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Los cinco grandes tipos de morosos españoles
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Los cinco grandes tipos de morosos españoles

La tasa de morosidad a cierre de diciembre de 2009 se situó en el 5,08% según los datos del Banco de España y los créditos impagados

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Los cinco grandes tipos de morosos españoles

La tasa de morosidad a cierre de diciembre de 2009 se situó en el 5,08% según los datos del Banco de España y los créditos impagados alcanzaron los 93.305 millones de euros. Con una tasa de paro cercana al 18%, las familias españolas atraviesan uno de los peores momentos que se recuerdan y están pagando con creces los excesos cometidos durante los años del boom del crédito.

Pero no todas las situaciones son iguales y cada caso es digno de estudio. En este sentido, la empresa especializada en gestión de cobros, Solucionados, ha analizado el perfil de este grupo de personas y ha dividido a los morosos españoles en cinco grandes grupos basándose en criterios relacionados con la realidad y la situación socioeconómica y sociocultural de España.

Así, nos podemos encontrar con familias españolas con recursos limitados por la crisis. Se trata de un grupo que cada día va a más y responde a la dificultad de encontrar trabajo por parte de sus miembros dada que la cualificación de los mismos no es muy elevada. En este caso, según la firma, es posible renegociar la deuda o evitar el procedimiento concursal y, sobre todo, buscando acuerdos de pago factibles.

También están aquellas familias que tienen que ajustar su realidad a la situación actual. El 90% del endeudamiento se debe a los préstamos hipotecarios o a los créditos al consumo. La forma más fácil de salir de esta situación pasa por redefinir la realidad de la familia mediante la venta de activos o la negociación de los mismos con las entidades que correspondan.

Como consecuencia del fuerte boom de la inmigración en los años anteriores a la crisis y la importante demanda de este tipo de trabajadores durante el auge del sector inmobiliario, nos encontramos con familias de procedencia latinoamericana o con sus orígenes en los países del este. Sus recursos son limitados y el número de personas en esta situación es cada vez mayor, debido a la dificultad que encuentran a la hora de buscar un empleo ya que su nivel de formación no es muy elevado. En este caso es muy importante saber quienes quieren o no quieren quedarse en España. Además, en los casos de impago estructural es conveniente tratar dación en pago de bienes y redefinir los acuerdos.

En cuarto lugar se encuentran las familias monoparentales, que se pueden clasificar a su vez en tres grupos diferentes: personas solteras de entre 30 y 40 años, con trabajo, pero que han vivido por encima de sus posibilidades; Solteros mayores de 40 años y por debajo de 50 que además de haber vivido por encima de sus posibilidades han sufrido un divorcio o una separación y tienen el añadido de que hay hijos de por medio; y finalmente, pensionistas que han contraído deudas como consecuencia de su falta de organización financiera.

Finalmente, el último grupo de la clasificación lo compone un perfil de familia de la Unión Europea que dispone de una segunda residencia en España y que abandonan el inmueble a su suerte o que se encuentran ilocalizables porque no están ni quieren estar en España.

 

La tasa de morosidad a cierre de diciembre de 2009 se situó en el 5,08% según los datos del Banco de España y los créditos impagados alcanzaron los 93.305 millones de euros. Con una tasa de paro cercana al 18%, las familias españolas atraviesan uno de los peores momentos que se recuerdan y están pagando con creces los excesos cometidos durante los años del boom del crédito.

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