Joaquín Almunia, el nuevo sheriff de Europa

David contra Goliat. O Joaquín Almunia contra las grandes multinacionales. El nuevo supercomisario europeo de la Competencia, el nuevo sheriff de Europa, será el encargado de vigilar y evitar, a partir del próximo 10 de febrero, cualquier abuso de posición dominante y tendrá la responsabilidad de velar férreamente por el cumplimiento de las reglas antimonopolio. 

El listón dejado por su antecesora en el cargo, Neelie Kroes, es muy alto, pero nadie duda de que Almunia tendrá mano dura ante cualquier atisbo de abuso. Enfrente se medirá con gigantes empresariales a nivel mundial. Algunos de ellos conocen a la perfección el poder sancionador de Bruselas.

Intel, por ejemplo, recibió en mayo de 2009 la mayor sanción de la historia de la UE por abusar de su posición dominante. La multa fue de 1.060 millones de euros. Hasta entonces, la multa más alta que había impuesto la Comisión por abuso de posición dominante era la de Microsoft en 2004, que ascendió a 497 millones de euros. Posteriormente, el Ejecutivo comunitario impuso otras dos sanciones al gigante informático de 280,5 millones y de 899 millones por incumplir las medidas correctoras que había decretado.

Almunia no necesitará ni la honda ni las piedras, tiene la fuerza de su cargo y la legislación europea como escudo. "Es una persona muy dura y no le tiembla la voz si tiene que tomar una medida impopular", dice de él un antiguo colaborador suyo. “Nada parece indicar que el nuevo comisario levantará el pie en la lucha contra los cárteles o sobre el nivel de multas que han estado imponiéndose" se escuchaba también en los círculos comunitarios poco después de su nombramiento como comisario de Competencia, uno de los cargos más influyente en Bruselas.

Ningún otro político español ha logrado tanto

Su ascenso a esta cartera y a una de las tres vicepresidencias de la Comisión Europea supone un auténtico hito, ya que ha conseguido lo que hasta ahora no había logrado ningún otro político español: llegar a la cúspide de la CE. "Ha sido una operación maravillosa de fidelidad a Durao Barroso, a la Comisión y a Europa", comenta otro allegado.

La trayectoria europea de Almunia ha sido meteórica desde que en abril de 2004 aterrizó en la Comisión Europea como comisario de Asuntos Económicos. Sustituyó en el puesto a Pedro Solbes cuando éste recibió la llamada de José Luis Rodríguez Zapatero para incorporarse a su equipo de Gobierno.

Años atrás, tras la retirada política de Felipe González, asumió la secretaría general del PSOE y en el año 2000 se convertía en candidato socialista para la presidencia del Gobierno. José María Aznar frustró su sueño de ser presidente de España. Otro desengaño político como el sufrido en las primarias socialistas frente al ex presidente del Parlamente Europeo, Josep Borrell.

Quienes le conocen aseguran que no volvería a España a desempeñar un cargo político. "Con lo que ha conseguido hasta ahora, ¿qué podría hacer aquí? Él se siente muy cómodo en Bruselas. De hecho, en esta ciudad encontró su primer empleo como representante de las cámaras de comercio vascas, primero, y después como representante de las cámaras españolas. Además, el clima de Bruselas, como buen bilbaíno que es, así como el ambiente cultural de la ciudad, encajan a la perfección en su carácter. Es un apasionado de la pintura y un erudito de la música clásica". "Eso no significa, sin embargo, que si el partido le reclamara, no acudiera a su llamada".

Su regreso a la vida política en España, altamente improbable

Almunia nació en Bilbao en junio de 1948. Fue a la Universidad de Deusto, en el País Vasco, donde se licenció en Derecho y Ciencias Económicas. En sus años universitarios compartió pupitre con Luis Abril - secretario general técnico de la Presidencia de Telefónica-, pero también coincidió Mario Conde, quien cursaba Derecho o José Ignacio Goirigolzarri -ex consejero delegado del BBVA hasta el año pasado-. Con estudios de postgrado en París y Harvard, el camino profesional de Almunia no siguió el derrotero empresarial, a diferencia de aquellos, sino el político.

Por eso, personas cercanas a él, que le conocen, ven prácticamente improbable que algún día aterrice en la empresa privada. Fue profesor asociado de Derecho laboral y de la Seguridad Social en la Universidad de Alcalá de Henares y también impartió clases en Estados Unidos. "Yo le veo de nuevo en la actividad docente", dice una de esas personas. "Tampoco me sorprendería que escribiera algún libro sobre economía mundial, por ejemplo", añade.

Eso forma parte del futuro, su presente más inmediato arranca en unos días. Kroes ha dejado dos temas resueltos antes de cederle su cargo. Dos asuntos que afectan directamente a España: las ayudas al cine y la aprobación del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), el superfondo -un 75% financiado por el Estado y otro 25% por entidades privadas-, que estaba encallado en Bruselas y cuya luz verde resultaba imprescindible para desbloquear varios procesos de fusión entre cajas de ahorro. Hasta tres grandes fusiones se encontraban a la espera de la luz verde: dos en Cataluña y otro en Andalucía. La más grande es la que lleva a unirse a Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona, que han pedido 1.300 millones de euros al FROB.

La 'patata caliente' de aprobar el FROB lo ha resuelto Kroes, pero Almunia será el encargado de vigilar muy de cerca estas ayudas de España, tal y como ha avisado públicamente. Tampoco le temblará la mano si algo no le cuadra. "Está descolgado de la política española y del PSOE. Es una persona muy independiente".

También mantendrá a raya a las entidades europeas. No en vano, todas aquellas que hayan recibido ayudas públicas tendrán que devolverlas antes de que finalice 2010. En este aspecto tiene las cosas claras y seguirá la línea mantenida hasta ahora por su predecesora en el cargo, que no ha dejado de reiterar que los bancos rescatados deberían vender parte de sus activos para devolver las ayudas públicas recibidas durante la peor fase de la crisis. Una tesis que Almunia comparte. No quiere que quienes han hecho las cosas mal y se han beneficiado de la ayuda pública perjudiquen en términos de competencia a los bancos que gozan de buena salud y han hecho los deberes.

Empieza la cuenta atrás, empieza la era Almunia en Europa.