Santiago Herrero aborta 'in extremis' una candidatura única con Rosell para presidir CEOE

El presidente de Fomento del Trabajo, Juan Rosell, se las prometía muy felices. En una reunión a tres bandas mantenida el viernes por la tarde en Madrid con el todavía presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y el líder de los empresarios andaluces, Santiago Herrero, lograba cerrar una candidatura conjunta a la presidencia de la patronal. Herrero se comprometía a ser el escudero de Rosell, un planteamiento del gusto de buena parte de las asociaciones. Y es que muchos prefieren una candidatura única y consensuada para salvar la crisis institucional provocada por la debacle empresarial del ex dueño de Marsans.

Sin embargo, el pacto saltaba por los aires apenas horas después. “Los míos insisten en que me presente”, se justificaba Herrero. En efecto, la junta directiva de la Confederación de Empresarios de Andalucia (CEA) lanzaba una nota en la que expresaba su “total confianza” en Santiago Herrero para aspirar a la presidencia de la patronal en los comicios del 21 de diciembre. Los empresarios andaluces ponían en valor su “larga trayectoria al servicio de las organizaciones empresariales, que ha culminado en los más de ocho años que lleva al frente de la CEA”. Un voto de confianza que, según expuso el presidente de los empresarios andaluces, le obligaba a dar un paso adelante.

Herrero es visto dentro de la CEOE como un candidato próximo a la Junta de Andalucía y al Partido Socialista. Un estigma que él considera injusto pero que limita sus opciones de alzarse con el triunfo en unos comicios. El pacto con Rosell le permitiría mantener una posición de relevancia en la patronal, donde ha ejercido en los últimos meses de presidente de la Comisión de Relaciones Laborales. La CEA trata en su comunicado de lavar la imagen de Herrero, al destacar su firmeza al defender los intereses empresariales frente al Gobierno autonómico y los agentes sociales. Difícil tarea. Sus votos estarán bien amarrados -domina parte del aparato- pero no serán suficientes,

El presidente de los empresarios madrileños (CEIM), Arturo Fernández, aseguraba el pasado miércoles tras el Comité y la Junta Directiva que habría más de un candidato a la presidencia. Sin embargo, CEOE ha preferido históricamente los candidatos de consenso. Patronales de peso aseguraban a este periódico tras el cónclave que trabajarían para propiciar un aspirante único. Otras, sin embargo, abogan por una profunda renovación, que suponga incluso la llegada de un candidato de fuera. Es el caso de Confemetal, una de las primeras organizaciones en pedir la salida de Díaz Ferrán por los problemas que atravesaban sus empresas y el daño hecho a la imagen de los empresarios.

Rato, Fainé y Aguirre, con Rosell

Como publicó este periódico, la cabeza visible del empresariado madrileño es una figura clave en el proceso electoral. Aunque no cuenta con la unanimidad de sus vicepresidentes en CEIM respecto a las bondades de Rosell, parece lógico que termine ofreciéndole su apoyo si saca réditos en cuanto a su peso en la organización y no cuajan otras opciones que también ha sondeado, como las de Manuel Pizarro o Juan Roig, presidente de Mercadona. También parece lógico que termine plegándose a las demandas de Esperanza Aguirre, cuyo apoyo Rosell ya se ha trabajado.

El respaldo de la presidenta de la Comunidad de Madrid no es el único del que puede presumir el responsable de la patronal catalana. Tanto Rodrigo Rato como Isidro Fainé ven con buenos ojos su candidatura, si bien quienes votan son asociaciones territoriales y sectoriales en muchos casos ajenas a las componendas políticas. Bajo este prisma, candidaturas como la de Jesús Banegas, presidente de Aetic, tendrán problemas para salir adelante. Aunque nadie en la organización duda de la aptitud de Banegas, sus apoyos estarían sobre todo en las asociaciones sectoriales. No se ha trabajado a las territoriales, que suponen un 60% del censo electoral.

La búsqueda de alianzas clarificará poco de una elección en la que “el voto es secreto, directo e indelegable y es difícil controlar una votación en bloque”, según explican fuentes conocedoras del proceso. Por ejemplo, los 30 votos que atesora Confemetal, los 83 de Cepyme o los 45 que respectivamente manejan las patronales madrileña y catalana se distribuirán entre asociaciones más pequeñas que pueden ‘escapar’ de la disciplina de voto. No obstante, una veintena de organizaciones atesoran más del 50% de los más de 800 votos que estarán en liza.