil de España a los ojos de los inversores internacionales, que hoy vuelven a atacar a nuestra deuda y

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Los mercados golpean a España: los bancos se hunden y se dispara el riesgo

El sector financiero es el gran punto débil de España a los ojos de los inversores internacionales, que hoy vuelven a atacar a nuestra deuda y a nuestros bancos cotizados a pesar de que se esperaba cierto alivio tras el rescate de Irlanda. La sensación generalizada es que la reforma financiera se ha estancado y es insuficiente, por lo que el Banco de España debe ponerse serio de una vez con el sector. De lo contrario, persistirá el temor a que la banca española acabe como la irlandesa.

Así, después de un comienzo de sesión alcista, la banca ha sufrido desplomes superiores al 4%, encabezados por Santander y BBVA, a pesar de que su imagen es mucho mejor que la de los bancos medianos y, por supuesto, que la de las cajas de ahorros. Asimismo, la prima de riesgo de España frente a Alemania, que esta mañana se relajaba hasta 195 puntos básicos, ha repuntado hasta 210.

Varios profesionales del mercado consultados aseguran que la intervención de otra entidad financiera por parte del FROB, o simplemente una huida masiva de depósitos por el miedo a una quiebra, desataría toda la furia de los mercados contra nuestro país, porque la noticia daría la vuelta al mundo. "El sector financiero es lo que más miedo sigue dando a los inversores respecto a España; y en la delicadísima situación actual, cualquier noticia negativa tendría unas consecuencias desastrosas", afirma un gestor de fondos.

Las dudas son las mismas de siempre -el impacto de la crisis inmobiliaria y de las pérdidas de su cartera de deuda pública en un entorno de desplome de márgenes y de caída del negocio-, pero ahora están en el foco del mercado precisamente porque esos mismos problemas son los que han hundido a la banca irlandesa y, por añadidura, al país, dado su compromiso de respaldar totalmente al sector financiero.

España, junto a Portugal, se ha convertido en el nuevo polo de atención de los mercados internacionales tras el rescate de Irlanda, ya que son los próximos candidatos a correr la misma suerte. Hay muchas dudas sobre si España va a ser o no objeto de ataques similares a los que ha sufrido Irlanda (o Grecia en su día), por su gran tamaño y por la fuerte defensa que realizarían las instituciones europeas. Pero el sector financiero parece empezar a inclinar la balanza hacia el lado negativo.

La reestructuración es lenta e insuficiente

"La sensación que tiene todo el mundo es que la reforma del sistema financiero se ha estancado y que todo sigue igual que en mayo, cuando se anunciaron las fusiones y los SIP. Desde entonces apenas se ha avanzado y no se han puesto en marcha el cierre de oficinas, la reducción de plantilla ni la limpieza de balances que se supone que debía financiar el FROB. Parece que nadie quiere tomar medidas trumáticas antes de las elecciones autonómicas", opina un analista de una firma extranjera.

En este sentido, los grandes fondos internacionales siguen pensando que apenas se han empezado a ver las pérdidas provocadas por la gigantesca exposición de la banca española al ladrillo; que éstas simplemente se han aplazado pero tendrán que aflorar tarde o temprano. A este respecto, se aprecian algunos incipientes movimientos en el sector: está abandonando el discurso de "aguantar hasta que escampe" y empieza a asumir que hace falta una caída de precios de la vivienda mucho mayor.

Una noticia que ha caído muy mal en el mercado es la integración de Cajasol en Banca Cívica y la necesidad de inyectar 1.000 millones de euros de dinero público a esta fusión. "Para muchos, es la prueba de que la reordenación de las cajas se ha cerrado en falso y de que serán necesarias más concentraciones, más inyecciones de capital y más rescates", opina otro profesional.

Por el contrario, el sector, aunque reconoce que los dos próxmos años van a ser durísimos, mantiene el mensaje de que las entidades están bien capitalizadas y cuentan con músculo suficiente para aguantarlos. En cuanto a las fusiones de cajas, aseguran que se están haciendo las cosas a toda velocidad -Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid, decía la semana pasada que nunca se había hecho tanto en un plazo de tan sólo cuatro meses- y que los procesos llegarán a buen puerto.

Un mensaje que no ha calado en absoluto en los mercados, a la luz de su comportamiento -los bonos de las entidades financieras también se han desplomado en las últimas semanas-. Es algo que preocupa en el Banco de España, y de ahí que el gobernador Fernández Ordóñez haya urgido a las entidades a culminar  sus fusiones antes de Navidad, a ser más transparentes sobre sus pérdidas inmobiliarias y a "ponerse las pilas" ante la caída de beneficios y el agotamiento de la provisión genérica. Pero parece que hace falta mucha más mano dura para calmar a los inversores.

El sector financiero es el gran punto débil de España a los ojos de los inversores internacionales, que hoy vuelven a atacar a nuestra deuda y a nuestros bancos cotizados a pesar de que se esperaba cierto alivio tras el rescate de Irlanda. La sensación generalizada es que la reforma financiera se ha estancado y es insuficiente, por lo que el Banco de España debe ponerse serio de una vez con el sector. De lo contrario, persistirá el temor a que la banca española acabe como la irlandesa.

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