Siemens hace ‘limpia’ y saca de su Consejo a cinco ilustres del mundo empresarial español

Siemens ha ‘limpiado’ su Consejo de nombres ilustres. José María Aguirre González, ex presidente del Banco Guipuzcoano; Iñigo de Oriol e Ybarra, ex presidente de Iberdrola; Santiago Ybarra Churruca, consejero de Vocento; Eduardo Montes, presidente de Ferroatlántica, y Juan Rosell, presidente de la patronal catalana, Fomento del Trabajo Nacional… Todos ellos han dejado de ser consejeros de Siemens España, filial del conglomerado alemán y, único europeo capaz de competir con el gigante estadounidense General Electric.

 

El grupo alemán ha decidido no contar con ellos en la nueva etapa de Gobierno Corporativo que marcan desde Múnich y que pasa por “hacer los consejos de las filiales más ágiles y eficientes y reducirlos al mínimo que marca la ley de cada país”, aseguran desde la empresa. En el caso de España, añaden, se ha aprovechado también que la mayoría estaba ya en edad de jubilación.

El hecho es que Siemens España contará sólo con tres miembros y un único español, Francisco Belil, actual consejero delegado, a quien acompañan dos alemanes, dos notables del organigrama de la matriz, Seigfried Russwurn, director de recursos humanos, y Ralph Thomas, director financiero del negocio industrial. Agilidad y austeridad, que viene bien en tiempos de crisis.

Siemens España, con más de 100 años de presencia fabril en España, está formada por trece compañías, que operan en sectores tan dispares como la energía, automatización industrial y logística, trenes, iluminación o la salud y las tecnologías de la información. El grupo cuenta con una plantilla de cerca de 4.000 trabajadores, y actualmente pasa por un periodo de reducción de empleo en algunas de sus filiales.

Hasta la fecha siempre había contado con personajes de gran relieve en su máximo órgano societario, que le ayudaban en la tarea de mantener relaciones fluidas con la Administración, la banca y los diferentes grupos de presión.

En el caso de Aguirre González, su salida coincide con el abandono de la presidencia del Banco Guipuzcoano, y anteriormente de Acerinox, como refugio le queda ACS, repleta de directivos y accionistas galácticos, que encabeza Florentino Pérez. Iñigo Oriol, desde su salida de Iberdrola, se había retirado de los circuitos activos del establishment. Rosell no llorará la pérdida porque cuenta con consejos tan vistosos como Gas Natural, Uniland y Criteria, entre otros.

Santiago Ybarra mantiene el puesto en Vocento y, el más joven, Eduardo Montes, que llegó a ser en uno de los ejecutivos no germanos de Siemens que había llegado más alto en el coloso alemán, no dispondrá de mucho tiempo, una vez que ha sido fichado por Juan Miguel Villar Mir para pilotar Ferroatántica.

Un gigante sacudido por los escándalos

Siemens ha tenido que aplicar severamente prácticas de buen gobierno después de que a finales del año 2006 se desatara la mayor crisis de su historia al saberse que las cúpulas directivas amparaban la mala costumbre de sobornar para conseguir contratos, también a veces presionado por los gobernantes corruptos. Hasta el siglo XXI, las leyes alemanas no penalizaban los sobornos realizados con el fin de obtener contratos, e incluso una parte del gasto era deducible.

Sin embargo, a partir de 2002 se castigó cualquier práctica de compra de voluntades, aunque en Siemens no se dieron por enterados hasta 2007, cuando tuvo que imponer medidas radicales de control y limpiar a gran parte del cenit directivo, ante la presión judicial, social, de los accionistas y del Gobierno. Más de 300 directivos y ex empleados fueron investigados y la empresa acordó pagar en diciembre del año pasado una multa de más de 450 millones de dólares a la Justicia de Estados Unidos y otros 350 millones al regulador bursátil, SEC.  En Alemania pactó una sanción de 400 millones de euros con la fiscalía de Múnich. Otros países mantienen pleitos abiertos.