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La imposible vida de Díaz Ferrán al frente de CEOE
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La imposible vida de Díaz Ferrán al frente de CEOE

José María Cuevas, el eterno presidente de la patronal, siempre recibió la misma crítica. No era empresario, sólo un burócrata. Lo que no impidió que

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La imposible vida de Díaz Ferrán al frente de CEOE

José María Cuevas, el eterno presidente de la patronal, siempre recibió la misma crítica. No era empresario, sólo un burócrata. Lo que no impidió que durante casi 20 años llevara las riendas de CEOE sin muchos sobresaltos. Acuerdos pequeños, a veces, pero siempre rubricados con el compromiso de seguir negociando. Y así iba cumpliendo etapas mientras reforzaba el peso institucional de su organización. Gerardo Díaz Ferrán no lo ve del mismo modo. Llegó de la mano de Cuevas, pero le gustaría hacer de la patronal un lobby sectorial para defender a las empresas desde la trinchera. Y, sobre todo, le gustaría cambiar una estructura en la que las organizaciones territoriales, con tanto peso en CEOE, viven colgadas de los Presupuestos.

 

Díaz Ferrán, dueño de Marsans y desde hace décadas vinculado al sector del transporte, sí es un empresario. Con problemas de empresario. La pregunta es si CEOE merece estar en el ojo del huracán por las desgracias que acumula su presidente debido a su actividad empresarial. El último episodio esta semana ha sido la decisión de Caja Madrid de expedientarle por un impago de 26,5 millones, un procedimiento que debería culminar con el abandono por parte de Díaz Ferrán de su cargo de consejero en la entidad financiera. Los vicepresidentes de CEOE le apoyaron el miércoles en Comité Ejecutivo culpando al empedrado. “Desde que no firmaste con los sindicatos en julio han ido a por ti”, le dijeron. No es tan sencillo.

Y es que desde hace cinco años sobre la cabeza de Díaz Ferrán pende un procedimiento judicial que podría acabar con él en el banquillo por su gestión en Aerolíneas Argentinas, expropiada este año por el gobierno de los Kirchner. Ayer se filtró que la Audiencia Nacional ha devuelto al juzgado de instrucción número 35 las actuaciones por la querella presentada contra los propietarios del Grupo Marsans, Díaz Ferrán y su eterno socio Gonzalo Pascual, por presuntos delitos de fraude fiscal y apropiación indebida de fondos públicos de 300 millones de dólares (209,5 millones de euros). Se trata de dinero procedente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) para el pago de las deudas de Aerolíneas Argentinas.

“La Audiencia lo único que dice es que no es competente y devuelve el caso al juzgado de instrucción. Éste no hubiera elevado el caso a la Audiencia si hubiera visto que no hay delito. Hubiera archivado el caso. Puede hacerlo ahora, pero lo normal es que opte por la apertura de juicio oral, lo que obligaría a los acusados a sentarse en un banquillo. No obstante, a estos siempre les queda apelar presentar un auto de reforma ante la Audiencia Provincial para evitarlo”, explican a este diario fuentes jurídicas. ¿Cuánto puede tardar en tomarse una decisión? “En algunos casos meses y en otros años”, apuntan estas fuentes. ¿Puede el presidente de CEOE tener esta hipoteca?

 

Impagos en sus empresas

El judicial no es el único frente abierto para Díaz Ferrán. El pasado 22 de julio este periódico publicaba que Díaz Ferrán no pagaba las nóminas en Air Comet desde hacía meses y afrontaba una convocatoria de huelga en los primeros días de agosto. Desde entonces, se sucedieron los anuncios de paros en un ambiente de conflictividad fenomenal. Todo sin contar la deuda de la aerolínea con la Seguridad Social y Hacienda. El pasado 4 de diciembre Marsans anunciaba la venta de Air Comet al grupo holandés Air Transport, del empresario Arnold Leonora, especializado en leasing. Una operación que no convence a los trabajadores y, lo que es peor, no está cerrada.

Ante este impasse, ayer mismo el comité de huelga de la compañía pidió la mediación del ministro de Fomento, José Blanco, en tanto teme que el futuro de Air Comet sea el mismo que el de Air Madrid, veáse el cierre. Y recordó el ultimátum que mantienen para acabar los paros: cobrar las nóminas de octubre y noviembre el próximo 20 de diciembre como alivio temporal a la situación. Y es que esos impagos son sólo la punta del iceberg. El resto de salarios no abonados, en algunos colectivos de la compañía de hasta seis mensualidades, deberían estar pagados antes de final de año. El futuro de la compañía es más que incierto.

Por si fuera poco, hace unos días se conocía que Trapsa, empresa también propiedad de Díaz Ferrán y concesionaria del transporte urbano en Guadalajara, había sido condenada por un juzgado de la capital alcarreña a abonar los incrementos salariales acordados en convenio colectivo para 2009, del 3%, tras una demanda promovida por CCOO. “Díaz Ferrán ha estado jugado con fuego al trasladar la idea al conjunto de CEOE de que se puede incumplir lo pactado. Hasta ahora, los sindicatos estamos dando ejemplo de responsabilidad cumpliendo lo que acordamos”, afirmó el sindicato. La gota que colma el vaso.

Este empresario, también patrón de patrones, es el que a partir del próximo lunes tiene que retomar con los sindicatos el diálogo social. Precisamente su negativa a firmar a finales de julio la propuesta de mínimos que planteaba el Ejecutivo le hizo ganarse el respeto hasta de muchos de sus detractores en la patronal. Pensaban que firmaría para no provocar el descontento del Gobierno, al que en momentos puntuales ha pedido ayuda –por ejemplo, por sus problemas con el Gobierno argentino en Aerolíneas-. Pero se mantuvo firme. Ahora el enemigo lo tiene en casa. Jesús Bárcenas, presidente de Cepyme y firme defensor del modelo de Cuevas, está dispuesto a ponérselo difícil hasta el final. Juntos negociarán débiles frente a sindicatos y Gobierno.

José María Cuevas, el eterno presidente de la patronal, siempre recibió la misma crítica. No era empresario, sólo un burócrata. Lo que no impidió que durante casi 20 años llevara las riendas de CEOE sin muchos sobresaltos. Acuerdos pequeños, a veces, pero siempre rubricados con el compromiso de seguir negociando. Y así iba cumpliendo etapas mientras reforzaba el peso institucional de su organización. Gerardo Díaz Ferrán no lo ve del mismo modo. Llegó de la mano de Cuevas, pero le gustaría hacer de la patronal un lobby sectorial para defender a las empresas desde la trinchera. Y, sobre todo, le gustaría cambiar una estructura en la que las organizaciones territoriales, con tanto peso en CEOE, viven colgadas de los Presupuestos.

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